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<strong>Jesuitas</strong> <strong>del</strong> <strong>Perú</strong><br />
“Fátima soy yo, Fátima somos todos”<br />
Una parroquia formadora de fe y con compromiso social<br />
“<br />
Junto con los laicos estamos procurando poner<br />
una verdadera calidad espiritual para que la<br />
gente no se limite a venir a Fátima los domingos<br />
a oír Misa, sino que su cercanía se proyecte en<br />
la transformación de sus hogares y de su vida”,<br />
es lo primero que dice Carlos Cardó Franco SJ,<br />
cuando le preguntamos sobre su experiencia al<br />
frente de la parroquia Nuestra Señora de Fátima,<br />
en Miraflores.<br />
La aseveración parece demasiado optimista; sin<br />
embargo, basta darse una vuelta por el templo,<br />
por el Despacho Parroquial, por los consultorios<br />
pero, sobre todo, conversar con algunas personas<br />
para comprobar hasta qué punto la expresión<br />
“vivir la fe” va calando en sus fieles. No se crea<br />
que la parroquia bulle de gente. Es más, alguien<br />
desprevenido podría opinar que no hay mucha,<br />
en comparación con otras parroquias. Pero los<br />
que encontramos acometen su trabajo con entusiasmo<br />
y voluntad.<br />
“La gente está en el campo, trabajando...”, nos<br />
dice una amable secretaria.<br />
“Gracias a la formación espiritual que estoy<br />
recibiendo en Fátima he comprendido que vivir<br />
la fe no es estar en la iglesia dándose golpes de<br />
pecho... significa mantenerla viva allí donde te<br />
desenvuelves, en tu casa, en tu trabajo, entre<br />
tus amigos, tienes que ser la sal de la vida, un<br />
ejemplo constante”, nos dice uno de los participantes<br />
de los cursos de formación cristiana<br />
que se imparten regularmente en la parroquia.<br />
“Fátima soy yo, Fátima somos todos”, añade con<br />
convicción.<br />
“Formación” parece ser, pues, la palabra clave.<br />
Pero no se crea que se trata de una experiencia<br />
nueva. Fátima puede catalogarse como una parroquia<br />
“trabajada” desde hace muchos años, con<br />
un grupo de hombres y mujeres comprometidos<br />
21<br />
Fe<br />
Zoraida Portillo Martínez<br />
con la labor litúrgica y social desde hace décadas,<br />
pero que viven la mística de la renovación<br />
continua. Esto es lo que motiva la participación<br />
en los grupos de reflexión, de profundización<br />
teológica, bíblica y de práctica espiritual a la<br />
vez que impulsa la consolidación de los grupos<br />
humanos, como espacios de encuentro para el<br />
intercambio de conocimientos y experiencias.<br />
Estos fieles de Fátima aspiran a convertirse, en<br />
virtud de esta dinámica, en referentes activos<br />
para otras personas, conforme al espíritu ignaciano<br />
de animar y acompañar el crecimiento de<br />
la fe de quienes nos rodean.<br />
Una de las participantes en esa experiencia lo<br />
sintetiza muy bien: “Yo tengo muchos años haciendo<br />
labor social en la parroquia, pero continuamente<br />
me siento renovada, los Ejercicios Espirituales<br />
de San Ignacio me cambiaron la vida,<br />
estoy como más sensible hacia los demás, más<br />
tolerante y al mismo tiempo más convencida de<br />
mi fe”, nos dice.<br />
Para hacer de Fátima una parroquia formadora<br />
de fe y espiritualidad con un claro compromiso<br />
social de sus integrantes, existen varios ejes, que<br />
comienzan por la catequesis de niños que se preparan<br />
para recibir a Jesús por primera vez en la<br />
Comunión y tiene su hilo conductor con los confirmandos,<br />
un grupo de jóvenes que se prepara<br />
para la Confirmación y que luego se convierten<br />
ellos mismos en animadores de otros grupos de<br />
catequesis y acción social.<br />
Son estos jóvenes, por ejemplo, los que apoyan con<br />
entusiasmo la tradicional actividad navideña “Una<br />
Caja de Amor” que, apelando al espíritu generoso y<br />
solidario de los fieles de la parroquia, logra repartir<br />
en cada Navidad más de mil cajas con víveres y<br />
regalos entre las familias más pobres de Manchay,<br />
Jicamarca y la zona más pobre de la jurisdicción de<br />
la parroquia.