Buenos Dias Espiritu Santo - Cristianos
Buenos Dias Espiritu Santo - Cristianos
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Por ejemplo, un día le pregunté: "¿Cómo Tú puedes<br />
ser distinto del Padre y del Hijo?" E inmediatamente El me<br />
mostró a Esteban cuando era apedreado y me dijo: "Esteban<br />
vio al Padre y al Hijo y yo estaba en él". Tres individuos<br />
distintos.<br />
El Espíritu <strong>Santo</strong> fue quien le dio a Esteban el poder<br />
para soportar el sufrimiento; Jesús era el que esperaba la<br />
llegada de Esteban y el Padre era el que estaba sentado en<br />
el trono. Puedes leer esto en Hechos 7:54-56.<br />
Y el Espíritu <strong>Santo</strong> me mostró más.<br />
El fue quien le dio a Moisés el poder para libertar a<br />
los hijos de Israel.<br />
El era el poder en la vida de Josué. s<br />
El era la fuerza detrás del viento que dividió el Mar<br />
Rojo.<br />
El era la fuerza poderosa que derrumbó las murallas<br />
de Jericó.<br />
El era la energía detrás de la piedra con que David<br />
hizo caer a Goliat.<br />
El Espíritu <strong>Santo</strong>. El era la fuerza en la vida de<br />
Samuel, en Elias —y en Cristo el Señor.<br />
Jesús era un hombre total, sin embargo la Escritura es<br />
clara que El no se movía sin el Espíritu <strong>Santo</strong>. El no<br />
predicaría sin el Espíritu <strong>Santo</strong>. El no ponía sus manos<br />
sobre los enfermos sin el Espíritu <strong>Santo</strong>. "El Espíritu del<br />
Señor está sobre mí", dijo El, al comenzar Su ministerio,<br />
"Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los<br />
pobres..." (Lucas 4:18).<br />
¿Qué pasó cuando Jesús regresó al Padre? De repente<br />
los discípulos tenían tal comunión con el Espíritu, que su<br />
vocabulario completo cambió. Ellos comenzaron a decir<br />
que "el Espíritu y nosotros" eran testigos de Su<br />
resurrección. El vino a ser parte de cada acción de sus<br />
vidas. Ellos estaban en comunión total —trabajando juntos<br />
para el Hijo.<br />
¿Qué había en la vida del apóstol Pablo que le dio<br />
poder para soportar el sufrimiento? ¿Y qué había en la vida<br />
de Pedro que aun su sombra sanaba a los enfermos? Era el<br />
toque del Espíritu.<br />
David Wilkerson relata que fue a ver a una mujer de<br />
60 61<br />
En la ciudad de Nueva York, Kathryn Kuhlman<br />
acababa de predicar en una convención de Los Hombres de<br />
Negocio del Evangelio Completo. La llevaron por la cocina<br />
a un ascensor para evadir la multitud. Los cocineros en sus<br />
gorros y delantales blancos, no tenían idea de que se estaba<br />
llevando a cabo una reunión y nunca habían oído de la<br />
señorita Kuhlman. Ellos ni aun sabían que ella estaba<br />
pasando por allí, y lo próximo que pasó fue que cayeron al<br />
piso. ¿Por qué? Kathryn no oró por ellos; sólo caminó por<br />
allí. ¿Qué pasó? Cuando ella salió de la reunión parecía<br />
como si el poder de la presencia del Espíritu la acompañaba.<br />
¿Quién es el Espíritu <strong>Santo</strong>? Es el poder del Señor.<br />
Ese poder llegó a ser más evidente para mí cuando comencé<br />
a orar en mi cuarto —solo. Día tras día, hora tras hora,<br />
levantaba mis manos y decía: "Precioso Espíritu <strong>Santo</strong>,<br />
vendrías ahora mismo a hablar conmigo?" ¿A quién otro<br />
me volvería yo? Mi familia estaba contra mí. Mis amigos<br />
eran pocos. Sólo El. Sólo el Espíritu <strong>Santo</strong>.<br />
Hubo ocasiones cuando El vino como un viento.<br />
Como una brisa fresca en ün día de verano. El gozo del<br />
Señor me llenaba hasta que ya no podía contenerlo.<br />
Mientras hablábamos yo decía: "Espíritu <strong>Santo</strong>, te amo y<br />
anhelo Tu comunión". Y encontré que ésta era mutua. El<br />
anhelaba mi comunión, también.<br />
¡La comida puede esperar!<br />
Una vez en Inglaterra, me estaba quedando en el hogar de<br />
una familia cristiana. Mi cuarto estaba en la parte superior<br />
de la casa. Una noche yo estaba absorto en el Espíritu,<br />
teniendo el mejor tiempo en el mundo en conversación con<br />
El. La mujer de la casa llamó: "Benny, la comida está lista".<br />
Pero yo estaba rebosando, y no quería dejar aquello.<br />
Ella volvió a llamar: "La comida está lista". Y mientras<br />
estaba a punto de salir, sentí que alguien me tomó de la<br />
mano y dijo: "Cinco minutos. Sólo cinco minutos más". El<br />
Espíritu <strong>Santo</strong> anhelaba mi comunión.<br />
Tú preguntas: "¿De qué hablaban ustedes?" Yo le<br />
hacía preguntas.