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Domingo, 5 de febrero 2006 / La Opinión - El Correo JOSE MANUEL GARCIA RUBIO ● Aquel año 1935 comenzó con una grata noticia para la ciudad, que en parte hizo olvi- dar los heladores días de enero que transcurrían: El día 17, San Antón, comenzaron las obras para realizar el alcantarillado público del barrio de San Lázaro, dando trabajo a numerosos obreros que desde hacía tiempo estaban en paro forzoso. Diez días más tarde, el zamorano y por entonces ministro de Obras Públicas, don José María Cid, habló telefónicamente con el alcalde de la ciudad, señor Tomé, indicándole que acababa de firmar el proyecto definitivo para construir la nueva estación de ferrocarril, cuyo importe total ascendía a 7.897.774 pesetas. Un tiempo desapacible acompañó a aquellos Carnavales, motivo por el que las calles apenas estuvieron animadas; concentrándose la gente en los salones de baile, los cuales se vieron muy concurridos: En el Teatro Principal, en el baile del lunes se procedió a la elección de “Miss Zamora”, siendo elegida Dolores García, que fue obsequiada por el Bazar J. con un estuche de tocador. La señorita García era ayudante del odontólogo señor Jaramillo. En otro salón de baile, llamado “El Danubio Azul”, situado en la calle de Balborraz, fue elegida “Miss Modista 1935” la señorita Cruz García Alvarez, recibiendo grandes aplausos al ser presentada al público con la Mantilla Zamorana con que fue obsequiada. El jurado estaba compuesto por los artistas Daniel Bedate y Mauricio Cortés. Llegada la Navidad, en sus días previos fue expuesto en la Plaza Mayor un monumental “Nacimiento” al que llamaron “Panorama de Jerusalén”, el cual poseía 600 figuras. Y un atrevido adivino que no servía para ello, pues pronosticó que: “El próximo año 1936 no habrá epidemias, ni enfermedades incurables, ni parados, ni revoluciones”... es decir, todo lo contrario que resultó en la realidad. Y llegó 1936 para demostrar rápidamente la gran equivocación del adivino. En principio, mediado el mes de febrero hubo elecciones: La candidatura presentada por los Conservadores fue la siguiente: don Santiago Alba, don José María Cid, don Antonio Rodríguez y don Germiniano Carrascal. El Frente Popular de Izquierdas presentó a don Antonio Moreno Jover, don Quirino Salvadores, don Félix Valbuena y don Angel Galarza. Pocos días más tarde hubo de suspenderse una sesión municipal, pues frente al Ayuntamiento se presentó nutrida manifestación, pidiendo fuera repuesto el alcalde de elección popular don Cruz López García, el cual había sido depuesto a raíz de los sucesos de octubre. El secretario de la Corporación, señor Prada, hizo saber a los manifestantes que, legalmente no podía darse posesión conforme deseaban, por ser ilegal el procedimiento, siendo indispensable la orden gubernativa. Para calmar las impaciencias del público el señor López García ocupó breves instantes el sillón presidencial, dirigiendo la palabra al público, para rogarle que se disolviera pacíficamente. En aquellos momentos llegó al Ayuntamiento el señor Galarza, y dirigiéndose a las masas recomendó que guardaran el orden más absoluto, para no empañar la victoria lograda en las urnas, prometiendo que el Ayuntamiento destituido sería repuesto; lo cual se hizo al día siguiente; pero poco antes de celebrarse la sesión se organizó una manifestación que, partiendo de la Casa del Pueblo, junto al Paseo de San Martín, se dirigieron al Ayuntamiento cantando la Internacional. A la cabeza de dicha manifestación marchaban los concejales repuestos en sus cargos. Continuaron por C/ Renova, Plaza Sagasta y al llegar a Plaza de los Momos, nació la «Aquellos (VI) INVIERNOS ZAMORANOS» Crecida del Duero a su paso por el barrio de La Horta 1936: Una gran CRECIDA pone en peligro los Barrios Bajos Firmado el proyecto definitivo para construir la nueva estación de ferrocarril, cuyo importe total ascendía a 7.897.774 pesetas idea en los manifestantes, de quitar de su pedestal el busto de Fray Diego de Deza, puesto allí por la Comisión Gestora. Así se