07.05.2013 Views

Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info

Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info

Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Sicario</strong>. <strong>Alberto</strong> Vázquez-<strong>Figueroa</strong> 38<br />

de sus propias cabezas.<br />

La gente les miraba.<br />

Por lo que tengo sabido, se formó un corro de curiosos que observaba<br />

en silencio cómo dos hombres empapados en sangre se esforzaban por<br />

salvar a un tercero, sin que ni uno solo de los testigos hiciera el más<br />

mínimo gesto por ayudarles.<br />

Cuando al final se lo llevaron dejando atrás las tripas del que ya era un<br />

cadáver, alguien clavó en el hierro un enorme letrero que decía:<br />

«Aquí se exprimen limones.»<br />

Macabro sentido del humor, ¿no le parece?<br />

Así son por allá, y al fin y al cabo ellos se lo buscaron, pues hay que ser<br />

muy gallito y harto pendejo para creer que se puede llegar a una ciudad<br />

como la mía y ajustarle las tuercas.<br />

Son demasiados tornillos y demasiadas tuercas.<br />

¿Recuerda aquella película de Charlot en la que apretaba tornillos y<br />

acababa volviéndose loco? Eso fue lo que debió ocurrirle a «Los<br />

Limones».<br />

Cualquier asesino cuerdo que hubiese visto cómo toda una ciudad se<br />

ponía en su contra hubiese adoptado la sabia decisión de empadronarse<br />

en otro municipio, pero Victorino y Otelo Limón, que tanto habían<br />

matado, no quisieron aceptar las reglas de su juego y por lo visto juraron<br />

tomar cumplida venganza contra quienes le habían dado por el culo a<br />

Calixto con un pedazo de acero.<br />

Durante cuatro días nadie les vio siquiera el poncho, pero el sábado en<br />

la noche masacraron, y aunque debo admitir que la mayoría de los<br />

muertos se habían ganado a pulso su puesto en el cementerio, hubo por<br />

lo menos dos que no habían cometido más delitos que intentar ahogar<br />

en ron sus muchas penas.<br />

¿Por qué lo hicieron? Por venganza tal vez, aunque yo más bien me<br />

inclino a creer que cuando se está en ese oficio el único capital que<br />

tienes es el terror que impone tu presencia, y ellos no podían largarse<br />

con el rabo entre piernas después de lo ocurrido con Calixto.<br />

Tenían que dejar bien sentado que aunque ya tan sólo fueran dos,<br />

seguían siendo «Los Limones», por lo que tras dejar a sus espaldas un<br />

nuevo reguero de difuntos, se esfumaron.<br />

Pero cundió el ejemplo.<br />

Quienquiera que fuese el que los trajo debió llegar a la conclusión de<br />

que su labor había sido harto beneficiosa, y que valía la pena continuar

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!