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salír de Cuba por medios convencionales,<br />
empezó a urdír un plan arriesgado.<br />
Consiguió la licencia de piloto deportivo en poco<br />
tiempo, y con unos 30.000 dólares prestados<br />
por una organización humanitaria de exiliados<br />
cubanos, adquirió una vieja avioneta bimotor,<br />
una Cessna 310 con treinta años de antiguedad,<br />
pero con el certificado de aeronavegalibidad ( la<br />
I.T.V de los aviones ) en regla. A través de un<br />
par de amigas mexicanas que viajaron a Cuba,<br />
hizo llegar a su familia la cita del lugar y la hora<br />
donde debían esperar el rescate que había puesto<br />
en marcha.<br />
El día elegido, el 19 de Diciembre, a las cinco<br />
de la tarde, despegó desde un pequeño aeroclub<br />
cercano a Miami, advirtiendo de que si no<br />
regresaba en el plazo de un par de horas, le<br />
diesen por muerto.<br />
Voló hacia el punto de reunión, algo menos de<br />
cincuenta minutos a no más de tres metros de<br />
altura sobre las olas del estrecho de Florida con<br />
los gases abiertos a tope. Hasta el más minucioso<br />
plan no está libre de imprevistos. El punto de<br />
reunión elegido para aterrizar y recoger a la<br />
Después de pasar el paralelo 24 rumbo a USA, Lorenzo , apuntó hacia<br />
atrás una pequeña cámara fotográfica que había llevado consigo<br />
y tomó varias fotografías de los momentos dentro de la avioneta<br />
El Mayor Orestes Lorenzo con el presidente George Bush y su esposa<br />
el 22 de diciembre de 1992<br />
familia era la carretera de Matanzas a Varadero,<br />
a unos 150 kilómetros al este de la Habana,<br />
un lugar normalmente tranquilo que Orestes<br />
conocía bien, pero que en el momento en que el<br />
avión inició la apresurada maniobra de aterrizaje<br />
registraba un tráfico automotor inusual. Durante<br />
el aterrizaje, el pequeño aparato tuvo que esquivar<br />
un coche conducido por un atónito paisano, y<br />
cuando finalizó el aterrizaje quedó a menos de<br />
ocho metros de un autobús cargado de turistas<br />
boquiabiertos. Orestes giró rápidamente el<br />
avión, abrió la portezuela de la Cessna, empujó<br />
a los asombrados niños y a su mujer dento del<br />
aparato y despegó a toda potencia. La maniobra<br />
llevó tres minutos escasos, y cincuenta minutos<br />
más tarde, aterrizaban de vuelta en Florida.<br />
El revuelo que causó la hazaña de Orestes fue<br />
tremendo, en la primera rueda de prensa dijo<br />
: “Díganle a Raúl Castro que le he tomado la<br />
palabra, y he ido personalmente a recoger a mi<br />
familia”.<br />
Toda una odisea que parece sacada de una<br />
producción de Hollywood, pero que sucedió<br />
realmente, y que pone en cuestión la solidez de<br />
las fronteras cuando alguien tiene la voluntad<br />
suficiente de superarlas.<br />
La familia Lorenzo en libertad días después del rescate