HISTORIA DE LA MONEDA EN PORTUGAL - Numismática y monedas

particulares la exploración de territorios africanos, el rey asignó un acuerdo con Fernao
Gomes, mercader de Lisboa, al cual dio derecho de explotar el comercio de Guinea y de
continuar descubriendo nuevas tierras. Fueron navegantes a su servicio los que, en
1.471, descubrieron las islas de Fernando do Pó, Santo Tomé y Principe y Ano Bom.Ese
año fue ocupada la región marroquí de Tánger, pasando el monarca a titularse: “D.
Afonso, por graça de Deus, Rei de Portugal e dos Algarves, daquém e dalém-mar em
África”.
Tras el fin de la Edad Media, allá por el 1.453, llegó la Edad Moderna, de la que
Portugal fue uno de los protagonistas principales y se consolidó en su papel de
descubridor. Con la llegada de D. Joao II al poder –que desde 1.474 ya dirigía la
política atlántica del reino- se consolidó la expansión en África y se partió para otros
mares nunca antes navegados, que conducirían a India y a Brasil. El mundo fue
repartido entre Portugal y España a través del Tratado de Tordesillas.
D. Joao II, un rey duro, astuto, negociador, estratega y centralizador, se empeñó
en restaurar el poder real, obligando a los nobles a jurarle fidelidad. Fue implacable con
sus enemigos –en 1.483 fue ejecutado el duque de Bragança y al año siguiente el propio
monarca apuñalo a su cuñado, ambos envueltos en conspiraciones para asesinarle- e
impulsó los negocios en África, mandando construir la fortaleza de Sao Joao da Mina.
Participó en el Tratado de Tordesillas, el 7 de junio de 1.494, en el que Portugal y
España dividían y se repartían el mundo descubierto y por descubrir. Cuando subió al
trono restauró el poder del rey, subordinando a sus autoridades a los grandes señores de
la época. Exigió fidelidad personal, lo que acabó por crear un clima de tensión con la
nobleza. Fue aclamado 2 veces rey: el 10 de noviembre de 1.477, tras la abdicación de
D. Afonso V, acto que fue nulo tras la vuelta de éste al reino; y la definitiva por muerte
de su padre, el 31 de agosto de 1.481.
Pasó a la historia como un gran impulsador de la expansión, pasando también a
ejercer un mayor control con el comercio atlántico. Su cualidad como estratega quedó
patente en las negociaciones mantenidas con los Reyes Católicos cuando se trató de
llegar a un acuerdo sobre el Tratado firmado en Tordesillas. D. Joao insistió en
reivindicar para Portugal un espacio en oriente de un meridiano pasando de 370 leguas
al oeste de Cabo Verde en vez de las 100 iníciales al oeste de Azores o de Cabo Verde
como era deseo de los castellanos. Tras ésta pretensión estaba el conocimiento del
monarca portugués de la existencia de Brasil. El rey, que mandó hacer una nueva
bandera para afirmar su autoridad en el reino, murió en Alvor, acabando por no
concretizar una de sus apuestas: la llegada a la India. El cruzado, el justo y el espadín o
medio justo fueron las monedas de oro acuñadas durante el reinado de D. Joao II. Las
monedas de D. Joao II mantienen, en las primeras acuñaciones de su reinado, el mismo
toque y figuración usados por su padre, D. Afonso V. Un segundo tipo de cruzados
surgió cuando fue promulgada una ley que hizo desaparecer la cruz de Avis, siendo
alterado el escudo nacional e incrementándose con el título “Rei de Portugal e dos
Algarves” y de “Señor de Guiné”. La concepción de los justos y los medios justos fue
inspirada en monedas extranjeras contemporáneas y el escudo nacional aparece
reformulado con las quinas laterales derechas y la nueva inscripción del título “Señor de
Guiné”. El reverso representaba al rey sentado, con el manto real y agarrando la espada.
Éstas monedas fueron acuñadas ya con el nuevo toque de 22 quilates para las monedas
de oro, introducido en éste reinado. El justo sirvió para D. Joao II para mostrar a Europa
que Portugal era un reino rico y con poder. Se trata de una moneda rara en nuestros días,
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