La Carta a los Romanos - Tomo I - Daily Biblical Sermons
La Carta a los Romanos - Tomo I - Daily Biblical Sermons
La Carta a los Romanos - Tomo I - Daily Biblical Sermons
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Puede también tener el sentido de ‘mucha fe’, es decir, vivimos completamente<br />
sumergidos en la fe, como la expresión de san Juan: “de su plenitud tomamos<br />
todos, y gracia sobre gracia” (Jn 1, 16). Entonces el significado sería que<br />
nuestra vida ahora es una vida completamente de fe. Vemos todo por la óptica<br />
de la fe en Jesucristo, quien nos ha hecho nuevos, una nueva creación,<br />
dándonos nueva vida, haciéndonos justos y santos delante de él, llenos de amor<br />
y esperanza.<br />
LA CULPABILIDAD DEL HOMBRE 1, 18-32<br />
Jesucristo nos libra de la ira de Dios<br />
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia<br />
de <strong>los</strong> hombres que detienen con injusticia la verdad” (Rom 1, 18). San Pablo<br />
comenzó su epístola hablando de la justicia y salvación de Dios que justifica a<br />
<strong>los</strong> pecadores por medio de su fe en Jesucristo, a quien Dios nos dio como<br />
medio de propiciación por nuestros pecados. Ahora, pues, san Pablo tiene que<br />
demostrar la necesidad de esta justificación gratuita de Dios. Esto lo hace al<br />
mostrar que todo hombre es pecador, tanto <strong>los</strong> judíos como <strong>los</strong> gentiles. Él<br />
comienza con <strong>los</strong> gentiles, porque <strong>los</strong> judíos se creían mejor que el<strong>los</strong>. Los<br />
judíos estarían de acuerdo con lo que san Pablo dice ahora contra <strong>los</strong> gentiles.<br />
Después él tendrá que convencer a <strong>los</strong> judíos que el<strong>los</strong> también son pecadores<br />
y en necesidad de la justificación de Dios. Él comienza, pues, con <strong>los</strong> gentiles.<br />
Los gentiles necesitan la salvación de Dios, porque, siendo pecadores, están<br />
ahora bajo su ira, y están en gran peligro, porque si continúan así, verán, no la<br />
salvación, sino la ira de Dios cuando venga el día del juicio. Cuando Jesucristo<br />
vuelva en su majestad como “juez de vivos y muertos” (Hch 10, 42), el<strong>los</strong> serán<br />
juzgados dignos de su ira. Sin la fe en Jesucristo, la conducta de el<strong>los</strong> <strong>los</strong><br />
condenará. <strong>La</strong> ira, no la salvación de Dios se revelará contra el<strong>los</strong>: “la ira de<br />
Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de <strong>los</strong> hombres”<br />
(Rom 1, 18).<br />
Juan el Bautista predicó sobre la ira venidera de Dios. A <strong>los</strong> fariseos y saduceos<br />
les dijo: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?”<br />
(Mt 3. 7). Él preparaba al pueblo para poder escaparse de esta ira venidera al<br />
arrepentirse y aceptar al Mesías. Pero si no lo aceptan, como no lo aceptaron<br />
<strong>los</strong> fariseos y saduceos, entonces verán, no la salvación, sino la ira de Dios.<br />
Es precisamente la muerte de Jesús que nos salva de esta ira de Dios. Así,<br />
“siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues…estando ya<br />
justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Rom 5, 8-9). Si por<br />
28