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I.a Veu dfl
CARRER gener-febrer de 2000 CRÒNICA
La nueva lev de extranjería
MIGUEL PAJARES
La nueva ley de extranjería, vigents
desde el 1 de febrero de 2000,
ha cambiado sustancialmente el
marco legal en el que se desenvuelve
la inmigración, però no lo ha
cambiado del todo. Se trata de una
ley bastante avanzada por lo que
se refiere a los derechos de los
inmigrantes que estan dentro de
nuestro país, però que no cambia
casi nada para los que quieren
venir (salvo que la denegación del
visado de entrada tiene que ser
motivada) ya que se mantienen los
mismos requisitos de entrada (visado,
oferta de empleo, etc.)- Sus
características mas positivas a
destacar son los derechos que reconoce,
tanto para los extranjeros
con residència legal, como para
aquellos que se hallan en situación
irregular. La asistencia sanitària,
por ejemplo, que sirvió de motivo
para buena parte de los debatés
previos a la aprobación de la ley,
se resolvió estableciendo el derecho
a la plena atención mèdica y
sanitària (no solamente en casos
de urgència, como algunos pretendían)
para todos los extranjeros,
tanto los que disponen de residència
legal como los que no, con el
único condicionante de estar empadronades
en un municipio. Con
ello se otorgó este derecho a los
inmigrantes irregulares (ya que estos
no han de tener -en principioningún
impedimento para empadronarse),
lo que ha supuesto un
importante paso adelante en el reconocimiento
de derechos bàsicos
a todas las personas con independència
de su situación legal de
residència.
Se trata de una
ley bastante
avanzada por lo
que se refiere a los
derechos de los
inmigrantes que
estan dentro de
nuestro país, però
que no cambia
casi nada para los
que quieren venir
Al igual que lo establecido respecto
a la atención sanitària, también
se otorgó el derecho a la educación,
incluyendo el pleno acceso a
becas, para todos los inmigrantes,
también los irregulares. Y lo mismo
se hizo respecto a la justícia gratuïta
en casos de necesidad, a las ayudas
para acceder a la vivienda, etc. También
se establecieron los derechos
de asociación, reunión, sindicación,
etc, con el mismo criterio. La ley
concede, como es lógico, mayores
derechos a los residentes legales,
però para los irregulares otorga una
sèrie de derechos fundamentales
que constituyen la parte mas avanzada
de esta ley.
Para los inmigrantes en situación
irregular establece, ademàs,
el derecho a solicitar la residència
La entrada en vigor, el 1 de febrero, de la nueva legislación sobre
inmigración ofrece mas derechos y posibilidades para luchar en
favor de la integración social, però sigue sin facilitar el acceso libre
al trabajo y la llegada de nuevos inmigrantes
• Los inmigrantes ya tienen derechos de asociación, reunión y sindicación.
si llevan dos anos en Espana y
disponen de medios económicos
de vida (lo que se traduce normalmente
en tener oferta de empleo).
Esta medida rompé dràsticamente
con el planteamiento de la ley anterior,
cuando decía que para solicitar
la residència se debía estar
"en situación legal en Espafia". No
se elimina la irregularidad, ya que
seguiran padeciéndola durante un
tiempo aquellos que entren porvías
no legales, però dice que ya nadie
estarà mucho mas de dos afios en
esta situación, y ello constituye uno
de los apartados de la ley que
tienen efectes positives mas inmediates
sobre la situación de las
personas inmigradas.
También es remarcable que la
expulsión serà, con la nueva ley de
extranjería espafiola, de difícil aplicación
a los inmigrantes si su único
pecado es hallarse en situación
irregular (la expulsión se aplicarà
principalmente en casos relacionades
con la delincuencia). Con la
ley del 85 la mayor parte de las
expulsiones de extranjeros que se
ejecutaban estaban motivadas per
la carència del permiso de residència,
y las ejecutaba la policia sin
intervención de los jueces. Estos
también ordenaban algunas expulsiones
per causas delictivas, pere
eran las menes numerosas. En las
expulsiones peliciales (por irregularidad)
les jueces sóie intervenían
para autorizar el internamiento de
les extranjeros durante la tramitación
del expediente de expulsión.
