14.04.2013 Views

garcia, pedro - mi h.. - 10

garcia, pedro - mi h.. - 10

garcia, pedro - mi h.. - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Señor Jesús, te encomendamos las almas de nuestros difuntos,<br />

- para que, al verte cara a cara, nieguen también por nosotros.<br />

Padre nuestro.<br />

Señor Sacramentado, en la Santa Hostia Tú nos das todo tu ser:<br />

tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. ¡Aquí sí que no te reservas<br />

nada sin dárnoslo! Te adoramos, te amamos, te deseamos, y sólo<br />

sabemos repetirte una y <strong>mi</strong>l veces, en ardiente oración: ¡Ven, Jesús!<br />

¡Ven, Señor! Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Recuerdo y testimonio...<br />

1. ¿Queremos saber lo que es ser todo de Jesús, como Él lo es todo<br />

nuestro? Nos lo dice este incomparable soneto del clásico de nuestra lengua<br />

Calderón de la Barca.<br />

¿Qué quiero, <strong>mi</strong> Jesús? Quiero quererte,<br />

quiero cuanto hay en mí del todo darte,<br />

sin tener más placer que el de agradarte,<br />

sin tener más temor que el de ofenderte.<br />

Quiero olvidarlo todo y conocerte,<br />

quiero dejarlo todo por buscarte,<br />

quiero perderlo todo por hallarte,<br />

quiero ignorarlo todo por saberte.<br />

Quiero, amable Jesús, quiero abismarme<br />

en ese dulce abismo de tu herida,<br />

y en sus divinas llamas abrasarme.<br />

Quiero en Aquél que quiero transformarme<br />

morir a mí para vivir su vida,<br />

perderme en ti, Jesús, y no encontrarme.<br />

2. Santa Teresa del Niño Jesús hizo a Jesús esta petición: "Jesús, que<br />

jamás busque nada ni encuentre nada más que a ti. Que todas las cosas<br />

sean nada para mí y yo nada para ellas. Que Tú, Jesús, lo seas todo".<br />

Jesús fue el único ideal de esta jovencita, verdadero gigante de la santidad.<br />

190<br />

45. JESÚS, EL AMIGO<br />

Reflexión bíblica. Lectura, o guión para el que dirige<br />

Del Evangelio según San Juan. 15,13-15.<br />

Les dijo Jesús: "Nadie tiene amor más grande que el que da<br />

la vida por sus a<strong>mi</strong>gos. Ustedes son <strong>mi</strong>s a<strong>mi</strong>gos, si hacen lo<br />

que yo les mando. Ya no les llamo siervos, sino a<strong>mi</strong>gos; porque<br />

el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes les he llamado<br />

a<strong>mi</strong>gos, porque todo lo que he oído a <strong>mi</strong> Padre se lo he<br />

dado a conocer", PALABRA DEL SEÑOR.<br />

"Ustedes son <strong>mi</strong>s a<strong>mi</strong>gos". En esta palabra "a<strong>mi</strong>gos" se resume<br />

la gran revelación del amor de Jesús para con nosotros. Esta palabra<br />

de Jesús expresa todo el enorme senti<strong>mi</strong>ento del amor que<br />

encierra su Corazón para con nosotros sus hermanos. A los antiguos,<br />

empezando por los israelitas, depositarios de la revelación de<br />

Dios, les era un imposible imaginarse a Dios como a<strong>mi</strong>go. Lo de<br />

Abraham fue una excepción única. Ahora viene Jesús, y nos dice<br />

precisamente eso: que El es nuestro "a<strong>mi</strong>go".<br />

El corazón del a<strong>mi</strong>go es un arca abierta, sin recovecos que oculten<br />

un solo secreto. Como la a<strong>mi</strong>stad exige igualdad, a nosotros nos<br />

era imposible ser a<strong>mi</strong>gos de Dios, por mediar entre Él y nosotros<br />

distancia infinita. Pero Dios, empeñado en ser a<strong>mi</strong>go nuestro,<br />

manda su Hijo hecho Hombre al mundo. Jesucristo hace suyas<br />

todas nuestras li<strong>mi</strong>taciones y <strong>mi</strong>serias y nos da a cambio todas las<br />

riquezas de Dios, "haciéndonos participantes de su <strong>mi</strong>sma naturaleza<br />

divina" (2Pedro 1,4)<br />

Y ahora, sí. Ahora Dios es como nosotros y nosotros somos<br />

como Dios. Ahora podemos tutear a Dios, <strong>mi</strong>rarle sin temor a los<br />

ojos, echarle una mano al hombro, darle unas palmaditas cariñosas,<br />

y sentarnos con Él a la <strong>mi</strong>sma mesa.<br />

La Iglesia dice de Jesús: "Así es <strong>mi</strong> amado, <strong>mi</strong> a<strong>mi</strong>go" (Cantares<br />

5,16). Y no hay cristiano que no le llame "Mi a<strong>mi</strong>go Jesús".<br />

Este <strong>mi</strong> a<strong>mi</strong>go me pide que mantenga su a<strong>mi</strong>stad por el cumpli<strong>mi</strong>ento<br />

de sus deseos: "Serán <strong>mi</strong>s a<strong>mi</strong>gos si hacen lo que yo les<br />

mando". Sin que se me ocurra jamás traicionarle, como Judas, a<br />

quien recri<strong>mi</strong>nó con amargura indecible: "A<strong>mi</strong>go, ¿con un beso me<br />

entregas?". Y me pide que confíe siempre en El, en su poder y en<br />

su amor: "A ustedes, <strong>mi</strong>s a<strong>mi</strong>gos, les digo: ¡No teman!" (Lucas<br />

12,4)<br />

La a<strong>mi</strong>stad de Jesús no se va a quebrar nunca, porque Él es el<br />

Fiel. Y si nosotros le somos también fieles, permaneceremos siem-<br />

191

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!