hilsdale, paul - ora..

Oí . ORACIONES DE EFESIO,
Ef.
5, 20 Siempre doy gracias
en tu nombre, Señor Jesucristo,
a tu Padre del cielo
por mi querida esposa, por nuestra felicidad,
por nuestros hijos, y por todo.
21 Tú quieres que
seamos sumisos unos a otros
por temor a Ti,
y que así, las mujeres sean sumisas a sus maridos
como a Ti, Señor.
Bien, pero esto es sólo la primera parte
25 Tú me dices que yo, como marido
debo amar a mi esposa
como Tú amaste a la Iglesia
y te entregaste a Ti mismo por ella
26 para santificarla.
Es también mandamiento tuyo
que dedique toda mi vida
a la mujer que he elegido por esposa.
Tú te entregaste totalmente
27 para que tu Iglesia se presentase ante Ti
gloriosa,
sin mancha, sin arruga, ni cosa parecida,
sino santa e inmaculada.
Así, yo, como esposo
debo amar a mi mujer como a mi propio cuerpo..
AUTORIDAD Y AMOR 155
29 Nadie odia jamás su propia carne,
sino por el contrario, la alimenta y la cuida,
como Tú a la Iglesia,
porque somos miembros de tu cuerpo.
31 «Por este motivo»,
como Tú lo has revelado,
«el hombre dejará a su padre y a su madre
y se juntará a su mujer,
y los dos serán una sola carne.»
32 Este misterio es grande...
33 y cada uno de nosotros te pide ahora
fe y constancia
para proteger y amar a su esposa
como a sí mismo.
77. AUTORIDAD Y AMOR
La obediencia de la esposa solamente cobra sentido en relación
con la dedicación cristiana de su esposo. De la misma manera,
la obediencia de los niños y el servicio de los empleados
llegan a ser verdaderamente cristianos únicamente cuando se
equilibran con un espíritu de generosidad por parte de los padres
y señores. ¡Qué delicado es este equilibrio entre el amor
y la autoridad en el Cristianismo, y con qué trágicos resultados
ha sido ignorado!
Ef.
6, 1 Los hijos deben obedecer a sus padres
en el Señor,
porque esto es lo que Tú dijiste, Dios mío: