Capítulo 1

Omn Bia 320-3 14/11/12 16:19 Página 26
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–Estupendo, yo también. Somos almas gemelas, en
ese caso. ¿Cómo se titula esa vieja novela? Extraños en
tierra extraña.
Ella exhibió una deliciosa sonrisa y se convenció. La
mujer se acomodó en el asiento de cuero junto a él, se
apartó el pelo mojado de la cara y le tendió la mano.
–Fallon O’Connell –dijo, pero entonces soltó una tímida
carcajada, retiró la mano, se secó contra el pantalón
y volvió a tender su mano–. Estoy calada.
–Sí, desde luego.
Stefano sonrió mientras estrechaba su mano. ¡Dios
Santo! Era una preciosidad. ¿A quién iría a visitar en Sicilia?
¿Un hombre? Sintió un irracional ataque de celos
de un hombre sin rostro. Puede que debiera quedarse en
la isla en vez de volverse a Nueva York y celebrar su recién
adquirida libertad.
–¿Y su nombre es...?
–Lo siento –se rió–. Soy Stefano Lucchesi. Es un
placer conocerla, señorita O’Connell.
–Fallon, por favor. El placer es mío, señor...
–Stefano –soltó la mano de ella, muy a su pesar, se
recostó en el asiento y cruzó los brazos sobre el pecho–.
Ahora que hemos procedido a las presentaciones formales,
dígame por qué no puede mi chófer conducirla a su
destino.
–Bueno, verá, no conozco la dirección.
–¿Un poco de aventura en vacaciones? –sonrió Stefano.
Ella rió abiertamente. Poseía una risa maravillosa, ligera
y musical, auténtica.
–He venido a hacer un reportaje fotográfico para una
revista, pero la persona que me contrató no me facilitó
una dirección. No parecía necesario, ya que ella me aseguró
que un coche vendría a buscarme al aeropuerto.
–¿No será usted modelo, señorita O’Connell? –preguntó
mientras contenía la respiración.
–Fallon, ¿recuerda? Sí, en efecto, soy modelo. ¿Me
ha reconocido?