Con la nueva ley, este internamiento
ya no se puede aplicar a
inmigrantes en situación irregular
(se puede seguir aplicando para
casos vinculades con la delincuen­
cia), y ademàs, la estancia irregular,
o hallarse trabajando sin permiso
de trabajo, ya ne se definen
como motives de expulsión. Ello
ne quiere decir que una aplicación
muy restrictiva, o mejer dicho, muy
retercida, de la ley, no permita expulsar
a los irregulares, ya que en
su redactado hay zenas cenfusas
que pedrían ser utilizadas en ese
sentido; pere lo que se desprende
del conjunte de su articulado es
que para les irregulares lo que se
ofrece es la regularización.
Los aspectes mas criticables estan,
sobre tede, en la parte relacionada
con el acceso al trabajo. Se
ha mantenide el permiso de trabajo,
lo que quiere decir que también
se mantienen les permisos de residència
que no dan derecho a trabajar.
El derecho al trabajo, que
también es un derecho fundamental,
no ha corrido la misma suerte
que etros, como los que senalàbamos
màs atràs, que sí se han recenocido
para todas las personas.
En este caso ni siquiera se ha
reconecide para todos los residentes,
y seguirà habiendo esos permisos
de "residència sin trabajo"
que sobre todo se conceden a los
cónyuges reagrupados, generalmente
las mujeres, y que constituyen
un factor màs de discriminación
de la mujer inmigrada. La alternativa
a ello estaba en eliminar
el permiso de trabajo, receneciende
el derecho a trabajar a todas las
personas a las que se concediese
el de residència (aun cuande, para
la concesión de éste se requiriese
una oferta de empleo o cualquier
otra de las condiciones que la pròpia
ley marca).
También se ha mantenide el cri­
LLUÍS SALOM
terio de "preferència nacional" en
el empleo, estableciendo que los
nuevos permisos no se pueden dar
para aquellos sectores laberales
en les que los espafioles sean también
demandantes de empleo. Esta
es una medida restrictiva para la
inmigración que se suma al contingente
que limita las nuevas entradas.
Sobre este el Pariamento Eurepeo,
en febrero de 1999, sefialó
que les países que limitaban la
inmigración per un centingente no
debían afiadir otra limitación como
la preferència nacional en el em­
pleo. Aquí se mantienen ambas.
También relacionado con el trabajo,
seguimes sin tener mecanismes
eficaces para combatir la
sobreexpletación a la que algunas
empresas someten a las personas
en situación irregular (trabajando
sin contrato, en condiciones infe-
rieres a las sehaladas por el cenvenio,
etc). Si interviene la Inspección
de Trabajo en estàs empresas
los màs danados son los pròpies
inmigrantes que pueden ser expulsades,
lo que dificulta enormemente
la lucha sindical centra estàs
situaciones de sobreexpletación.
Lo que se reclamo, para introducir
en la nueva ley de extranjería, fue
que el acta de la Inspección sirviese
para regularizar a los inmigrantes,
pere ne se legró. Ésa sigue
siendo una asignatura
pendiente.
Se ha mantenido
el permiso de
trabajo, lo que
quiere decir
que también se
mantienen los
permisos de
residència que
no dan derecho
a trabajar
Decíamos al principio que lo
que ne ha cambiado la nueva ley
es el sistema de regulación de la
entrada de nuevos inmigrantes.
Para estos sigue exigiende que
dispengan de una oferta de empleo
con la que deben presentarse
en un censulado espafiol de su
país de origen y solicitar un visado
de entrada para venir a trabajar.
Tal sistema ne hace accesible
la entrada legal para quienes quieren
venir a nuestro país para trabajar.
Aunque las nuevas entradas
se limiten por un centingente
anual, cosa que no discutimos,
no deberían estar condicienadas
por la dispesición de la oferta de
empleo. Cabria aquí contemplar
otras posibilidades como la de la
acogida, es decir, etergar también
visados de entrada en les
cases en les que el aspirante a
migrar a nuestro país dispenga
de familiares aquí que garanticen
su acogida para un període de
búsqueda de empleo. Esta alternativa
ha side incluida en la ley de
inmigración italiana del 1998.
Con sus virtudes y defectes,
tenemes una nueva ley que es
incomparablemente mejer que la
que había y que ofrece amplias
posibilidades para trabajar en favor
de la integración social de la
población inmigrada. Les derechos
de las personas inmigradas
estan ahora màs clares, son màs
amplies, aunque tedavía falte
mucho para alcanzar una verdadera
equiparación de derechos
con los nacionales, y aunque tampeco
se haya mejerado el sistema
de entrada para que las vías
legales de inmigración sean màs
accesibles.
Miguel Pajares es presidente de
CITE, responsable de migraciones
de CCOOy autor del libro "La inmigración
en Espana", editado por
Icaria.