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Capítulo 1

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Omn Bia 320-3 14/11/12 16:19 Página 28<br />

28<br />

–Está bien –dijo ella en voz baja, temblorosa, la furia<br />

contenida–. Ya es suficiente.<br />

Alargó la mano hacia el tirador de la puerta. Stefano<br />

sujetó su mano para detenerla y recibió una descarga de<br />

electricidad desde la yema de sus dedos antes de que<br />

ella se apartara bruscamente.<br />

–El modo en que se gane la vida es asunto suyo. El<br />

caso es que conozco el lugar al que se dirige –se inclinó<br />

hacia delante y golpeó en el hombro al chófer–. Luigi,<br />

la señorita quiere ir al castello. Llévala hasta allí.<br />

–Preferiría ir a pie antes que aceptar sus favores –replicó.<br />

–No sea estúpida. ¿Cómo espera llegar hasta allí si<br />

no conoce el camino?<br />

–Entonces, dígame dónde está y estaremos en paz.<br />

–Mi chófer la llevará hasta allí.<br />

–¡Maldita sea! ¿Es que está sordo? ¡No quiero quedarme<br />

ni un segundo más en este coche! –señaló Fallon.<br />

–No se trata del coche, sino de mí.<br />

Sus ojos brillaron. Calada hasta los huesos, tan despeinada<br />

como un gato bajo la lluvia, todavía era consciente<br />

de su estado.<br />

–¡Tiene usted toda la razón!<br />

–En ese caso... –Stefano abrió la puerta con fuerza,<br />

salió a la carretera y cerró de un portazo–. Arrivederci,<br />

señorita O’Connell. ¿Luigi? Andante.<br />

Fallon O’Connell dijo algo. No pudo escucharlo,<br />

pero estaba tan cerca de la ventanilla que apreció cómo<br />

movía los labios en un gesto de evidente indignación.<br />

Fallon se volvió hacia la puerta y Stefano golpeó el<br />

capó del coche. Luigi, siempre diligente, apretó el botón<br />

de cierre centralizado y pisó a fondo el acelerador.<br />

El coche salió disparado desde la acera.<br />

Stefano se encaminó hacia la terminal, recorrió la<br />

mitad del camino y se detuvo. ¿Qué demonios estaba<br />

haciendo? Masculló entre dientes una retahíla de maldiciones<br />

en italiano que habrían enorgullecido a su

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