hizo, atándolo con una maroma para arrastrarla hasta el puente de piedra para ser arrojado al agua. Más tarde comenzó la sesión, presidida por el alcalde don Cruz López y con la asistencia de los concejales: Alonso, Barayón, Velasco, Sever, Carreras, Villalba, Salvadores, López y Asorey. dominical / V Como, a pesar del adivino, la situación se complicaba cada vez más, días después el alcalde, para prevenir más líos hizo público el siguiente Bando: “Para que las diversiones propias de los días de Carnaval, se celebren sin menoscabo de la cultura y la moralidad, he dispuesto la siguiente: Durante dichos días será permitido andar por las calles con disfraces y caretas, solamente hasta el anochecer. Quedadno prohibido usar disfraces que representen vestiduras eclesiásticas y uniformes militares; como así mismo los que resulten groseros, indecorosos, o inmorales. Se prohíbe también hacer uso de perfumadores, esencieros, o cualquier objeto que por su uso forma o volumen, pudieran ensuciar, molestar o causar perjuicio a personas”. Para seguir acordándonos del adivino, indicaré que aquel mes de febrero destacó por sus temporales climatológicos. Pero mejor será trasladarnos a las crónicas de la época: “Continúan registrándose intensas lluvias, motivando el desbordamiento de los ríos, que imposibilitan las comunicaciones. Los campos ofrecen un aspecto tristísimo; los sembrados están anegados de agua desde hace tiempo. Conforme anuncia la Confederación Hidrográfica del Duero, éste ha experimentado una gran crecida, poniendo en peligro los Barrios Bajos. Zamora ha quedado incomunicada del resto de España por tren, ya que la vía se ha visto desbordada por las aguas. Se han derrumbado casas y paredes en los barrios de San Frontis, Cabañales, Pinilla y el Sepulcro. A las 8 de la mañana del día 21, el Duero continuaba creciendo, encontrándose sus orillas concurridísimas de público, viendo la cantidad de árboles y numerosos enseres que arrastraba. Es tan enorme la crecida, que los ancianos dicen no haber conocido otra igual desde el año 1860”. La celebración de los Reyes Magos de 1937 tuvo otro aire distinto a los conocidos hasta entonces, pues hacía notarse notablemente la influencia del bando que posteriormente resultaría ganador de la Guerra Civil, así como el apoyo de los medios de comunicación locales, seguramente obligados por las circunstancias. Las crónicas lo demostraron así: “Sencillamente maravillosa resultó la cabalgata de Reyes organizada por el Requeté de Zamora. Abrían marcha las cornetas y tambores del Requeté local. Seis jinetes portaban las banderas de España, Alemania, Portugal, Italia, Zamora y Borgoña. Tras ellos todos los requetes y pelayos con bengalas y teas, iluminaban el cortejo. Dos camiones portaban una verdadera nube de juguetes para los niños de la guerra y del hospicio. La cabalgata llegó hasta la avenida Requejo, en uno de cuyos chalecitos residían los niños de la guerra, donde les fueron entregados los juguetes”. Aquella noche del 5 de enero, en sesión celebrada en el Ayuntamiento, fue acordado que a partir de entonces la Ronda de Santa Clara pasase a llamarse avenida José Antonio Primo de Rivera (hoy Alfonso IX). Y que la rotonda de San Torcuato pasase a llamarse Plaza de Alemania. Días más tarde también se acuerda que la prolongación de avenida Requejo pasase a llamarse avenida de Italia; y que las Tres Cruces, pasase a llamarse avenida Lope de Vega. Como podéis daros cuenta, a esta última avenida, bautizada con varios nombres a través del tiempo, los zamoranos nunca dejaron de llamarla Tres Cruces.
