la oscura quintería - Bibliotecas Públicas
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estómagos hambrientos de muchos<br />
vil<strong>la</strong>rrubieros.<br />
Otro “Balcón de La Mancha”: La “Cruz de Ocaña”,<br />
a <strong>la</strong> que se llega ascendiendo <strong>la</strong> Co<strong>la</strong>da de<br />
Valparaiso.<br />
Y ahora, ¿qué aspecto vienen presentado –no<br />
tengamos en cuenta este excepcional año<br />
pluviométrico, que se repite muy de vez en<br />
cuando- desde hace ya algunos lustros <strong>la</strong>s vegas<br />
del Gigüe<strong>la</strong>? ¿Qué vemos en ese paraje l<strong>la</strong>mado<br />
los Ojos del Guadiana que da nombre a nuestro<br />
municipio y nos sitúa con letras mayúscu<strong>la</strong>s en<br />
el mapa de España? ¿Dónde están Las Tab<strong>la</strong>s de<br />
Vil<strong>la</strong>rrubia, que, habiendo sido lo mismo -y tras<br />
haber hecho con estas inusuales lluvias<br />
invernales un amago de resucitar- en nada se<br />
parecen a lo que unos kilómetros más ade<strong>la</strong>nte<br />
es un Parque Nacional? ¿Cuál es <strong>la</strong> causa por <strong>la</strong><br />
que se ha pedido desc<strong>la</strong>sificar como Reserva de<br />
<strong>la</strong> Biosfera a lo que queda de nuestras Tab<strong>la</strong>s y<br />
resto de humedales, que, igualmente, en años<br />
como este resucitan efímeramente? ¿Por qué<br />
parece que Vil<strong>la</strong>rrubia se acaba al pie de <strong>la</strong><br />
Sierra cuando realmente va mucho más allá?<br />
¿Por qué, dentro de nuestra propia Sierra, no<br />
nos dejan pasar por los caminos por los que<br />
muchos de nuestros antepasados iban a buscarse<br />
<strong>la</strong> vida porque no había otra cosa? ¿Qué fue de<br />
aquel<strong>la</strong>s extensas dehesas y encinares que<br />
antaño envolvían buena parte de los alrededores<br />
de Vil<strong>la</strong>rrubia y que también daban alimento o<br />
leña entre otros? ¿Qué queda de todo ello? Hoy<br />
en día, afortunadamente, ya no dependemos de<br />
todo aquello como dependían muchos de<br />
nuestros antepasados, pero lo que está c<strong>la</strong>ro es<br />
que desde entonces hasta ahora algo se ha hecho<br />
mal o muy mal. Tanto que a cualquier joven<br />
vil<strong>la</strong>rrubiero le cuesta creer que el paisaje de<br />
nuestro pueblo fuera tan diferente hace tan sólo<br />
unas décadas, como es el caso de nuestros<br />
humedales, o que aún hoy día existan parajes<br />
emblemáticos muy ligados a nuestra historia y<br />
acerbo popu<strong>la</strong>r de los que no podemos disfrutar,<br />
como es el caso de Nuestra Sierra.<br />
En cuanto a <strong>la</strong> Calidad Medioambiental de<br />
nuestro pueblo, <strong>la</strong> realidad hace levantar<br />
DESDE EL ÁRBOL GORDO Nº 5 – JUNIO 2010<br />
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también bastantes suspicacias, siendo un hecho<br />
el que en los últimos lustros ha proliferado el<br />
número de casos de enfermedades entre<br />
nuestros vecinos, especialmente <strong>la</strong>s<br />
cancerígenas, y, a falta de un estudio sobre ello,<br />
cabe <strong>la</strong> posibilidad que esté directamente<br />
re<strong>la</strong>cionado con <strong>la</strong> cada vez más deteriorada<br />
calidad del aire o el agua que bebemos y<br />
determinados productos que consumimos<br />
derivados de el<strong>la</strong>, sobre todo del agua<br />
procedente del acuífero que se sitúa bajo<br />
nuestras explotaciones agrarias, contaminado<br />
por algunos productos agrarios muy nocivos.<br />
En resumen, Vil<strong>la</strong>rrubia, y más en concreto lo<br />
que es su término municipal, ha gozado<br />
históricamente de un privilegiado Patrimonio y<br />
Calidad Medioambiental que actualmente está,<br />
o bien seriamente degradado -si no del todo-, o<br />
bien totalmente fuera del alcance y disfrute de<br />
los vil<strong>la</strong>rrubieros. Y los responsables de todo<br />
hemos sido nosotros los propios vil<strong>la</strong>rrubieros,<br />
nuestros políticos y gobernantes –unos<br />
impuestos en tiempos pasados, pero otros<br />
elegidos por nosotros mismos ahora en<br />
democracia- y esos nuevos grandes propietarios<br />
que llegados de fuera quieren arrebatarnos este<br />
Patrimonio y Calidad medioambiental que a<br />
todos nos pertenece y del que tenemos derecho<br />
a disfrutar como vil<strong>la</strong>rrubieros que somos. Pero<br />
centrémonos en <strong>la</strong> parte que nos toca a nosotros<br />
como ciudadanos. Más por ignorancia y dejadez<br />
que de forma intencionada, nosotros los<br />
vil<strong>la</strong>rrubieros hemos sido los que en su día, de<br />
alguna u otra manera, permitimos <strong>la</strong><br />
canalización del Gigüe<strong>la</strong> y <strong>la</strong> desaparición de<br />
sus fértiles vegas, con <strong>la</strong> consecuente<br />
destrucción de Las Tab<strong>la</strong>s de Vil<strong>la</strong>rrubia, o que<br />
a<strong>la</strong>mbrasen <strong>la</strong> Sierra y desde entonces no<br />
podamos acceder y transitar por aquellos tramos<br />
y parajes que por Historia, Tradición y, sobre<br />
todo, por Ley nos pertenecen. También estamos<br />
siendo nosotros los que, víctimas de una<br />
equivocada política agraria sugerida por <strong>la</strong>s<br />
altas esferas políticas e institucionales hace ya<br />
años, estamos dejando vaciar el acuífero que<br />
antaño hacía manar Los Ojos del Guadiana, así<br />
como los múltiples manantiales que también<br />
alimentaban <strong>la</strong> vega del Gigüe<strong>la</strong>, hasta tal punto<br />
que, si se sigue así, no terminará habiendo agua<br />
para nada, c<strong>la</strong>ro ejemplo de lo que no es el<br />
Desarrollo Sostenible. Del mismo modo, en<br />
re<strong>la</strong>ción a nuestras actividades agrarias, también<br />
parece que no somos muy conscientes de que<br />
utilizamos en exceso productos muy nocivos y<br />
tóxicos como ciertos p<strong>la</strong>guicidas y herbicidas<br />
que igualmente contaminan ese mismo acuífero<br />
y consecuentemente terminan penetrando en<br />
nuestro organismo con <strong>la</strong>s consecuencias que ya<br />
hemos dejado entrever. Volviendo a nuestro río<br />
más cercano, llevamos ya bastante tiempo