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El poderoso fuego del Espíritu Santo entró en mi corazón. El fuego se<br />
movía en una forma circular. Una vez el fuego entró en mi corazón,<br />
comencé a sudar <strong>por</strong> el calor y la energía. Yo presencié multitudes de<br />
ángeles llegando desde el cielo. Ellos llegaban desde la puerta que cruza<br />
desde el altar. Los espíritus malos estaba todavía en el cuerpo de mi<br />
madre y la atormentaban. El dolor causaba que mi madre rodara sobre el<br />
suelo. Mi madre estaba impotente, ella no sabía que hacer para que su<br />
tormento parara. Ella lloraba y gritaba continuamente. Todos los<br />
miembros de la iglesia estaban comprometidos en la batalla para echar a<br />
los espíritus malos. La batalla continuó hasta la mañana.<br />
Afortunadamente, con la asistencia del Arcángel Miguel, derrotamos los<br />
espíritus malos y fuimos capaces de finalizar el servicio del día.<br />
Cuando el Arcángel Miguel y Jesús retornaron al cielo, pudimos<br />
encontrar tiempo para orar individualmente. A medida que orábamos en<br />
lenguas, vi un grupo de sombras negras arrastrándose desde una<br />
esquina. En segundos, un espíritu malo parecido a un gran dinosaurio<br />
apareció y comenzó a correr hacia mi. Cuando éste arremetió hacia mí,<br />
su cabeza estaba resquebrajada y fui capaz de ver objetos rojos<br />
contorneándose dentro de su cabeza. Al observar la situación, sentí que<br />
mi alma estaba dejando mi cuerpo. En ese segundo, en un momento de<br />
debilidad, fui atacado <strong>por</strong> el espíritu malo. Yo estuve muy asustado y<br />
llamé al Señor. “Jesús! Ayúdame! Ven rápido y sálvame!” El Señor llegó<br />
instantáneamente y sujetó la cola del dinosaurio.<br />
Después, el grupo de espíritus malos de sombras oscuras jalaron mi<br />
ropa. Yo traté de soltarla pero no era capaz y mis oraciones estaban<br />
siendo interrumpidas. Tan pronto me dí cuenta que yo no los podía<br />
combatir a ellos con mi propia fuerza, decidir llamar <strong>por</strong> el poder del<br />
Santo <strong>Fuego</strong>. Yo comencé a gritar, “Santo <strong>Fuego</strong>! Santo <strong>Fuego</strong>!<br />
Repentinamente un fuego ardiente se salió de mi cuerpo y desintegró<br />
los espíritus de sombras oscuras.<br />
Al yo comenzar a orar en lenguas, empecé a escuchar una canción. Esta<br />
era llamada “ “.Dancé y oré al ritmo de la canción. Observé un espíritu<br />
malo que se veía como una máscara de hierro y se acercó a mí.<br />
Continué orando y mis manos se movían con el ritmo de la música. El<br />
espíritu de la máscara de hierro se acercó y le quité la máscara. Al<br />
removerle la máscara, un enjambre de insectos aparecieron de ésta. Los<br />
destruí con el <strong>Fuego</strong> Santo. Una vez yo había derrotado los espíritus<br />
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