la oscura quintería - Bibliotecas Públicas
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indemnización económica. La aventura<br />
americana de Renoir llegaba a su fin, y no<br />
precisamente de forma exitosa. Zanuck lo<br />
explicó a su manera: “Renoir tiene mucho<br />
talento, pero no es de los nuestros”. Faulkner y<br />
Duncan p<strong>la</strong>ntean <strong>la</strong> posibilidad de que Renoir<br />
estuviera en <strong>la</strong>s listas negras de los productores<br />
y los estudios por su activismo político durante<br />
los años cuarenta.<br />
Las tensiones vividas con <strong>la</strong> RKO y el fracaso<br />
económico de The Woman on the Beach obligan<br />
a Jean Renoir a un nuevo exilio, esta vez de<br />
regreso a Francia: se inicia así <strong>la</strong> última etapa de<br />
su filmografía marcada –apunta Quintana- “por<br />
<strong>la</strong> condición de extranjería”, por <strong>la</strong> sensación de<br />
extrañeza en su propia casa.<br />
De todos modos, Jean Renoir volvería a Estados<br />
Unidos, y acabaría convirtiendo este país en su<br />
tierra de adopción, en el espacio predilecto para<br />
vivir felizmente sus últimos años.<br />
2. Análisis fílmico: directed by Jean Renoir.<br />
2.1. Swamp Water (1941) y The Southerner<br />
(1945): el cine realista.<br />
SWAMP WATER / AGUAS PANTANOSAS<br />
(1941, 20 th Century Fox)<br />
Un travelling en retroceso muestra una ca<strong>la</strong>vera<br />
sobre una cruz que está c<strong>la</strong>vada en mitad de un<br />
pantano (según los títulos de crédito, <strong>la</strong> historia<br />
está localizada “in the Okefenokee Swamp in<br />
the State of Georgia”), a su vez –continúa el<br />
travelling <strong>la</strong>teral hacia <strong>la</strong> derecha- enmarcado en<br />
DESDE EL ÁRBOL GORDO Nº 5 – JUNIO 2010<br />
20<br />
un espacio natural exuberante, de enorme<br />
riqueza tanto de árboles como de p<strong>la</strong>ntas. Ya<br />
queda de manifiesto <strong>la</strong> importancia del medio<br />
sobre el ser humano –los hombres del pantano-<br />
que poco puede hacer para vencerlo, para<br />
dominarlo: son incapaces de encontrar a unos<br />
tramperos que al parecer se internaron en ese<br />
lugar –cazan animales para vender sus pieles- y<br />
fueron atrapados por una mocasín. Thursday<br />
Ragan (Walter Huston) le pide una y otra vez a<br />
su hijo Ben Ragan (Dana Andrew) que no se<br />
asome al pantano.<br />
Por momentos el filme de Renoir se torna casi<br />
en una especie de documental sobre el modo de<br />
subsistencia de los habitantes de <strong>la</strong> comarca del<br />
pantano. No nos sorprende, pues, que el director<br />
invierta algo más de cinco minutos en mostrar<br />
casi palmo a palmo <strong>la</strong> naturaleza del lugar<br />
cuando en un viaje arriesgado Ben sale en busca<br />
de su querido perro. Al parecer Renoir se negó a<br />
reproducir este espacio natural en los estudios<br />
de <strong>la</strong> Fox y convenció a Zanuck para rodar los<br />
exteriores del filme en Georgia, en <strong>la</strong><br />
encantadora ciudad de Waycross.<br />
La parte descriptiva de <strong>la</strong> secuencia concluye<br />
cuando aparece en escena el hombre salvaje de<br />
<strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong>, Tom Keefer (Walter Brenan), el<br />
único individuo capaz de sobrevivir en este<br />
medio inhóspito. No tiene el viejo buena<br />
opinión de <strong>la</strong> gente del pantano: mucho menos<br />
de <strong>la</strong> familia de Ben. Pero entre ellos surge a<br />
partir de este momento una re<strong>la</strong>ción amistosa<br />
muy entrañable basada en <strong>la</strong> solidaridad y en <strong>la</strong><br />
comprensión mutua. En este sentido, en <strong>la</strong><br />
segunda visita de Ben, ya emancipado, pues<br />
abandona definitivamente su casa al enfrentarse<br />
una vez más a su incompresible y testarudo<br />
padre, en este retorno al paraíso perdido, los<br />
nuevos amigos hab<strong>la</strong>n ya distendidamente:<br />
-Esto es como estar en otro mundo –le dice<br />
Ben a su “socio”.<br />
-He oído decir que <strong>la</strong>s estrel<strong>la</strong>s son otros<br />
mundos. Son como balsas flotando en <strong>la</strong><br />
noche del señor y hay seres vivientes dentro<br />
igual que en este mundo al que l<strong>la</strong>mamos<br />
tierra. Vivir en este pantano es como vivir en<br />
una estrel<strong>la</strong> -dice Tom.<br />
-Este pantano –apunta Ben- no parecer ser<br />
tan peligroso como dicen.<br />
-No si se conoce. Pero puedes perderte y<br />
volverte loco tratando de encontrar <strong>la</strong> salida.<br />
Hay que conocer bien a todos los seres que<br />
viven aquí. De <strong>la</strong> misma manera que es<br />
necesario conocer bien a <strong>la</strong> gente para vivir<br />
fuera del pantano.<br />
Se trata sin duda alguna de una de <strong>la</strong>s escenas<br />
más intimistas y líricas del primer filme de<br />
Renoir en América. Filmada con una puesta en