Buenos Dias Espiritu Santo - Cristianos
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Entonces, a media noche, una noche fría de diciembre,<br />
alrededor de dos años después que conocí a Cristo,<br />
sucedió. Estando en mi cama en Toronto, el Espíritu <strong>Santo</strong><br />
entró poderosamente en mi cuarto. Yo lo sentí como una<br />
descarga eléctrica y una manta tibia a la vez.<br />
Me tomó dos días para darme cuenta del significado<br />
de lo que había pasado. ¡Mi lucha había terminado! Había<br />
encontrado la simplicidad de la vida cristiana —una relación<br />
personal con el Espíritu <strong>Santo</strong>.<br />
Hoy, mi corazón todavía está apesadumbrado, pero<br />
por una razón enteramente diferente. Estoy profundamente<br />
angustiado porque millones de cristianos nunca han recibido<br />
ni siquiera una pizca de lo que Dios tiene para ellos. Se<br />
están perdiendo la mejor parte. Y nunca sabrán cuan<br />
maravilloso realmente es el caminar con Cristo, hasta que<br />
descubren la tercera persona de la Trinidad. El es el que nos<br />
ayuda en la lucha.<br />
NO MAS LUCHAS<br />
Desde el momento en que el Espíritu <strong>Santo</strong> vino a mi<br />
vida, no tuve que batallar más contra mis adversarios. Ellos<br />
todavía estaban allí, pero la pelea y la preocupación<br />
parecían desvanecerse. Lo que me pasó fue lo mismo que le<br />
fue dicho a Israel siglos atrás por medio del profeta<br />
Ezequiel. Cuando vivían en un tiempo de agitación política,<br />
les fue dicho por el Señor: "Os daré corazón nuevo, y<br />
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de<br />
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de<br />
carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que<br />
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los<br />
pongáis por obra" (Ezequiel 36:26-27).<br />
¡Todavía hoy existe el problema! Millones de<br />
personas están luchando diariamente por guardar las leyes<br />
de Dios, y están perdiendo la guerra porque no entienden el<br />
plan de batalla del Padre. Su estrategia no podría ser más<br />
concisa: "Pondré mi Espíritu dentro de vosotros", dice el<br />
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Señor. ¿Y por qué es ese su plan? El desea hacer que de lo<br />
profundo de tu corazón —andéis en estatutos. El desea<br />
hacer fácil el guardar Sus leyes.<br />
¿Encuentras difícil guardar los mandamientos de<br />
Dios? No te sientas del todo sólo. Es totalmente imposible<br />
triunfar por ti mismo, y Dios no espera que lo hagas.<br />
¡Necesitas ayuda! Pero, ¿a quién vas a recurrir? Dios el<br />
Padre está en el cielo y también Dios el Hijo. Tu necesitas<br />
un amigo aquí y ahora mismo, y la persona de la Trinidad<br />
que está morando en la tierra es el Espíritu <strong>Santo</strong>. El es a<br />
quien tú necesitas desesperadamente conocer.<br />
Si haces una encuesta y le preguntas a la gente qué es<br />
lo que más desean de Dios, la contestación más probable<br />
sería: "Yo deseo que Dios se agrade de mí". Y eso es lo que<br />
Dios le prometió al profeta Ezequiel. Dios le dijo: "Ni<br />
esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado<br />
de mi Espíritu sobre la casa de Israel" (Ezequiel 39:29).<br />
Desde el momento en que el Espíritu <strong>Santo</strong> viene a<br />
ser parte de tu vida, Dios comenzará a mirar en tu<br />
dirección. Su rostro comenzará a brillar sobre ti. El gran<br />
deseo del Padre es que tú lo recibas, que seas lleno de El, y<br />
tengas comunión con El. Eso lo hace feliz.<br />
Comienza a leer el libro de los Hechos, y conocerás<br />
lo que Dios había planeado. Los apóstoles tenían una<br />
tremenda relación con el Espíritu <strong>Santo</strong> y la evidencia está<br />
escrita en cada página. Pero quizás lo más inspirador es que<br />
los "hechos" continúan realizándose —aun hoy. Si la obra<br />
milagrosa del Espíritu <strong>Santo</strong> estuviera toda escrita, no<br />
habría una biblioteca lo suficiente grande para contener los<br />
volúmenes.<br />
Lo que pasó en el Aposento Alto no debió haber sido<br />
sorpresa. Antes de ascender al cielo, Jesús mismo le dijo a<br />
Sus seguidores que no salieran de Jerusalén, sino que<br />
"esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de<br />
mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas<br />
vosotros seréis bautizados con el Espíritu <strong>Santo</strong> dentro de<br />
no muchos días" (Hechos 1:4-5).<br />
Cristo aun describió cómo sería y cómo cambiaría<br />
sus vidas: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre<br />
vosotros el Espíritu <strong>Santo</strong>, y me seréis testigos en Jeru-<br />
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