Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info
Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info
Alberto Vazquez Figueroa - Sicario.pdf - LaFamilia.info
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Sicario</strong>. <strong>Alberto</strong> Vázquez-<strong>Figueroa</strong> 44<br />
Y era mucho más pequeño que nosotros. ¿Entiende lo que ese hecho<br />
significa? Mucho más pequeño, cojo, e incapaz de hacerle daño a nadie,<br />
pero allí estaba, con los ojos abiertos como platos, contemplando las<br />
flores y más muerto que un viejo de noventa.<br />
De igual modo podíamos haber sido Ramiro o yo, ya que apenas la<br />
tarde antes habíamos rondado por allí como solíamos hacer casi todas<br />
las tardes.<br />
Resulta muy duro sentarse en la hierba a contemplar cuál puede ser tu<br />
fin a poco que te descuides.<br />
Resulta más duro aún cuando apenas tienes doce años y no puedes<br />
comprender la razón por la que alguien sea capaz de hacer ese tipo de<br />
cosas.<br />
Tampoco a mi edad lo entiendo, en eso tiene razón, pero créame si le<br />
digo que aquella mañana pasé uno de los momentos más amargos de<br />
mi vida sentado frente a un cojo sobre el que zumbaban ya las moscas,<br />
y sin saber qué hacer hasta que al fin pasó un guardia y le llamamos.<br />
Era un buen hombre. Tan bueno que incluso vomitó al contemplar aquel<br />
horrendo espectáculo, cosa que nosotros ni siquiera habíamos hecho.<br />
Luego nos pidió que nos marcháramos a casa, y cuando comprendió<br />
que no teníamos casa alguna adonde ir, nos miró con profunda tristeza y<br />
estoy convencido de que se compadeció sinceramente de nosotros.<br />
—Buscaros una —dijo—. Buscaros una o alejaros de esta ciudad<br />
maldita... ¡Sois tan niños! / Acojona que incluso un guardia demuestre<br />
de ese modo su impotencia, en especial si es tu vida la que se<br />
encuentra en juego, y resultaba evidente que aquel pobre individuo<br />
parecía resignarse ante el hecho de que fuerzas que estaban fuera de<br />
su control habían tomado la firme decisión de acabar con la «lacra<br />
social» de los «gamines».<br />
Según el diccionario, «lacra» es la marca que deja una enfermedad en<br />
las personas.<br />
Supongo que «lacra social» será, por tanto, la marca que deja una<br />
enfermedad en la sociedad.<br />
Los «gamines» éramos, en efecto, esa marca, pero no fuimos nunca la<br />
enfermedad en sí, e intentar acabar con nosotros sin acabar con el mal<br />
era como tratar de borrar las señales que le va a dejar el SIDA a un<br />
moribundo.<br />
Cuando ya ese cadáver apeste; cuando lo lleven a enterrar comido de<br />
gusanos, aún habrá individuos que pretendan ocultar sus pústulas, pues<br />
lo que en verdad importará no es que haya muerto, sino que haya