Descargar libro en PDF - Biblioteca Digital Leonesa

Wolf
el Incomprendido
mandad de género, que ya es decir. Completaba la familia un
perro disoluto llamado Trasgo, causante del inicio de desave-
nencias entre los dos amigos, junto con un cuñado de Manolito,
a la sazón corredor de seguros en Cantabria.
Y a su casa acudieron un mal día, vestidos como corres-
ponde a una cena. El matrimonio siempre fue muy protocolario
y, aunque de sport, se presentaron en casa de Manolito y
Evelia, que daba gloria verles. Por supuesto, recién mudados y
duchados. Wolf estrenó para la ocasión unos pantalones de
conocida marca británica y se había rociado comedidamente
con agua de colonia no menos inglesa. Nada más entrar, el
licencioso perro no paró de olisquearle moviendo el rabo con
gran alborozo. Wolf, no muy amante de los canes lanudos (ade-
más era enorme) le pasó la mano por el lomo como queriendo
decir adiós. Pero no fue así. Durante y después de la cena,
Trasgo no se separó de sus pies sin parar de mover el rabo pelu-
do. Parecía un plumero grandón.
Los dos matrimonios, parlanchines como siempre, hablaron
de todo y durante mucho tiempo. Ellos, de las habituales boba-
das. Ellas, de cosas más o menos trascendentes: de la abuela que
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