garcia, pedro - mi h.. - 10
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Por los pobres, los enfermos y todos los que sufren,<br />
— para que <strong>mi</strong>rando a Jesucristo encuentren alivio en sus penas<br />
y en nosotros ayuda generosa.<br />
Por nosotros, que hemos pasado esta Hora con el Señor aquí presente;<br />
- que Él nos bendiga, nos llene de su gracia, y a nuestros difuntos<br />
les dé el descanso en su gloria.<br />
Padre nuestro.<br />
Señor Sacramentado, que te encierras en el Sagrario de las<br />
iglesias, cobijado siempre por la sombra de la Cruz. Queremos<br />
aprender la lección que nos impartes desde aquí: el amor, sólo el<br />
amor de que nos llenas cuando nos postramos a tus pies y te hacemos<br />
compañía, nos hará amar nuestra cruz de cada día y gloriarnos<br />
en ella. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.<br />
Recuerdo y testimonio...<br />
1. Santa Ángela de la Cruz, la monja sevillana, se propone para su<br />
vida: "El monte Calvario. Nuestro Señor clavado en la Cruz, y la Cruz<br />
levantada de la tierra. Otra cruz a la <strong>mi</strong>sma altura, pero no a la derecha ni<br />
a la izquierda, sino enfrente y muy cerca". Así Sor Angela, así el cristiano,<br />
como el soldado ante la bandera..<br />
2. Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia, oye a Jesús, que le<br />
dice: "El alma, cuando recibe este Sacramento, está en mí y yo en ella. Así<br />
como un pez está en el mar, y el mar en el pez, así yo estoy en el alma y<br />
el alma en mí". Penetrada de este pensa<strong>mi</strong>ento, le grita al sacerdote su<br />
confesor: "¡Padre, tengo hambre! Por amor de Dios, da de comer a <strong>mi</strong><br />
alma!". La Comunión fue durante días su único alimento. Todo lo demás<br />
que tragaba, lo devolvía. Invadida así por el amor a Cristo, podía dar este<br />
consejo: "Sigue adelante con valor. Clávate en la cruz con Cristo crucificado.<br />
Recréate en las llagas de Cristo crucificado". ¿En qué iba a desembocar<br />
este amor y esta ansia de seguir al Señor? Lo expresa ella <strong>mi</strong>sma:<br />
"Si viésemos al Crucificado, nuestro corazón ardería de fuego de amor y<br />
sentiríamos hambre de tiempo, porque el tiempo es eternidad". Para ella,<br />
todo era Eucaristía y Crucifijo...<br />
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19. JESÚS Y SU ORACIÓN AL PADRE<br />
Reflexión bíblica. Lectura, o guión para el que dirige<br />
Del Evangelio según San Lucas. 1,1; 1,9-13.<br />
Estaba él orando en cierto lugar y, cuando ter<strong>mi</strong>nó, le dijo<br />
uno de sus discípulos: "Señor, enséñanos a orar". Él les dijo...:<br />
"Yo les digo: Pidan y se les dará; busquen y hallarán;- llamen y<br />
se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,<br />
halla; y al que llama, le abrirán. ¿Qué padre hay entre ustedes<br />
que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra;<br />
o, si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si, pues ustedes,<br />
aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,<br />
¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que<br />
se lo pidan?", PALABRA DEL SEÑOR.<br />
¿Qué hace Jesús en el Sagrario? ¿Tenemos curiosidad por saberlo?...<br />
Unas palabras de la carta a los Hebreos nos lo dicen con elocuencia<br />
conmovedora: "Por eso, Jesús puede perpetuamente salvar<br />
a los que por su medio se acercan a Dios, ya que está siempre vivo<br />
para interceder por ellos" {Hebreos 7,22-25). Es decir, el Jesús del<br />
Sagrario, que es el <strong>mi</strong>smo que el del Cielo y hace aquí lo <strong>mi</strong>smo<br />
que allí, está siempre rogando por nosotros hasta que consigamos<br />
nuestra salvación definitiva.<br />
Le repite al Padre lo del Cenáculo: "Padre santo, guarda en tu<br />
nombre a los que me has dado". "Te ruego por todos los que creerán<br />
en mí". "Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado<br />
estén con<strong>mi</strong>go donde esté yo, para que contemplen la gloria que me<br />
has dado". "Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote<br />
a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también<br />
en ellos, y yo <strong>mi</strong>smo esté también en ellos" {Juan 17,11-26).<br />
Este Jesús del Cielo y del Sagrario, que así ruega por nosotros,<br />
tiene derecho a exigirnos la oración por nosotros <strong>mi</strong>smos, a fin de<br />
que nuestra oración, unida a la suya, sea nuestra salvación.<br />
La oración de alabanza, que a Jesús no se le caía de los labios,<br />
y que nos enseñó a nosotros: "¡Santificado, glorificado sea tu nombre!"...<br />
La oración de gratitud. Después de tanto beneficio, que no<br />
nos tenga que decir: "¿Nadie ha vuelto a dar gracias a Dios sino este<br />
samaritano?" {Lucas 17,17)... La oración de perdón: "Perdónanos<br />
nuestras ofensas"... Finalmente, la de súplica: "Danos hoy nuestro<br />
pan de cada día"...<br />
Jesús, Sacerdote nuestro, ora incesantemente, y nos dice con<br />
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