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PSICOLOGÍA - Fundación Gustavo Bueno

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Cuanto más «inteligente» se nos revela<br />

una conducta instintiva tanto más estúpido<br />

se nos aparece el animal que la<br />

desarrolla.<br />

En efecto, numerosos experimentos demuestran que los animales son puros<br />

«intérpretes» de un plan que no han logrado hacer suyo, y que, por tanto,<br />

no saben «reconstruir» y adaptar a sus circunstancias particulares. En este<br />

sentido puede decirse que la conducta instintiva es ciega.<br />

Ejemplos: si se perfora una celda de un panal, por él se escapa la miel. Pero la<br />

abeja no deja de acarrear alimentos, en lugar de tapar primero el agujerito. La abeja<br />

sigue destilando miel sobre la celdilla rota: evidentemente no sabe lo que hace.<br />

«Una ardilla recién nacida fué sacada de su nido en lo alto de un árbol y criada<br />

artificialmente. Fué alimentada con leche y bizcocho. Un dia se le dio una nuez, la<br />

primera que había visto en su vida. La examinó detenidamente y en seguida mordisqueó<br />

en ella hasta dejar libre el meollo que se comió. Pero todavía más: cuando se<br />

la dejó suelta en el cuarto, más tarde, se pudo hacer reiteradamente la siguiente observación<br />

: si había más nueces de las que e! animal podía consumir, cogía una y la<br />

«enterraba». El animal miraba atentamente a todas las partes del cuarto, marchaba<br />

luego a un lugar algo oculto—tras la pata del sofá o la cavidad di.1 pie tallado de una<br />

mesa de escritorio—, introducía la nuez en el lugar elegido y ejecutaba en seguida todos<br />

los rnovimionos propios de enterrar, así como los movimientos que se hacen para apisonar<br />

la tierra sobre el objeto enterrado: el animal volvía a su ocupación, sin darse<br />

cuenta que la nuez había quedado descubierta por completo. Para comprender esto ha<br />

de saberse que las ardillas que viven en libertad entierran realmcnie de este modo las<br />

nueces, hasta una profundidad de dos o tres centímetros, y vuelven a encontrarlas más<br />

tarde por el olfato.» (KOFFKA: Bases de ¡a evolución psíquica.)<br />

4. I.íe,ves ele los Instintos.<br />

Ley de la individualización.—Pese a su carácter general, el instinto tiende<br />

a desarrollarse con el mismo objeto que le sirvió en principio. La lapa vuelve<br />

siempre al mismo sitio de la roca. El paseo que elegimos el primer día es<br />

el que preferimos en los sucesivos.<br />

Ley de la conjluencia. — Un mismo objeto puede desencadenar instintos<br />

opuestos, pero si uno se desarrolla, el opuesto se inhibe.<br />

5. Kl instinto y la inteligencia.<br />

Por admirable que sea la actividad instintiva, y aunque en algunas ocasiones<br />

sea más certera y rápida que la inteligencia, sin embargo no pueden confundirse<br />

ambas formas de conducta. La diferencia esencial es la siguiente:<br />

— 198<br />

<strong>Gustavo</strong> <strong>Bueno</strong> & Leoncio Martínez, Nociones de filosofía. Quinto curso, Ediciones Anaya, Salamanca 1955

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