08.05.2013 Views

Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia

Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia

Pensamientos indígenas en nuestra América - Educabolivia

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>P<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos</strong> <strong>indíg<strong>en</strong>as</strong> <strong>en</strong> <strong>nuestra</strong> <strong>América</strong><br />

habrían querido “conservar la ‘nación india como tal’ d<strong>en</strong>tro del ‘reino’<br />

del Perú <strong>en</strong> un régim<strong>en</strong> de libertad protegida”; mi<strong>en</strong>tras que el indig<strong>en</strong>ismo<br />

republicano “pret<strong>en</strong>día ‘asimilar’ al indio, convirtiéndolo <strong>en</strong> un<br />

ciudadano más de una república homogénea”. En cambio, el indig<strong>en</strong>ismo<br />

moderno quiso “‘integrarla’ d<strong>en</strong>tro de la sociedad nacional, pero<br />

respetando sus valores y peculiaridades culturales”.<br />

Si bi<strong>en</strong> es cierto que las políticas indig<strong>en</strong>istas tuvieron su principal<br />

sede <strong>en</strong> México, <strong>en</strong> Perú sin embargo su discusión había tomado<br />

grandes proporciones <strong>en</strong> las tres primeras décadas del siglo XX. Con<br />

mucha razón el indig<strong>en</strong>ista mexicano Moisés Sá<strong>en</strong>z decía <strong>en</strong> 1933:<br />

“probablem<strong>en</strong>te no hay otro país <strong>en</strong> <strong>América</strong> donde la preocupación<br />

por el indio o por las cuestiones <strong>indíg<strong>en</strong>as</strong> sea más profunda y más estudiada<br />

que <strong>en</strong> el Perú” (Trujillo, 1993: 54). Hoy se conoce a este período<br />

como la “polémica del indig<strong>en</strong>ismo”, una discusión que se desarrolló<br />

<strong>en</strong>tre 1926 y 1927 (Aquézolo, 1976). Apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, el debate c<strong>en</strong>tral<br />

se realizó <strong>en</strong>tre Luis Alberto Sánchez y José Carlos Mariátegui. No obstante,<br />

observando los docum<strong>en</strong>tos, es pertin<strong>en</strong>te recalcar que se trató<br />

de una polémica con tres cont<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, repres<strong>en</strong>tando la tercera posición<br />

Luis Ángel Escalante (periodista cusqueño que <strong>en</strong> ese <strong>en</strong>tonces era<br />

diputado oficialista <strong>en</strong> el gobierno de Leguía). Sánchez, podríamos señalar,<br />

repres<strong>en</strong>taba el costeñismo agredido por la vorágine indig<strong>en</strong>ista;<br />

Mariátegui, la posición del militante socialista que quería partidarizar<br />

el indig<strong>en</strong>ismo; mi<strong>en</strong>tras que Escalante repres<strong>en</strong>taba a un indig<strong>en</strong>ismo<br />

“puro” y provinciano que reclamaba los derechos históricos de los indios<br />

que los criollos habían negado y desconocían 2 .<br />

Para explicar el surgimi<strong>en</strong>to y desarrollo de esta discusión g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />

se ha recurrido al refer<strong>en</strong>te socioeconómico: es decir, la explicación<br />

estructural ha sido la preferida por varias g<strong>en</strong>eraciones de<br />

analistas del indig<strong>en</strong>ismo. Esta línea de análisis comi<strong>en</strong>za <strong>en</strong> Perú, desde<br />

Mariátegui <strong>en</strong> la década del veinte, y continúa hasta hace muy poco<br />

(Degregori et al., 1978; Lauer, 1997; 1997; Favre, 1998; Kristal, 1991;<br />

Tamayo, 1998). En Ecuador, la mayoría de los estudiosos considera que<br />

2 Para recordar un poco: siempre me llamó la at<strong>en</strong>ción que Luis Alberto Sánchez iniciara<br />

tal polémica reivindicando el criollismo y, por otro lado, m<strong>en</strong>ospreciando la temática del indig<strong>en</strong>ismo<br />

(ver Aquézolo, 1976: 69-100). En realidad, parece que Sánchez temía que el costeñismo<br />

estuviera perdi<strong>en</strong>do terr<strong>en</strong>o por el crecimi<strong>en</strong>to del discurso indig<strong>en</strong>ista. Además,<br />

como bu<strong>en</strong> modernizador, veía muy despectivam<strong>en</strong>te a la comunidad indíg<strong>en</strong>a (“algo de<br />

inaplicable, de absurdo hay <strong>en</strong> el sistema comunitario de <strong>nuestra</strong> sierra”) (Aquézolo, 1976:<br />

96), y por tanto proponía la privatización individual de las tierras comunales. Podríamos<br />

decir hoy que temía el desborde serrano hacia la costa, mucho antes de que José Matos Mar<br />

y otros lo evid<strong>en</strong>ciaran <strong>en</strong> los años och<strong>en</strong>ta. En suma, podemos decir también que Sánchez<br />

parece haber <strong>en</strong>trado a un debate que apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te no dominaba muy bi<strong>en</strong>, esto es, no<br />

había logrado ver la otra parte del asunto (la que manejaba con mayor amplitud José Ángel<br />

Escalante, por ejemplo), pues su def<strong>en</strong>sa del costeñismo y la modernidad lo llevó a hablar<br />

desde el s<strong>en</strong>tido común y no desde un análisis económico ni cultural más reflexivo.<br />

14

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!