VI / dominical La Opinión - El Correo / Domingo, 5 de febrero de 2006 DELFINARIO DELFIN RODRIGUEZ Los apuros de un paleto en Madrid La venganza de LA PATA RESUMEN DE LO PUBLICADO NUESTRO PROTAGONISTA PASA EN MADRID MAS HAMBRE QUE UN MAESTRO DE ESGRIMA. LA MALA COSTUMBRE DE COMER LE LLEVO A UNA SITUACION ANGUSTIOSA. LA FRASE “Mejor tonto que muerto” ROBERT STEVENSON ● La cosa en Madrid se estaba poniendo mu malita. Sin un duro en el bolso ni un mal bocata que llevarme a la boca, aquella mañana opté por atacar a la mosquera de la patrona. Siempre tenía algún esqueleto de gallina que rañar y yo era un artista escarbando en el tuétano de los huesos. Quiso la mala suerte que después de despepitar los huesos de la gallina me quedara con igual hambre. Rebusqué en la mosquera y encontré. Rañando estaba mi hallazgo, que era un trozo de espinazo rancio que había sobrado de un cocido agua más que sustancia, cuando entró en la cocina el amante patapalo de la patrona. Al verlo me quedé con la boca parálisis total. El diente hincado en la grasa se fue aflojando poco a poco para que la lengua dijera aquella enorme tontería: no... no... no es lo que parece. El querido, que era más malo que unos sabañones en la oreja, apoyó el culo en el fregadero, se inclinó hacia la pata de madera y comenzó a desenroscarla. Luego se la sacó por la pernera abajo y la alzó contra mi con enorme furia. De no haberle dado la espalda, a estas horas tendría un trozo de cabeza en cada esquina del fregadero. Me rebelé, pero sin llegar a alzarle la mano. Le llamé mamón, hijo de puta y otras cosas y a lo más que me atreví fue a darle un baldón en el pecho. Como te puedes imaginar con una pierna sola sujetando aquella masa barriguda, el equilibrio se perdió al instante y el rufián se fue de cabeza al suelo. Me asusté porque la que me esperaba era cojonuda. Pero no podía dejarme atropellar por aquel chupón que el único mérito que tenía en aquella casa era beneficiarse con éxito a la jefa. Me eché a la calle rumiando mi venganza. Algo tendría que hacer. Aquel trance de sacudirme con la pata de madera en las costillas había sido tan doloroso moral como físicamente. Yo creo que era la primera vez que alguien me pegaba así, a conciencia y todo por un mierda espinazo que además estaba más rancio que la madre que lo parió. No tardé en dar con la venganza ade- «Tragué saliva y la nuez me bailó en la garganta. Luego oí pasos que se dirigían a la cocina» «Aquel trance de sacudirme con la pata de madera fue tan doloroso moral como físicamente» cuada. El querido, cuando se quedaba a dormir en casa de la patrona, que era casi siempre, solía desenroscarse la pata en el sofá del salón y la dejaba tumbada en el mismo sofá. Eso me brindaba una ocasión maravillosa para hacérselas pasar putas al maltratador. Así que, bien entrada la noche y cuando todo el mundo dormía, abrí sigilosamente la puerta de mi habitación y me dirigí a la cocina. Quién anda ahí, oí gritar a mi patrona desde la habitación. Contuve la respiración. Me metí detrás de la puerta de la cocina y esperé unos minutos. Al cabo de un rato, proseguí con mi plan. Abrí la puerta de una especie de alacena y saqué un viejo serrucho que se utilizaba para serrar los huesos de jamón que a veces le regalaban en la pollería que también vendía huesos. Con el arma en la mano me dirigí al salón. Tentando sobre el respaldo del sofá, alcancé a ver en la oscuridad la pata barnizada de mi enemigo. La cogí y me dirigí con ella de nuevo a la cocina. Cerré la puerta y con un cuidado rayano en lo escrupuloso, asenté la pata en el culo de una silla y comencé a aserrar por la mitad del palo. Se iba a enterar aquél desgraciado de cómo nos las gastábamos la gente de Sanabria. El serrín fue cayendo poco a poco al suelo hasta que, por fin, la pata quedó hecha dos trozos, pero con tan mala suerte que uno de ellos cayó al suelo con gran estrépito. Mi patrona volvió a gritar desde su habitación, quién anda ahí... Yo volví a meterme detrás de la puerta tratando de hacerme invisible. Vi por debajo de la puerta la claridad amarilla que daba la bombilla mortecina llena de cagaditas de mosca. Había encendido la luz del salón. Aquello se ponía feo. Domingo, 5 de febrero de 2006 / La Opinión - El Correo Tragué saliva y la nuez me bailó en la garganta. Luego oí pasos que se dirigían en dirección a la cocina. Escondí la cabeza con el mandil lleno de grasa que siempre colgaba tras la puerta. La patrona abrió y me aplastó la hoja de la puerta contra la nariz. Dio la luz al tiempo que susurraba, qué recio anda esto. Husmeó asegurándose