Buenos Dias Espiritu Santo - Cristianos
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Aquí está la única conclusión a que he podido llegar.<br />
La razón de que la iglesia y tantas personas en ella hayan<br />
sido derrotadas es que han ignorado la persona más poderosa<br />
en el universo —El Espíritu <strong>Santo</strong>. De nuevo, "No con<br />
ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho<br />
Jehová de los ejércitos" (Zacarías 4:6). Y las próximas<br />
palabras son igualmente emocionantes: "¿Quién eres tú, oh<br />
gran monte? ... serás reducido a llanura" (v. 7).<br />
Tú necesitas más que un tractor para nivelar los<br />
montones de roca que están delante de ti. Es una montaña<br />
gigante de hostilidad y temor. Y la excavación que necesitas<br />
es sólo posible a través de un poder de energía del<br />
Espíritu <strong>Santo</strong>.<br />
Real, no fingida<br />
Dios, a través de Su Palabra, da una receta para romper el<br />
yugo de la cautividad. El sabe exactamente lo que se<br />
necesita para levantar tu carga pesada. Se llama unción:<br />
Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada<br />
de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se<br />
pudrirá a causa de la unción. (Isaías 10:27).<br />
Así como Dios quitó la carga de Israel, también<br />
removerá el yugo de ti. Después de todo, Satanás es el<br />
traicionero que ha puesto ese yugo pesado sobre ti. Pero<br />
Jesús, que declara que el yugo será destruido, dijo: "Mi<br />
yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11:30).<br />
El yugo opresor puede ser roto por el Espíritu. Pero<br />
no sólo por el momento. No es una solución temporera. El<br />
se queda contigo, para continuar levantando la carga y<br />
guiándote en una senda nueva. El apóstol Juan, hablando<br />
del Espíritu, escribió: "Pero la unción que vosotros recibisteis<br />
de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad<br />
de que nadie os enseñe; así como la unción misma os<br />
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira,<br />
según ella os ha enseñado, permaneced en él" (1 Juan 2:27).<br />
No se necesita un doctorado en divinidad para poder<br />
discernir quién tiene la unción y quién no la tiene. Un<br />
pecador no regenerado que ve la televisión durante el<br />
domingo en la mañana conoce el toque del Espíritu cuando<br />
lo ve. Lo reconoce porque, como el diamante es extraño<br />
para él.<br />
No hay nada más trágico que gente que no tiene la<br />
unción trate de producirla. Tratan de forzarla, pero el toque<br />
del Señor no está allí. Cuántas veces has viajado para oír a<br />
un gran predicador o maestro de Biblia, sólo para encontrar<br />
que esa persona es sólo un caparazón vacío, que no hay<br />
nada más que conocimiento adentro. Lleno de datos e<br />
información pero absolutamente sin vida.<br />
Nunca olvidaré lo que pasó en una conferencia a la<br />
que asistí en la costa oeste. En una de las reuniones de la<br />
tarde, un joven fue presentado para cantar. Con una voz<br />
tremenda, bien entrenada, cantó ¡El Rey ya viene! Toda la<br />
gente se alegró, y le dieron un gran aplauso cuando<br />
terminó.<br />
Yo no sé cómo pasó, pero en el servicio de la noche<br />
una señora cantó exactamente la misma canción. Francamente,<br />
no parecía una cantante, su voz era un poco nasal, y<br />
algunas de las notas estaban fuera de tono. Pero ella tenía<br />
algo más, que cubría esas deficiencias mil veces. Cuando<br />
llegó al segundo coro, la gente estaba de pie. Sus manos<br />
estaban levantadas al cielo. El poder en aquel lugar era<br />
eléctrico. Y no terminó cuando ella finalizó de cantar.<br />
Alabamos al Señor y volvimos a alabarlo. Luego comenzamos<br />
a aplaudir —por largo rato. Pero no estábamos<br />
aplaudiendo a la cantante. Estábamos aplaudiendo al Dador<br />
de la canción.<br />
¿Qué hizo la diferencia? Amigo, ¡fue la unciónl Fue<br />
el poder del Espíritu en la vida de aquella mujer.<br />
Durante mi ministerio en Canadá, éramos uno de los<br />
grupos auspiciadores de la cruzada de Billy Graham. En su<br />
preparación las reuniones eran organizadas como nada que<br />
yo hubiera visto. Y los mismos servicios eran "flojos"<br />
comparados con lo que yo estaba acostumbrado a ver. Pero<br />
cuando Graham comenzó a hablar, hubo un inconfundible<br />
toque del Espíritu en su mensaje. El contenido era Cristo,<br />
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