DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES ENDÉMICAS - NatureServe
DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES ENDÉMICAS - NatureServe
DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES ENDÉMICAS - NatureServe
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
VI. Anfibios<br />
Por César Aguilar, Lourdes Arangüena, Jesús H.<br />
Córdova, Dirk Embert, Pilar A. Hernandez, Lily<br />
Paniagua, Carolina Tovar, y Bruce E. Young<br />
Introducción<br />
Hasta hace muy poco tiempo, los anfibios eran una de<br />
las clases de vertebrados más pobremente estudiados en<br />
América del Sur. La atención dedicada en el continente a la<br />
taxonomía de los anfibios, a su distribución y a su historia<br />
natural durante las últimas dos décadas ha mejorado<br />
sustancialmente nuestro conocimiento, pero aún hay mucho<br />
por aprender. Por ejemplo, el ritmo de descripción de las<br />
nuevas especies en la actualidad es el más rápido en toda<br />
la historia científica (Duellman 1999). Algunas áreas, como<br />
Bolivia, hace muy poco tiempo que han empezado a recibir<br />
atención. Una revisión de la diversidad de los anfibios de<br />
América del Sur publicada en 1988 y que trabajó sobre 40<br />
sitios de campo muy bien conocidos no incluyó ninguno<br />
en Bolivia (Duellman 1988). La situación mejoró pronto de<br />
allí en adelante, y en solo diez años de estudios de campo<br />
realizados por un puñado de herpetólogos, la lista de anfibios<br />
conocidos en ese país pasó de 112 a 186 (De la Riva et al.<br />
2000). Esta cantidad sigue siendo incompleta, porque unas<br />
67 especies más son conocidas en países vecinos cercanos<br />
al límite con Bolivia pero aún no han sido encontradas en el<br />
país, para no mencionar la cantidad desconocida de especies<br />
no descubiertas que están ocultas en los bosques y pantanos<br />
de Bolivia. El que los registros estén incompletos hace que<br />
cualquier análisis acerca de la biodiversidad sea preliminar.<br />
La urgente necesidad de planificar la conservación, de todos<br />
modos, exige que extraigamos tanto como sea posible de los<br />
datos disponibles (p. ej,: Ibisch y Mérida 2004).<br />
Debido a la naturaleza en desarrollo de nuestro conocimiento,<br />
la literatura que describe los patrones de endemismo de los<br />
anfibios dentro de nuestra área de estudio es escasa. Un<br />
estudio acerca de la diversidad de los anfibios en la porción<br />
brasileña de la cuenca del Amazonas halló que, aunque<br />
algunas especies son endémicas en la cuenca, muy pocas<br />
tienen distribuciones restringidas (Azevedo-Ramos y Galatti<br />
2002). Un examen de las especies del Amazonas del género<br />
Eleutherodactylus, el género de anfibios más rico en especies,<br />
presentó la más alta diversidad en la región bajo Loreto-<br />
Amazonas/San Martín en Perú (Lynch 1980). Pero otro<br />
estudio que determina las relaciones entre las faunas anuras<br />
de las tierras bajas tropicales describió dos faunas claramente<br />
distintas del Perú, una de la región de Iquitos que estaba<br />
más cercanamente alineada con el Ecuador amazónico, y<br />
otra del sur de Perú y las adyacencias de Bolivia (Ron 2000).<br />
Las investigaciones en las tierras bajas del sur de Perú han<br />
destacado la extraordinaria diversidad de la herpetofauna en<br />
ese sitio (Doan y Arizábal 2002). Incluso otro estudio dividió<br />
a América del Sur en doce regiones biogeográficas y examinó<br />
la abundancia de las especies y el endemismo en cada una<br />
de ellas (Duellman 1999). Los Andes fueron una de estas<br />
regiones y contenían la mayor cantidad de especies y la mayor<br />
cantidad de especies endémicas. Otras regiones que incluían<br />
secciones de nuestra área de estudio incluyen la región<br />
Amazonas-Guyana, que tenía un poco menos de la mitad de<br />
las especies y de las especies endémicas que los Andes, y la<br />
región Pampa-Monte (que comprende las sabanas del Beni<br />
así como las extensas áreas de pastizales de la Argentina),<br />
que tenían alrededor de un décimo de las especies y especies<br />
endémicas con respecto a los Andes. Tomados en conjunto,<br />
estos resultados sugieren que, del mismo modo que con los<br />
otros grupos taxonómicos cubiertos en nuestro estudio,<br />
deberíamos encontrar la mayoría de las especies endémicas<br />
en las regiones montanas.<br />
Métodos<br />
Selección de las especies. Seguimos los lineamientos<br />
descritos con anterioridad en Capitulo III, Área de Estudio,<br />
para elegir 177 especies de anfibios endémicas en el área<br />
de estudio (la lista completa de los anfibios está en el<br />
Apéndice 2). La lista está formada por 172 anuros (ranas y<br />
sapos), una salamandra y cuatro cecilidos. No incluimos al<br />
sapo Bufo poeppigii porque posiblemente se localiza fuera<br />
del área de estudio, en Ecuador. La confusión acerca de<br />
la diferencia entre esta especie y el Bufo marinus empaña<br />
nuestra comprensión acerca de sus límites de distribución<br />
(Córdova y Descailleaux 1996). Aunque el Colostethus<br />
melanolaemus ha sido informado como endémico en el<br />
Perú amazónico, hace poco tiempo ha sido encontrado fuera<br />
del área de estudio, en Brasil (V. Morales, comunicación<br />
personal). La especie Dendrobates amazonicus también es<br />
conocida como endémica en nuestra área de estudio cerca<br />
de Iquitos, pero no lo incluimos en nuestro estudio porque<br />
fue descrita a partir de una fotografía y no de un espécimen,<br />
limitando así la posibilidad de los científicos de averiguar<br />
si otros especímenes pertenecen a esta especie o no. En<br />
cuanto a la nomenclatura, seguimos IUCN et al. (2006). Este<br />
esquema adopta los cambios sugeridos recientemente para<br />
las ranas hílidas (Faivovich et al. 2005), pero no los cambios<br />
3