Historia natural y discurso idiosincrásico del Nuevo Mundo - Spanish
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Domingo Ledezma<br />
real no es más que el mijo de la India, ya referido por Plinio, con lo cual<br />
disminuye el impacto de su novedad e importancia (229). Acosta, por su<br />
parte, rechaza la tal similitud <strong>del</strong> maíz con el mijo, y sin dejar de concederle<br />
especial valor lo sitúa en segundo lugar después <strong>del</strong> trigo: “A este orbe dio<br />
el trigo, que es el principal sustento de los hombres; a aquel de Indias dio<br />
el maíz, que tras el trigo tiene el segundo lugar para sustento de hombres y<br />
animales” (267).<br />
La visión de Cárdenas es completamente opuesta. En su claro propósito<br />
apologético de la <strong>natural</strong>eza <strong>del</strong> <strong>Nuevo</strong> <strong>Mundo</strong>, considera los productos<br />
americanos superiores a cualquier otro de los ya conocidos en el mundo. 12<br />
Para él, el maíz excede en calidad nutritiva y medicinal a otros cereales<br />
como el trigo y la cebada: “El maíz es una de las semillas que con mejor<br />
título deben ser estimadas en el mundo, y esto por muchas razones y causas”<br />
(127). Además de sobresalir en la facilidad de su siembra, en la brevedad<br />
con que se reproduce, en la abundancia de su cosecha, en los diversos<br />
modos de comerlo, se obtiene de él un excelente pan “que junto con ser de<br />
suyo tan bueno y de tanto sustento, es tan fácil y barato de sazonar” (127),<br />
declarando implícitamente así, al pan de maíz, como un sustituto americano<br />
<strong>del</strong> pan de trigo.<br />
Cárdenas considera las opiniones de los herbolarios europeos sobre el<br />
cereal americano completamente infundadas (128). Por ello siente la necesidad<br />
de declarar la calidad y virtudes <strong>del</strong> maíz basándose en el conocimiento<br />
directo que de él tiene. Al igual que Fernández de Oviedo y Acosta,<br />
apela a su experiencia primaria como uno de los recursos argumentativos<br />
para rebatir las opiniones de quienes sin visitar el <strong>Nuevo</strong> <strong>Mundo</strong> intentaban<br />
sentar cátedra sobre acontecimientos y productos <strong>natural</strong>es de<br />
América. Tal experiencia y su <strong>discurso</strong> médico le dan, también en el caso<br />
<strong>del</strong> maíz, la autoridad para declarar sin ambages que “no hay bondad que<br />
desear se pueda en un mantenimiento que todo junto no se halle en esta<br />
preciosa semilla <strong>del</strong> maíz” (128). Su alabanza de las propiedades <strong>del</strong> maíz es<br />
un ejemplo notorio <strong>del</strong> tono encomiástico con que los productos americanos<br />
ganan, en Problemas y Secretos Maravillosos, un puesto sobresaliente en<br />
el saber botánico y culinario de entonces.<br />
Cárdenas en Problemas y Secretos Maravillosos de las Indias no expone<br />
una visión idealizada de la <strong>natural</strong>eza americana. Sus argumentos apologéticos<br />
<strong>del</strong> <strong>Nuevo</strong> <strong>Mundo</strong> se sustentan en una realidad objetiva e incuestionable.<br />
Los novedosos productos americanos, por ejemplo, exceden en<br />
calidad y virtudes médicas y nutritivas, y el influjo de las constelaciones<br />
americanas es el propicio para que los habitantes europeos de las Indias<br />
Occidentales gocen de los beneficios de la nueva tierra.<br />
La prodigalidad de la tierra americana y su influjo benéfico se ve reflejado,<br />
según Cárdenas, en la presencia de españoles criollos de “lindos ingenios<br />
que todos a una mano [se] muestran en estas escuelas de las Indias”