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Ensayos materialistas - Fundación Gustavo Bueno

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de la ciencia natural, desdé sus comienzos hasta, prácticamente,<br />

el principio de nuestro siglo. Porque todavía a finales<br />

del siglo pasado —días antes del descubrimiento de la radiación,<br />

del descubrimiento del electrón o del protón— podía<br />

sostenerse una especie de corporeísmo metafísico, es decir, una<br />

suerte de concepción general basada en el privilegio del estado<br />

sólido, solamente que relegado a unos "corpúsculos" ya intrínsecamente<br />

invisibles, pero corpóreos al fin y al cabo, que eran<br />

los átomos.<br />

Ahora bien: la significación filosófica que cabe atribuir,<br />

en esta perspectiva, al prodigioso desarrollo dé la física nuclear<br />

sería la siguiente: la física nuclear reitera, respecto de este<br />

corporeísmo (corpuscularismo) refinado, el mismo proceso de<br />

rompimiento dialéctico que la ciencia natural clásica ejerció<br />

respecto del corporeísmo vulgar, neolítico. Es cierto que, así<br />

como el primer rompimiento representó una vía al espiritualisnio<br />

(que no era, como sé ha dicho, sino la "preferencia por<br />

el estado gaseoso"), porque esa realidad incorpórea parecía,<br />

cada vez más, intercalada cómo una fase necesaria en las<br />

transformaciones de unos cuerpos en otros cuerpos, también<br />

el "segundo rompimiento" fue saludado por muchos como el<br />

anuncio de un nuevo esplritualismo, y llegó a hablarse de la<br />

"libertad" de los electrones para saltar de una órbita a otra<br />

de un átomo de Bohr, dado que la frecuencia z^ de la radiación,<br />

que depende de la energía de "Ei" y "E", está determinada<br />

por la aceleración del electrón en el instante en que abandona<br />

la órbita: "Ei—E^^h-v". Sin embargo, lo que llamamos "segundo<br />

rompimiento" en modo alguno nos pone en presencia<br />

de alguna realidad inmaterial. El campo gravitatorio o electromagnético<br />

es enteramente material—es una magnitud que varía<br />

por gradientes impensables en una realidad no material—,<br />

y como el mismo Einstein decía, lo que impresiona a nuestros<br />

sentidos como materia corpórea es una gran concentración de<br />

energía en un espacio relativamente limitado: materia corpórea<br />

y energía son determinaciones del campo ñ'sico, sin que<br />

esta tesis favorezca en absoluto el energetismo, puesto que tan<br />

"real" es el estado corpóreo como el estado de energía incorpórea.<br />

Si el "primer rompimiento" desembocó en el estado<br />

gaseoso, es decir, en las moléculas, el "segundo rompimiento"<br />

nos puso solamente en presencia del "estado de plasma", en<br />

<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong>, <strong>Ensayos</strong> <strong>materialistas</strong>, Taurus, Madrid 1972 www.fgbueno.es<br />

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