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Historia natural y discurso idiosincrásico del Nuevo Mundo - Spanish

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166<br />

Domingo Ledezma<br />

sobre los flemáticos indígenas. Luis Millones Figueroa emparenta el <strong>discurso</strong> <strong>del</strong> libro con una<br />

tradición literaria clásica de libros de preguntas y respuestas: los problemata. Millones distingue<br />

cómo Cárdenas se vale de esta tradición para aplicarla a temas exclusivamente americanos, y<br />

desmitificar así las curiosidades americanas. Yarí Pérez-Marín dedica un capítulo a Problemas y<br />

Secretos en su tesis doctoral, se interesa en particular en el estudio de la epistemología científica<br />

trasatlántica, y ve en el libro de Cárdenas un intento serio de establecer una propuesta y diálogo<br />

“científico” de índole americano con los <strong>natural</strong>istas europeos.<br />

8 El neoaristotelismo <strong>del</strong> siglo xvi, en gran medida repensado por los filósofos jesuitas, logró construir<br />

un método de indagación <strong>del</strong> mundo <strong>natural</strong> que, salvando las inconsistencias doctrinales<br />

y dogmáticas, se interesaba en el estudio de las causas de los fenómenos <strong>natural</strong>es a partir de<br />

sus efectos visibles: “Behind this development was a general conviction that the human mind<br />

can safely reason from effects or symptomata to their hidden causes, and then use such causes,<br />

newly discovered, to structure scientific explanations of the phenomena that had been observed”<br />

(Wallace 207).<br />

9 La teoría de las exhalaciones de Aristóteles, por ejemplo, es una de las nociones que Cárdenas<br />

repite una y otra vez en la primera parte de su libro, convirtiéndola en un lugar común que responde<br />

a todas las interrogantes sobre los fenómenos climáticos. Según esta noción aristotélica,<br />

asimismo como el influjo <strong>del</strong> sol y los planetas penetran hasta el abismo de la tierra para levantar<br />

la humedad en él contenida “así levantan y engendran de la parte más sutil, requemada y adusta de<br />

la tierra cierto género de vapor sequísimo, llamado de los filósofos exhalación” (18).<br />

10 Para un estudio amplio y detallado de las estructuras, motivos y tópica propios de la tradición<br />

literaria en los textos coloniales <strong>del</strong> <strong>Nuevo</strong> <strong>Mundo</strong>, el libro de Enrique Pupo-Walker La Vocación<br />

Literaria <strong>del</strong> Pensamiento Histórico en América, sigue siendo una referencia fundamental.<br />

11 La creencia en los influjos celestiales formaba parte de la epistemología y visión de mundo de la<br />

época. Era difícil, en algunos casos, encontrar una explicación razonada de la causa de fenómenos<br />

extraordinarios que sobrepasaban las manifestaciones habituales de la <strong>natural</strong>eza. En casos semejantes,<br />

se acudía a la astrología, pues se creía que los cielos, los planetas y las estrellas habían<br />

sido creados con el propósito de regular e influir la <strong>natural</strong>eza y así servir de equilibrio a la tierra,<br />

centro <strong>del</strong> universo. Era corriente considerar que cada astro celestial comunicaba, como lo señala<br />

Enrico Martínez en su Reportorio de los Tiempos e <strong>Historia</strong> Natural de la Nueva España, “su virtud a<br />

estas cosas inferiores por medio de movimiento, luz e influencia, siendo toda la máquina celeste<br />

ordenada por el infinito sabio y Divino arquitecto para la producción de todos los efectos <strong>natural</strong>es<br />

que vemos” (6). El estudio <strong>del</strong> influjo de las constelaciones se consideraba entonces una ciencia<br />

<strong>natural</strong> que enseñaba “a saber los efectos que los movimientos, conjunciones y aspectos de<br />

los cuerpos celestes causan en estas cosas inferiores” (10). Se denominaba Astrología Judiciaria<br />

porque cada planeta o conjunción de ellos causaba un efecto particular. De allí que era necesario<br />

saber las cualidades y virtudes específicas de cada planeta para ‘juzgar’ el tipo de efectos que<br />

ocasionaría. Por esta misma causa era una disciplina considerada imperfecta pues “por haber<br />

casi infinitas estrellas cuya virtud se ignora, suelen faltar muchas veces los <strong>discurso</strong>s y reglas de<br />

Astrología” (11), pero aún así gozaba de enorme prestigio en la explicación de efectos maravillosos<br />

y misterios de la <strong>natural</strong>eza.<br />

12 Solo de la miel de las Indias expresa Cárdenas una opinión desfavorable, al considerarla en general<br />

de sabor acre con una mezcla de dulce. Sin embargo, afirma que tal característica se revierte<br />

sometiéndola a cocción, con lo cual “pierde el enfadoso y molesto sabor agrio que consigo tiene”<br />

(134).<br />

13 Se trata de un mo<strong>del</strong>o de representación discursivo usado para dar cuenta de las especificidades<br />

<strong>del</strong> mundo <strong>natural</strong> americano, percibido como pleno de riquezas, secretos y maravillas. Para una<br />

caraterización de esta formulación discursiva en los textos sobre el <strong>Nuevo</strong> <strong>Mundo</strong>, veáse el libro<br />

El <strong>discurso</strong> de la abundancia, de Julio Ortega.<br />

Bibliografía<br />

Acosta, José de. <strong>Historia</strong> Natural y Moral de las Indias, en que se Tratan las Cosas Notables <strong>del</strong> Cielo, y<br />

Elementos, Metales, Plantas y Animales <strong>del</strong>las: y los Ritos, y Ceremonias, Leyes y Gobierno, y Guerras<br />

de los Indios. Edmundo O’Gorman, ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1940.

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