El poder ya no respeta a Farmaindustria - Redacción Médica
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d ebates sanitarios<br />
Hay que dar un giro<br />
al SNS para<br />
centrarlo en el<br />
paciente, y dentro<br />
de esa actuación<br />
preocupar<strong>no</strong>s por<br />
la calidad y por la<br />
seguridad<br />
Alberto Fidalgo Francisco<br />
debate, que es la cultura proactiva<br />
y preventiva de la seguridad y por<br />
otra parte un aprendizaje a partir<br />
de los errores. Son dos conceptos<br />
básicos que debemos llevar a la<br />
cultura de los profesionales. Tengo<br />
dos datos para ilustrarlo. Entre un<br />
dos y un cuatro por ciento de los<br />
enfermos de nuestros hospitales<br />
sufren efectos adversos, y según el<br />
Estudio Nacional sobre los Efectos<br />
Adversos ligados a la Hospitalización<br />
(Eneas) de 2005, la infección<br />
<strong>no</strong>socomial en nuestro país está<br />
alrededor del ocho por ciento. <strong>El</strong><br />
problema sigue teniendo unas dimensiones<br />
que son para tenerlo en<br />
consideración.<br />
56 revistamédica<br />
¿Cuáles son los principales promotores<br />
de efectos adversos en nuestros<br />
hospitales? Estamos hablando<br />
de errores de medicación, infecciones<br />
hospitalarias, errores quirúrgicos,<br />
y errores de diagnóstico<br />
o terapéuticos, en este orden. Los<br />
dos primeros ocupan la mayoría de<br />
los casos.<br />
En el Hospital Universitario de<br />
Getafe trabajamos en la seguridad<br />
del paciente siguiendo las directrices<br />
del Observatorio Regional de<br />
Riesgos Sanitarios de la Comunidad<br />
de Madrid, que se alinean con<br />
las de la Organización Mundial de<br />
la Salud (OMS). Así, elaboramos<br />
el Plan de Seguridad Clínica de<br />
nuestro centro, cu<strong>ya</strong>s actuaciones<br />
principales han sido impulsar y<br />
difundir la cultura de seguridad<br />
del paciente, y valores, actitudes y<br />
comportamientos en el funcionamiento<br />
de equipos clínicos. Pensamos<br />
que van a ser los equipos<br />
clínicos los que de mejor manera<br />
aseguren la seguridad de los pacientes,<br />
y los que van a corregir en<br />
primera línea y de mejor manera<br />
los errores individuales.<br />
En segundo lugar, formar a los<br />
profesionales en gestión de riesgos<br />
sanitarios, identificar y valorar riesgos,<br />
con los métodos científicos<br />
adecuados, y establecer medidas<br />
de prevención o de reducción de<br />
la probabilidad de ocurrencia de<br />
los riesgos sanitarios. Hay muchos<br />
riesgos inevitables, lo que hay que<br />
evitar es el daño.<br />
José Luis Gómez, presidente del<br />
Sector de Productos Sanitarios<br />
de un solo uso de Fenin: Me gustaría<br />
hacer especial hincapié en<br />
cómo la tec<strong>no</strong>logía ayuda a reducir<br />
los efectos adversos. En España<br />
todavía falta cultura de prevención.<br />
La prevención supone una<br />
inversión y eso cuesta, aunque está<br />
demostrado que esta inversión se<br />
traduce en ahorro de costes para el<br />
sistema. Hay que invertir en recursos,<br />
en tec<strong>no</strong>logía. La situación fi-<br />
La seguridad del<br />
paciente es un<br />
problema de<br />
defecto del proceso<br />
productivo. Estamos<br />
en una estructura<br />
especialmente<br />
compleja<br />
Pedro Galdós Anuncibay<br />
nanciera y económica actual frena<br />
a veces esta inversión, y puede ser<br />
una contradicción.<br />
Está claro que los efectos adversos<br />
suponen una carga de mortalidad y<br />
morbilidad significativa. Además,<br />
causan un impacto económico<br />
muy importante. La Agencia Nacional<br />
de Calidad encargó a Antares<br />
un estudio en 2005 y el coste<br />
estimado que fijó la consultoría se<br />
situaba entre 2.500 y 3.000 millones<br />
en aquel año. Hoy <strong>no</strong> sabemos<br />
cuánto sería, aunque en nuestra<br />
opinión se sitúa entre un 15 y un<br />
20 por ciento del coste del sistema<br />
sanitario, mientras que las cifras