Fray Bernardino de Sahagún y la paradoja etnográfica - Spanish

Fray Bernardino de Sahagún y la paradoja etnográfica 205
Sahagún y la paradoja etnográfica
No interesa cuál sea el posicionamiento ideológico y el balance crítico que
se tenga sobre la extensa y compleja obra de Sahagún, ya sea éste positivo
o negativo, tolerante o crítico. Lo que sí importa remarcar es que el acontecimiento
histórico que justifica la labor misionera del franciscano, y que
posibilita su trabajo de recolección etnográfica en la Nueva España durante
el siglo XVI, es la invasión europea sobre la América indígena. Si bien mi
señalamiento parece obvio, en cambio, no lo es para muchos críticos, historiadores
y antropólogos que enarbolan la celebración de un “mestizaje
cultural” entre el viejo y el “nuevo” mundo. 4 La discusión sobre las “intenciones”
de Sahagún, su canonización como un “antropólogo” que preservó
la cultura mexica, su supuesta “modernidad” epistémica, son temas que
han sido insistentemente revisados y exaltados por la crítica contemporánea
y por los así denominados “sahagunistas”, desde Garibay, en los años
cincuenta, hasta Browne en el año dos mil.
A menudo, cuando se discute el alcance de la obra de Sahagún, sus “logros”
etnográficos y evangélicos, o cuando se alegan las “buenas intenciones”
del fraile para “preservar” la cultura mexica, es posible percibir un
borramiento del trasfondo histórico (y violento) sobre el cual se realizó su
labor etnográfica e historiográfica y se simplifica un hecho de mayor importancia
dentro del mundo religioso-colonial: la intención de convertir y
“transformar” al indígena, el cual no podía ser tolerado mientras mantuviera
su diferencia radical, su alteridad, su cultura y su religión. Incluso el
inteligente y muy informado libro de Walden Browne, que intenta romper
con la “falacia antropológica” de Sahagún, queda atrapado en discusiones
biográficas y epistémicas que también borran la “violencia colonial” y, fundamentalmente,
desaparecen de la escena crítica los “sujetos” que hicieron
posible el interés de Sahagún, los indígenas mexicanos.
De principio a fin la obra etnográfico-evangélica de Sahagún está atravesada
por una paradoja de base, esto es, una obra que se propone la “erradicación”
de aquello que quiere preservar o que intenta preservar aquello que
erradica en forma simultánea. Como bien ha señalado Ignacio Sánchez-
Prado: “we must not forget that Sahagún’s work . . . lies in a paradox: it
allowed the indigenous Other to enter the realm of “universal” mankind
while, at the same time, it became an instrument for his/her subalternization”
(43). Traer al indígena al seno de la Iglesia universal implicaba que
éste debía dejar de lado su propia cultura y sus tradiciones consideradas
como idolátras. Al mismo tiempo, sin la destrucción de las tradiciones culturales
del indígena—los templos, los libros, los ídolos, las prácticas culturales
en general—no era posible, según el punto de vista europeo, asentar
en “tierras del demonio” las bases de la iglesia católica. 5 Por ello afirmaba
Sahagún en el Libro X de su Historia general titulado De los vicios y virtudes
de esta gente indiana que: