hilsdale, paul - ora..

226 ORACIONES DE LAS CARTAS PASTORALES
Porque la gimnasia corporal es de poca utilidad,
pero la piedad es útil para todo,
teniendo promesas para la vida presente
y para la futura.
108. JUVENTUD Y AUTORIDAD
Era natural que las iglesias del Asia Menor buscaran su
dirección en la Iglesia de Efeso. Pero no era tan natural que
la Iglesia de Efeso la buscara en un presbítero joven, llamado
Timoteo. San Pablo escribió esta Carta para recordar a Timoteo
y a sus compañeros cristianos que la autoridad en la Iglesia
no está fundada en carismas personales, sino en la autoridad
de Cristo. Al hacer esto, da nuevos bríos y aumento de
valor a todos los jóvenes, sea en edad o en experiencia, que
se encuentran situados en cargos de responsabilidad en la
Iglesia.
I Timoteo
Señor, enséñame a proceder de manera que
4, 12 nadie me menosprecie por mi juventud,
sino que sea, más bien, ejemplo de los fieles
en la palabra, en el comportamiento,
en la caridad, en la fe, en la castidad.
Con tu asistencia divina
13 me aplicaré a la lectura,
a la exhortación, a la enseñanza.
14 Que no sea negligente
respecto de la gracia que hay en mí,
AMOR AL DINERO 227
que me fue conferida, en virtud de la profecía,
con la imposición de las manos de los presbíteros.
• 15 Que ponga mi atención en estas cosas
entregándome de lleno a ellas
16 velando sobre mí mismo
y sobre mi doctrina.
Haciendo así me salvaré a mí mismo
y también a quienes me escuchan.
109. AMOR AL DINERO
La progresiva descristianización de nuestro mundo occidental
puede ser medida por nuestro creciente «amor al dinero»
y por la correspondiente multiplicación de «deseos inútiles
y perniciosos». El amor al dinero es algo que se apodera
de nosotros, que nos hace desear cada vez menos el colocar
una parte sustancial de nuestros bienes, y no solamente un
excedente, en favor de los países subdesarrollados, en favor de
esa infancia doliente y de esos padres angustiados, indigentes
y analfabetos. Es la egoísta indiferencia quien trata ahora de
sumergir todo el mundo en «ruina y desolación».
I Timoteo
6, 7 Nada hemos traído a este mundo,
ni cosa alguna podemos llevarnos de él.
8 Teniendo con qué alimentarnos y vestirnos,
enséñanos, Señor, a sentirnos contentos.