Divagaciones sobre la literatura picaresca - Centro Virtual Cervantes
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598 CARLOS E. MESA C. M. F. BICC, XXVI, 1971<br />
de <strong>la</strong> Cruz y vino al mundo el mismo año que se colocaba <strong>la</strong><br />
primera piedra del imponente monasterio del Escorial. Sus<br />
estudios —<strong>la</strong>tín, teología, signos eclesiásticos...— suponen<br />
cierta vocación de altar; pero él mismo confiesa que abandonó<br />
tales estudios "por humanos respetos" y por seguir medicina<br />
y cirugía, tradicional en su familia. El afán didáctico perjudica<br />
a <strong>la</strong> andadura de su narración; pero es un afán consciente<br />
en él y que parece fórmu<strong>la</strong> peculiar del género que<br />
comentamos. "El predicar y el escribir — dice — son compatibles<br />
y tienen un mismo objeto".<br />
Muestra de su prosa podría ser este fragmento del primer<br />
capítulo:<br />
Lo que pasó con este mi tío cura, vaya en descuento de mis pecados:<br />
el poco dormir, el mucho madrugar, el andar de día y de noche,<br />
era insufrible y desproporcionado a <strong>la</strong> terneza de mis años. Tenía<br />
el cura en su casa una ama setentona, colmilluda, más natural para<br />
esqueleto que para gobierno de una casa, compuesta de huesos y tan<br />
seca de carnes como de condición áspera y desabrida. Era yo inocente,<br />
que a ser gran pecador, bien pudiera servirme de purgatorio por enormes<br />
que fueran mis culpas...<br />
Alonso de Castillo Solórzano no es ya el autor de un solo<br />
libro picaresco; es el creador de un ciclo que tiene cimas tan<br />
encumbradas como La niña de los embustes, Aventuras del<br />
bachiller Trapaza y La Garduña de Sevil<strong>la</strong>. Un anterior libro<br />
de Castillo Solórzano Las harpías en Madrid (1631), más que<br />
nove<strong>la</strong>, es una suma de anécdotas ligadas por un fondo común:<br />
<strong>la</strong> vida de cuatro busconas de Madrid. En La niña de<br />
los embustes, ya hay un actor central que dice sus experiencias,<br />
confesiones y moralidades en primera persona, pero con procedimientos<br />
inocultables de nove<strong>la</strong> cortesana e interpo<strong>la</strong>ción<br />
de poesía y entremeses. De Teresa de Manzanares, hija nacida<br />
en <strong>la</strong>s riberas de aquel cortesano río, dice por presentación:<br />
Escribo <strong>la</strong> vida, inclinaciones, costumbres y máquinas de una traviesa<br />
moza, de una garduña racional, taller de embustes, almacén de<br />
embelecos y depósito de caute<strong>la</strong>s. Con sutil ingenio fue buscona de<br />
marca mayor, sanguijue<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s bolsas y polil<strong>la</strong> de <strong>la</strong>s haciendas. Con