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tocar su cuerpo. Ellos gritaban y se convertían en cenizas. El Pastor ni<br />
siquiera se dio cuenta de que esto estaba pasando, él solo continuó<br />
orando. Durante la mitad de la batalla, me molesté mucho y pensé,<br />
“Hoy, yo estaba ávida y determinada para pedirle al Señor si podía<br />
visitar el cielo. Pero estos demonios me estorbaron y no fui capaz de<br />
concentrarme y hacer mis peticiones conocidas. No fui capaz de visitar<br />
el cielo hoy. ¡Que desastre! Está bien, si yo no pude visitar el cielo hoy,<br />
voy a desquitar mi enojo con los demonios!” Yo derroté a todos los que<br />
llegaron a mi lugar.<br />
Espiritualmente, fue un día muy difícil, encontrando cielos de<br />
demonios. Después de largo tiempo, Jesús apareció, y se fue hacia el<br />
altar donde el Pastor estaba orando. El Pastor no se había totalmente<br />
recuperado de las dolorosas heridas que los demonios le infligieron<br />
pocos días atrás. Él continuó liderando el servicio de la iglesia y<br />
adoración a pesar de su dolor. Aún en oración él estaba en dolor y muy<br />
debilitado. Jesús se paró al lado de él y muy afectuosamente, tocó su<br />
cabeza, espalda y cuerpo con Su mano, especialmente donde estaban<br />
localizadas las heridas. Cada vez que el Señor ve al Pastor, Él se pone<br />
muy jovial. A Jesús le gusta estar con el Pastor. Jesús aún le canta una<br />
canción. “¡A pesar de las heridas tú estás fervientemente orando! ¡Tú<br />
lo estas haciendo maravilloso! ¡Bien!” El señor estaba muy<br />
complacido.<br />
A medida que observaba esto, momentáneamente bajé la guardia, y un<br />
demonio invisible comenzó a retorcer mi brazo y mano derecho. Desde<br />
las puntas de mis dedos, la energía fría del demonio lentamente se<br />
esparcía hacia arriba de mi brazo. Yo inmediatamente apreté mi brazo<br />
derecho para parar de esparcirse la fría energía. Yo grité, “Yo comando,<br />
en el nombre de Jesús, huye de mi espíritu inmundo!” Sal!” La energía<br />
fría del demonio comenzó lentamente a disiparse. A medida que oré, yo<br />
palmoteé mi mano y brazo, hasta que ellos se sintieron normal otra vez.<br />
* El desesperado intento de Yoo Kyung <strong>por</strong> cazar demonios<br />
Un demonio con una cara negra y con cinco cuerpos conjuntos se<br />
acercaron a mí. Lo agarré y lo columpie en el nombre de Jesús. Luego<br />
otro demonio en la forma de un hombre con ropas blancas apareció.<br />
Este demonio era tan alto que parecía como si pudiera alcanzar el<br />
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