Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia
Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia
Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>P<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos</strong> <strong>indíg<strong>en</strong>as</strong> <strong>en</strong> <strong>nuestra</strong> <strong>América</strong><br />
despertado una inquietud d<strong>en</strong>tro la sociedad “paulistana” fr<strong>en</strong>te a la<br />
posibilidad de resarcir y reivindicar a los “dueños de este país” 11 . Por<br />
lo que se puede percibir, las personas que poco t<strong>en</strong>ían que ver con la<br />
política o las cuestiones de Estado respondieron con amplio espíritu de<br />
compr<strong>en</strong>sión fr<strong>en</strong>te a la solicitud de Daltro y la pr<strong>en</strong>sa que la apoyó.<br />
Por otra parte, exist<strong>en</strong> varias cartas que reflejan las dudas de<br />
Leolinda sobre si iniciar o no su viaje <strong>en</strong> tales condiciones adversas.<br />
Muchos creyeron que sería una locura llevar a cabo esa av<strong>en</strong>tura sin<br />
apoyo del gobierno. No obstante, ella partió a Goiás el 22 de abril de<br />
1897. Las peripecias de su camino están parcialm<strong>en</strong>te testimoniadas <strong>en</strong><br />
notas de saludo y ali<strong>en</strong>to que fue recogi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> su álbum a lo largo de<br />
su recorrido. En este viaje Leolinda sufrió varios percances, pues fue<br />
acusada del robo de unos caballos a pesar de haberlos pagado, problema<br />
que fue aclarado después. Sin embargo, su conflicto mayor fue con<br />
algunos sectores de la iglesia católica, que la consideraban protestante<br />
por haber dejado a sus hijos <strong>en</strong> un colegio inglés. Otro tanto ocurrió<br />
con algunos hac<strong>en</strong>dados que no consideraban apropiada la pres<strong>en</strong>cia<br />
de una mujer, y como hace notar Corrêa (1989: 56), hubo opiniones de<br />
algunos lugareños como esta:<br />
22<br />
moza aún, bonita a valer, capaz de apasionar media doc<strong>en</strong>a de una<br />
sola vez, y se atreve a atravesar estos inhóspitos sertoes [interior],<br />
semi-desnuda, pues el vestido de brim [tejido fuerte] grueso, que mal<br />
le cubre el cuerpo, ya está <strong>en</strong> harapos, los pies hinchados y sangrados<br />
por piedras del camino.<br />
Precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> estas peripecias, casi al final de su excursión, había<br />
logrado contactar a otro héroe del indig<strong>en</strong>ismo brasileño, el futuro marechal<br />
Candido Rondon (<strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te coronel), que <strong>en</strong> esa<br />
época estaba a cargo de la instalación de las líneas telegráficas. Leolinda,<br />
aunque no pudo conversar con él directam<strong>en</strong>te, se esmera <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar<br />
esta experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su álbum, pues reproduce un facsímil con la<br />
carta de Rondon y luego la transcribe para que pueda leerse mejor. En<br />
esta carta (notarizada por el Tabellião), Rondon se disculpa por no haber<br />
podido esperarla y la ali<strong>en</strong>ta: “su <strong>en</strong>tusiasmado empeño por la cate-<br />
11 D’A Platéa publica una alocución muy repres<strong>en</strong>tativa del s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de ese mom<strong>en</strong>to:<br />
“el pueblo de S. Paulo tan g<strong>en</strong>eroso, tan grande y tan rico, no dejará por cierto que D.<br />
Leolinda de Figueiredo Daltro se desanime y regrese a Río de Janeiro, ni cons<strong>en</strong>tirá que el<br />
capitán Sepé y sus compañeros continú<strong>en</strong> <strong>en</strong> Uberaba incrédulos fr<strong>en</strong>te a <strong>nuestra</strong> civilización<br />
y de nuestros s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos humanitarios, y sin coraje de volver a sus lugares de donde<br />
partieron prometi<strong>en</strong>do llevar al maestro para sus niños y los instrum<strong>en</strong>tos de trabajo para<br />
los hombres [...] Los paulistas han de mostrar más de una vez que son capaces de grandes<br />
acciones y que no dudarán <strong>en</strong> abrir sus bolsillos para dejar caer un óbolo a favor de la<br />
instrucción y civilización de los cher<strong>en</strong>tes. [...] Una limosna es lo que pedimos, sea ella <strong>en</strong><br />
dinero, víveres, instrum<strong>en</strong>tos agrícolas o ropas” ( ver Daltro, 1920: 42).