de que nada anómalo ocurría y afortunadamente apagó de nuevo. El patapalo gritó desde su cama, ven “pacá” que deben de ser los hijoputas gatos de la vecina. Cuando todo volvió a quedarse en silencio, recogí el serrín con la escoba y la badila y lo eché a la basura. Cogí un trozo de pan duro, lo metí en agua e hice una masa pegajosa. Con ella pegué los dos trozos de pata y los apreté durante unos minutos. Cuando el engrudo estuvo seco, comprobé que se sujetaban como si la pata estuviera entera. Sabía que mucho no podría durar pegada, pero sería lo suficiente como para joder al enemigo. Acabado el trabajo, volví al salón a depositar la pata sobre el sofá. Torné a mi habitación, me quité la chaqueta y la camiseta y me miré la espalda dolorida en el espejo. Una especie de cinta morada me recorría la piel como si fuera la tercerola de un guardamontes. Me apliqué un poco de unto que siempre tenía en la maleta para darle a las botas de cuero y luego me metí en la cama. Todavía tenía el corazón acelerado y encogido. Estaba temeroso, pero con una extraña alegría interior. Sólo había que esperar a que llegara la mañana para comprobar que con aquella pata aquel tío no volvía a medirme los riñones. Me quedé dormido y a eso de las nueve de la mañana oí un ruido enorme, como si se hubiera producido un terremoto. Luego un griterío que procedía del salón que podrían oírlo también en la calle Fuencarral. Me asomé. El patapalo decía: me mató el hijoputa sanabrés me mató voy a rebanarle el pescuezo con la cheira.... Eso y otras cosas así decía. Abrí una pizca la puerta y oí también a la patrona. Dios mío -decía ella- estás en el suelo levántate qué te pasó... Y él: el hijoputa sanabrés que me aserró la pata y al ponérmela y levantarme fui a tomar por culo... El patapalo se incorporó y quedó sentado en el sofá. Miró en dirección a mi habitación y me descubrió Con la media pata rota en la mano me señalaba como si fuera una pistola a punto de apretar el gatillo: te mato reza lo que sepas vete confesándote porque hoy te mato hijoputa, repetía. La patrona vociferó mientras con sus huesudas manos le acariciaba una calva que comenzaba en los ojos y acababa en la espalda: lo despido hoy mismo encuantis que me pague lo despido... Pero la verdad es que a mi aquello me importaba tres, porque ya sabía que el efecto de aserrarle la pata no iba a ser mucho menos que un despido e incluso un intento de asesinato. Di un paso al frente haciéndome el loco, el inocente. Yo me esforzaba en vano en decir que lo de la pata no era cosa mía, que a lo mejor habían sido los ratones, la polilla, Los gatos de la vecina, qué se yo… Además todo el mundo sabía que aquella pata no parecía de muy buena calidad, vamos, que era una pata de mierda, así que a mi no se me podía culpar de aquel atropello… El patapalo me dejó acabar la frase. Me tiró con la mitad de la pata a la cabeza y yo me agaché. La pata fue a dar al cristal de la ventana y salió como si fuera un misil a la calle. A los dos minutos sonaron en la puerta unos aldabonazos fuertes y que denotaban urgencia. Fue a abrir la patrona y antes de que hubiera franqueado la puerta del todo, ya había entrado un guardia feo y gordo con una porra en la mano, una brecha en la cabeza y dos ojos que despedían un fuego capaz de derretir a un queso duro. El patapalo me apuntó a mi con lo que le quedaba de la prótesis, ese señor guardia ese es el asesino que le tiró con la pata de madera… Pero yo muy sereno le razoné al guardia, señor guardia como podrá comprobar usted mis patas no son de madera mire bien a ver a quién le falta el trozo que le dio a usted en la cabeza y descubrirá al agresor. Y el guarda, que tonto no era, le dijo al patapalo queda usted detenido por falso testimonio y agresión sígame. Pero el patapalo no podía seguirlo porque con una pata sola no sabía andar, así que tuvo que venir un land-rover de la policía a llevárselo por atentado a la autoridad y asesino. Cuando salía, yo me froté las manos. El se volvió a mi y me enseñó el puño jurando matarme. Yo no me amilané. Le saqué la lengua y