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Descargar - Archivo General de la Nación

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106 Je s ú s d e Ga l í n d e z<br />

sus <strong>la</strong>bios para postu<strong>la</strong>rle como candidato fue nada menos que<br />

el <strong>de</strong>l generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, benefactor <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> patria. La ovación fue c<strong>la</strong>morosa; ya no había dudas <strong>de</strong> que<br />

«ellos serían los vencedores». En el acto se disputaron el honor<br />

<strong>de</strong> constituir una comisión especial que fuese a comunicarle a<br />

Trujillo <strong>la</strong> buena nueva, <strong>la</strong> sorpresa. Dicen que cuando <strong>la</strong> comisión<br />

llegó a su estancia fundación en San Cristóbal, el jefe estaba<br />

dando un paseíto matinal a caballo, y que acogió los plácemes<br />

<strong>de</strong> los comisionados con un elocuente gesto <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia, ellos<br />

podían tomarse el trago <strong>de</strong> celebración, pero él seguiría sin inmutarse<br />

su paseo ecuestre, estaba por encima <strong>de</strong> tales emociones<br />

humanas. Al día siguiente el periódico volvió a obsequiarnos con<br />

un titu<strong>la</strong>r a toda p<strong>la</strong>na que <strong>de</strong>cía: «Seguiré a caballo», comentó<br />

el jefe cuando le comunicaron...<br />

«Seguiré a caballo» fue <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces el lema <strong>de</strong> <strong>la</strong> campaña<br />

electoral; el país entero se llenó <strong>de</strong> cartelones con <strong>la</strong> figura<br />

ecuestre <strong>de</strong>l generalísimo; y un compositor improvisó un merengue<br />

con <strong>la</strong> simbólica letra <strong>de</strong> «Y seguiré a caballo, eso dijo<br />

el general». Aunque el colmo <strong>de</strong> <strong>la</strong> adu<strong>la</strong>ción fue un inmenso<br />

letrero que yo mismo vi poner en <strong>la</strong> calle principal <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad<br />

capital, Ciudad Trujillo, naturalmente, por un joven italiano que<br />

hasta poco antes había sido entusiasta <strong>de</strong> Mussolini y ahora quería<br />

corregir pasadas <strong>de</strong>sviaciones nacionalistas; el letrero rezaba<br />

sin <strong>la</strong> menor vergüenza: «Seguiré a caballo, dijiste jefe, y nosotros<br />

te seguiremos a pie». No hay que <strong>de</strong>cir que Trujillo fue elegido<br />

presi<strong>de</strong>nte; por unanimidad, porque el Partido Trujillista se<br />

apresuró a endosar su candidatura. Así terminó aquel extraño<br />

partido <strong>de</strong> <strong>la</strong> oposición.<br />

Pero <strong>la</strong> opereta no concluyó ahí. Las elecciones fueron en<br />

mayo, y <strong>la</strong> toma <strong>de</strong> posesión <strong>de</strong>bía celebrarse en agosto; eran<br />

<strong>de</strong>masiados meses <strong>de</strong> espera. El presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Cámara «antitrujillista»<br />

hasta poco antes, se apresuró a exponer <strong>la</strong> difícil<br />

situación porque atravesaba el país en guerra; los dominicanos<br />

necesitaban al generalísimo Trujillo en el timón inmediatamente,<br />

había que buscar una solución inmediata. Fue fácil; <strong>de</strong> nuevo<br />

entró en juego <strong>la</strong> Constitución. El lunes leímos <strong>la</strong> noticia <strong>de</strong> que

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