Historia natural y discurso idiosincrásico del Nuevo Mundo - Spanish

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Domingo Ledezma
y Secretos Maravillosos de las Indias es un fruto de esta conciencia criolla,
manifestada en las páginas del libro a través de los motivos laudatorios de
la historia natural apologética. Como una manera de abarcar la realidad
heterogénea y novedosa de la naturaleza americana, Cárdenas construye
un modelo híbrido de conocimiento—historia natural, argumentación escolástica,
libro de maravillas– que desajusta las convenciones genéricas en
su intento de hallar explicaciones “filosóficas” a los misteriosos secretos de
la naturaleza indiana. Muestra una visión de América que no es la encarnación
fiel de un discurso europeo, sino una creación idiosincrásica que
manifiesta las complejidades cognoscitivas que las novedades y maravillas
de la naturaleza producían en los españoles americanos
Evitando la idealización de la naturaleza, Cárdenas configura el mundo
natural americano como un Paraíso de abundancia y buen temple, pero
cercado de misterios y peligros: “Pues si en el mundo hubo sierpes y culebras
¿Dónde las pudo haber mayores que en esta tierra de las Indias?” (10).
Cárdenas ejemplifica a lo largo de su obra el así llamado tópico americano
de la abundancia. 13 Ésta se manifiesta no sólo en la prodigalidad de recursos
sino en la abundancia de noticias, de secretos y portentos, con la desgraciada
carencia, según Cárdenas, de escritores y libros que puedan cubrir la
vastedad de sus misterios: “Pues yerbas, frutas, pescados, y animales ¿Qué
libros serían bastante para poderlo todo poner en suma?” (10). Ese mundo
natural contrastante, de apacible habitación y de acechanzas y secretos, es el
que los criollos logran ganar y dominar, esta vez con las armas del ingenio y
la agudeza, y los beneficios providenciales de los influjos celestes.
Cárdenas se adelanta a las consideraciones peyorativas que pudieran
hacerse de las tierras americanas, y a su probable influencia nefasta en los
españoles nacidos y criados en las Indias. Para él, las argumentaciones negativas
sobre el Nuevo Mundo nacen del desconocimiento y de la carencia
de una experiencia directa de sus maravillosos fenómenos. Por ello se lamenta
de la falta de escritores que con “buena filosofía” puedan, como él se
lo ha propuesto, “predicar y sacar a la luz las misteriosas grandezas de esta
fértil, grandiosa y opulenta tierra” (76). Su insistencia en buscar la causa de
los efectos de la naturaleza, sitúa su libro en el campo de la historia natural
hermenéutica: aquel tipo de obra, como la de Acosta, concebida como un
intento de producir un conocimiento fidedigno a partir de la observación y
la reflexión. Visto en este contexto los Problemas y Secretos Maravillosos se
diferencian radicalmente de la aproximación de un Fernández de Oviedo
quien al afirmar, en su Historia General y Natural, que “ni quiero tampoco
ponerme a conjeturar de qué proceden los efectos de las novedades que
recuento, porque ni soy tan filósofo para comprenderlos, ni me quiero detener
en argumentos” (ii, 77), se muestra más apegado a la tradicional relación
de noticias que a la formulación de un pensamiento idiosincrásico de
lo americano.