santaspascuas. E-mail: delfín_rod@hotmail.com dominical / VII NO-ticia de la semana LA ENSEÑANZA EN ESPAÑA ES UN FRACASO. NUESTROS HIJOS SON UNOS PRESUNTOS BURROS. LOS ADULTOS “MUXO +”. QUE HAY FRACASO ESCOLAR, LO SABE TODO EL MUNDO. QUE A LOS POLITICOS SE LA TRAE FLOJA, TAMBIÉN. QUE LO QUE LES IN- TERESA EN SUS PLANES DE ESTUDIOS ES ADOCTRINAR MAS QUE ENSEÑAR, PUES POR SUPUESTO. QUE ESTAMOS CONVIRTIENDO A NUESTROS HIJOS EN UNOS BURROS, NO HAY DUDA. SIN EMBAR- GO, A VECES OIGO CON DOLOR CULPAR A LOS NIÑOS DE ESE FRA- CASO. QUE SI LA JUVENTUD SOLO PIENSA EN EL BOTELLON, QUE SI LOS ORDENADORES, QUE SI… Yo creo que detrás del alarmante fracaso estamos todos: Niños, educadores, políticos y padres. Pero creo que lo están, de forma fundamental, los redactores de los libros de texto. Que manda cojones como redactan los tíos. Estos días de niebla y nieve, he tenido la peregrina idea de dejar de lado mis articulitos para echarle una mano en lo de los estudios a mi hija Nuria. Y sin que sirva de excusa para ella y para los millones de niños que se pegan todos los días con los libros, comprendí que no den una en el clavo. Mira si no lo que literalmente pone el libro de lengua explicando no sé qué: "En el arte, el misticismo finisecular está representado por la arquitectura de Gaudí". Tiene mandanga. Yo no soy un genio de las letras, pero les aseguro que con lo elemental me defiendo. Pues bien, no supe cómo decirle a mi hija que debía de empaparse lo del misticismo finisecular. Y surgió la pregunta que tanto me temía y que me dejó la pierna temblando. Mi hija me dijo, papi qué significa eso del misticismo finisecular. Y yo, les juro, no tengo ni puta idea, así que tuve que fingir que me vibraba el móvil y decirle, uy me llaman es urgente ya te lo explico mañana... Y lo que me vibraba era el cerebro de pensar en el burrazo que llevaba dentro. Pero trataría de ilustrarme para explicárselo mañana. No quería defraudar a la niña de mis ojos. Pero mañana llegó y tampoco pude explicárselo. Fui a un humilde diccionario de Sopena, pastas verdes y en la “f” delante de lo que debía ser finisecular, venía finis coronat opus y depués Finisterre. Finisecular no estaba, no era, no existía. Seguro que si busco en otro diccionario lo encuentro, pero coño, señores redactores de libros de texto, si ustedes lo sabían, ¿no podían haberlo expresado de forma más humana?”. No es el único caso. Ojeando otro libro descubro un auténtico trabalenguas que dejaría pequeño al “Las tablas de mi balcón están mal entarabincontincoladas…” etc. Lean si no lo que dice: “los digresores, los conectores contraargumentativos, los reformuladores rectificativos, los operadores de refuerzo argumentativo, los marcadores conversacionales de modalidad, los conectores aditivos…”. Sinceramente, eso me sonó a cables y clavijas aderezados con pimentón. Qué lejos aquella “Enciclopedia Alvarez, intuitiva, sintética y práctica” que para enseñarnos los tiempos del verbo nos ponía el dibujo de un niño escuálido con un racimo de uvas pelado en la mano y decía: pasado, comí; luego el mismo niño llevándose a la boca una uva: presente, como; y finalmente el niño aupándose para coger un racimo de la parra: futuro, comeré… Aquello sí que era práctico y didáctico. Estamos ante el fracaso de la palabra. La comprensión de los textos llevada a su grado mini. Por si fuera poco, merced a las nuevas tecnologías se sistematiza tanto que se llega al absurdo. Un poner. Para enviar por móvil el mensaje: “Oye, mañana nos vemos para ir al cine”, ponemos el icono de una oreja que expresa el “oye” y “mñn cne” con el icono de un ojo, que expresa el “vemos”. Esta economía en el lenguaje conduce a que nuestros hijos no aprendan a expresarse ni a comprender. Volvemos al lenguaje de los signos, al jeroglífico. Que a lo mejor tampoco está mal. Tenemos otros PK2 peores. ✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘ ASOCIACION DE SEPARADOS Teléfonos: 980 51 29 48 / 980 51 60 13 929 854 386 Para que tu problema no sea único, únete a nosotros
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