hilsdale, paul - ora..

4 INTRODUCCIÓN
Entonces se cumplirá
tu palabra de la Escritura:
«La muerte ha sido absorbida por la victoria...»
Demos gracias a Nuestro Padre de los Cielos
que nos ha dado la victoria
por mediación tuya, Señor Jesucristo.
En otros pasajes hay un cambio de modo y de tiempo. En
Tesalonicenses, por ejemplo, Pablo escribe en indicativo simplemente,
contando a sus convertidos lo que ha motivado su
trabajo entre ellos:
Porque nunca fueron móviles nuestros
la adulación y la avaricia...
Deseábamos con ansia entregaros,
al mismo tiempo que el Evangelio de Dios,
nuestra propia vida. (7 Tes. 2, 5-8.)
Cambiando el tiempo (de pasado a presente) y el modo
(de indicativo a subjuntivo) se crea una plegaria vital y fuerte
para todos aquellos que dedican su vida al apostolado:
Concédenos lealtad para que
nunca sean móviles nuestros
la adulación y la avaricia...
Haz, más bien, que entreguemos a nuestros hermanos,
al mismo tiempo que tu Evangelio,
nuestra propia vida.
Al principio se pensó hacer como en estos ejemplos, y
poner en bastardilla cada una de estas transposiciones inci-
INTRODUCCION 5
dentales de persona, tiempo y modo. Pero esto confundiría
al lector y sería a la vez una distracción para la oración. Además,
como las oraciones recorren sistemáticamente el Nuevo
Testamento, teniendo cerca el orden original de las epístolas,
el lector interesado puede fácilmente cotejarlas con el original
y descubrir por sí mismo su correspondencia.
A veces, una o dos palabras han sido añadidas al texto, a
manera de aclaración. Otras veces, se ha suprimido una frase
o una palabra, cuando impedía el fluir natural de la plegaria.
Pero si se omiten más de dos o tres palabras, esto va indicado
claramente por elipsis (puntos suspensivos).
Las palabras en bastardilla son del autor y no de Pablo.
Pueden también, aun cuando no esté indicado con elipsis,
hacer de puente sobre los pensamientos de una frase omitida.
Algunas de nuestras plegarias están dirigidas a Dios Padre,
otras a su Hijo Jesucristo. Esto lleva a confusiones, porque
San Pablo se refiere a la Primera Persona de la Trinidad
sencillamente como Theos (Dios). Con excepción de
Rom. 9, 5; FU. 2, 6, y Tito 2, 13, siempre que usa la palabra
«Dios», quiere decir «Dios Padre». En estas plegarias
hemos tratado de obviar esta dificultad, dando una traducción
más amplia, más extensa, de Theos, poniendo «tu Padre»,
o «Dios Padre», o «Padre del Cielo», o algún otro título
igualmente explícito. Por ejemplo, cuando San Pablo escribe
a los romanos: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por medio del Espíritu Santo... Fuimos reconciliados
con Dios por la muerte de su Hijo» (Rom. 5, 5-10),
nuestra oración dice: «El amor de tu Padre ha sido derramado
en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo...
Fuimos reconciliados con el Padre por tu muerte.»