pdf_200904012351
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quiere a esas tortolitas que llegan y, mansas, como manojos<br />
de brisa, se duermen entre la sombra de los árboles.<br />
35<br />
Guy dijo a Exa:<br />
—Si no comes esta tortilla, no te llevo donde están mis conejos.<br />
—¿Cuántos son?<br />
Guy le mostró una mano. Exa, empezó a comer, pero con<br />
disimulo, entre su falda, guardó cinco pedazos.<br />
36<br />
Bajo la noche poblada de luceros, junto a los maizales, se han<br />
recostado, en silencio, Guy y Exa.<br />
Canek sonreía sin mirarlos.<br />
37<br />
Guy quiso guardar entre sus manos los colores del iris que<br />
forma un cristal. En la sombra los colores desaparecían.<br />
—Jacinto —dijo a Canek—, le prometí a Exa un regalo.<br />
Pero me parece que es un regalo imposible.<br />
—Nada es imposible, niño Guy, cuando el corazón es limpio.<br />
Guy volvió a mirar, bajo el sol, los colo res del iris. Se quedó<br />
mirándolos con tanta emoción que sobre ellos cayeron sus lágri<br />
mas. Entre las manos de Guy quedaron pri sioneros, lúcidos,<br />
los colores del iris y Exa tu vo su regalo.<br />
38<br />
Guy se limpió una lágrima; Canek pre guntó:<br />
—¿Exa?<br />
Canek puso una mano sobre el pecho de Guy.<br />
Guy dijo:<br />
—Exa.<br />
Y Exa se fue como vino: en manos del viento.<br />
44 Literatura