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Divagaciones sobre la literatura picaresca - Centro Virtual Cervantes

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574 CARLOS E. MESA C. M. V. BICC, XXVI, 1971<br />

En <strong>la</strong> <strong>picaresca</strong> es fácil sorprender el ta<strong>la</strong>nte vital de un<br />

siglo, hasta el punto de que el costumbrismo, tan favorecido<br />

posteriormente en España y tan de Colombia en el siglo pasado,<br />

tiene en <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> <strong>picaresca</strong> uno de sus manantiales más<br />

copiosos.<br />

Se ha dicho que <strong>la</strong> <strong>picaresca</strong> es <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> del hambre, sin<br />

que por ello se afirme <strong>la</strong> existencia de una España famélica.<br />

Lazarillo, el Buscón, Estebanillo González son vagabundos<br />

que viven acuciados por el logro del diario mantenimiento.<br />

¿Se puede escribir —preguntaba hace poco un periodista —<br />

<strong>la</strong> nove<strong>la</strong> del hambre en medio de una España floreciente y<br />

opulenta? Y ¿quién lo duda? En nuestros días Steinbeck ha<br />

escrito <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> del hambre en California, exactamente como<br />

podría situarse una nove<strong>la</strong> de irreligiosidad en <strong>la</strong> misma ciudad<br />

de Roma.<br />

Anota don Julio Cejador que Lazarillo, a poco de aparecer,<br />

fue el libro de todos: de <strong>la</strong> gente letrada y de <strong>la</strong> gente lega,<br />

de eclesiásticos y seg<strong>la</strong>res, del pueblo bajo y de <strong>la</strong>s personas<br />

de cuenta. Los españoles so<strong>la</strong>zábanse con su leyenda, hal<strong>la</strong>ndo<br />

pintadas al vivo en diminuto cuadro <strong>la</strong>s costumbres,<br />

<strong>sobre</strong> todo, del pordiosero, del clérigo y del hidalgo a que<br />

se reducían <strong>la</strong>s maneras de vivienda en <strong>la</strong> España de aquellos<br />

tiempos...<br />

Junto al costumbrismo campea en <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> <strong>picaresca</strong> el<br />

popu<strong>la</strong>rismo. Sus protagonistas han sido extraídos de <strong>la</strong><br />

cantera del pueblo. De él salen, en su medio se mueven, su<br />

lenguaje hab<strong>la</strong>n. La vida rica, noble o cortesana, aparece a<br />

trechos por ley de concomitancia o en ocasiones de servicio<br />

a grandes señores. Así Estebanillo González nos cuenta "cómo<br />

fue recibido en el servicio de su Alteza Serenísima el Infante<br />

Cardenal...". Pero, habitualmente, <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> <strong>picaresca</strong> es enjambre<br />

y mundillo de vividores del pueblo. En sus páginas<br />

bulle <strong>la</strong> España de a pie, <strong>la</strong> que crea sus cuotidianas travesuras<br />

con mozos desgarrados del hogar y amigos de <strong>la</strong> trapisonda<br />

y acuña su filosofía en <strong>la</strong> densidad certera de los refranes.

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