15 LA SUCESIÓN A LOS BIENES DE JUAN ANTONIO LLORENTE ...
15 LA SUCESIÓN A LOS BIENES DE JUAN ANTONIO LLORENTE ...
15 LA SUCESIÓN A LOS BIENES DE JUAN ANTONIO LLORENTE ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>LLORENTE</strong> FRENTE A SÍ MISMO<br />
Juan Antonio Llorente no alardeó jamás de abandono del cristianismo,<br />
ni, mucho menos, profesó ningún tipo de religión filosófica.<br />
Había en su interioridad un núcleo inviolable, que constituía su utopía<br />
inalcanzable: la pureza de los dos primeros siglos cristianos. Semejante<br />
puridad primigenia, limpia e inexpugnable, era su clave declarada, la<br />
fuente de su criticismo, la edad de oro siempre añorada que su mentalidad<br />
–como cualquier mentalidad izquierdista– necesitaba como sustento<br />
alimenticio. Su coraje –y más que coraje–, odio y empecinamiento<br />
anti-romano; su reformismo interesado, su trauma existencial, su crisis<br />
de conciencia se cohonestaban apelando a esa clave. Hoy sabemos decir,<br />
al leer sus escritos –sobre todo, los últimos, a partir del año 1820– que<br />
el criticismo de Llorente rasgaba decisivamente su communio affectiva<br />
con la Iglesia.<br />
Consiguientemente hay que hacer demasiados distingos para reconocer<br />
sentido católico en su visión de la historia de la Iglesia y en su<br />
communio effectiva. Opción fundamental que corresponde a tal desgarramiento<br />
fue sin duda alguna su apuesta consciente y definitiva por el<br />
principio racionalista. A este principio racionalista adviene el jansenismo<br />
como sensibilidad adventicia. A lo largo de su vida, es bien posible que<br />
nunca hubiera probado siquiera alguna temporada de fervor sincero, de<br />
paz espiritual gozosa. Es imposible aducir una sola página inspirada en el<br />
instinctus sacerdotalis. Tavira, el mismo Grégoire, no digamos Pascal, quedan<br />
muy lejos. «El jansenismo de Llorente –escribí hace años– es mera<br />
forma accidental de su mentalidad. Salvedad importante que conviene<br />
no olvidar cuando se comprueban en la faz ideológica del eclesiástico<br />
los perfiles inconfundibles del jansenismo tardío: antijesuitismo, fobia<br />
antifrailesca, denuncia del fariseísmo eclesiástico, aversión a la Curia Romana,<br />
apelación a los orígenes del cristianismo, reformismo litúrgico,<br />
episcopalismo jurisdiccionalista, regalismo táctico, distinción disciplinadogma,<br />
caridad ilustrada, amistades características, crítica mordaz» 26 .<br />
Por ejemplo, el celibato fue para él una disciplina de abstinencia intolerable.<br />
No es fácil decir si alguna vez lo comprendió. Pero su discurso<br />
en contra de la praxis eclesial en este punto es completamente adverso.<br />
«La reforma introducida por Martín Lutero, propagada por Juan Calvino<br />
y otros varios del siglo XVI, ha hecho ver después con mayor claridad el<br />
error de los papas al conservar el celibato clerical. Se ve por experiencia la<br />
pureza de costumbres de los presbíteros luteranos o ministros calvinistas;<br />
26. E. <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>LA</strong>MA, J.A. Llorente, un ideal de burguesía. Su vida y su obra hasta el exilio<br />
en Francia (1756-1813), EUNSA, Pamplona 1991, 322.<br />
452