Ilustración: JOSÉ MARÍA VELASCO 6 MAYO DE <strong>2012</strong>
Tierra a<strong>de</strong>ntro, mar en fuera es el revés <strong>de</strong> la caja <strong>de</strong> Pandora <strong>de</strong> los antiguos griegos: al abrirlo, en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar monstruos <strong>de</strong>structivos y males imposibles <strong>de</strong> atajar, nos transporta a un mar <strong>de</strong> historias, como lo llama su autor, a un <strong>de</strong>scubrimiento tras otro <strong>de</strong> geografías revolucionadas y al encuentro con grupos humanos variados, así como a una sucesión <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s sociales, comerciales, festivas, religiosas y políticas que a su vez se transforman en tramas complejas, pero que Antonio García <strong>de</strong> León, con arte <strong>de</strong> gran ensamblador, hace caber en 900 luminosas páginas. <strong>La</strong>s obras históricas significativas siempre guardan memoria <strong>de</strong> mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os anteriores que les sirvieron <strong>de</strong> guía o impulso motivador. Este libro, por la indagación en la tierra nueva en que nos sumerge y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su narrativa, nos recuerda a Heródoto. Y por su <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s históricas ignoradas o apenas entrevistas, trae a la memoria las aportaciones <strong>de</strong> libros que formaron a numerosas generaciones <strong>de</strong> historiadores mexicanos. Creo que en Tierra a<strong>de</strong>ntro, mar en fuera está presente la respiración profunda, larga y expansiva que recorre El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época <strong>de</strong> Felipe II <strong>de</strong> Fernand Brau<strong><strong>de</strong>l</strong> (1949). <strong>La</strong> novedad <strong>de</strong> las temáticas que aborda Tierra a<strong>de</strong>ntro, mar en fuera me llevó a recordar obras sobre nuestro país que exploraron temas inéditos y abrieron nuevos <strong>de</strong>rro- ALGO DE HISTORIA Hay certezas que <strong>de</strong>safían el juicio <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo. Aquí, sin titubeos, Florescano i<strong>de</strong>ntifi ca en el libro más reciente <strong>de</strong> Antonio García <strong>de</strong> León la materia <strong>de</strong> la que están hechos los clásicos. <strong>La</strong> apetecible ambición <strong>de</strong> esta obra, su minucioso trabajo documental, la amplitud <strong>de</strong> sus miras y la agu<strong>de</strong>za narrativa —sustentadas en un genuino amor por lo propio— nos hacen confi ar en ese pronóstico. Que los lectores juzguen por sí mismos RESEÑA Los nuevos rumbos <strong>de</strong> la historiografía mexicana ENRIQUE FLORESCANO teros a los estudios históricos, tales como <strong>La</strong> formación <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s latifundios en México <strong>de</strong> François Chevalier (1953), o Los aztecas bajo el dominio español 1519-1810 <strong>de</strong> Charles Gibson (1964), o Pueblo en vilo <strong>de</strong> Luis González (1969), o Zapata <strong>de</strong> John Womack (1969), o <strong>La</strong> Cristiada <strong>de</strong> Jean Meyer (1973), u Orbe indiano <strong>de</strong> David Brading (1991), o Pancho Villa <strong>de</strong> Friedrich Katz (1998), o el más reciente Monte Sagrado-Templo <strong>Mayo</strong>r <strong>de</strong> Alfredo López Austin y Leonardo López Luján (2009). Estas obras fundacionales, sin esperar el requerido paso <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo para ser validadas, adquirieron el rango <strong>de</strong> clásicos entre los historiadores mexicanos e hispanoamericanos, y nos legaron un caudal <strong>de</strong> nuevos conocimientos, una inusitada riqueza <strong>de</strong> instrumentos analíticos y una variedad <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> narrar el pasado que están presentes en el libro <strong>de</strong> Antonio García <strong>de</strong> León. Tierra a<strong>de</strong>ntro, mar en fuera es una obra ambiciosa, que conjuga temas y tiempos diversos, que transcurre en tres siglos alterados por flujos, reflujos y huracanes sociales, económicos y políticos, y se concentra en las diversas franjas <strong>de</strong> la geografía <strong><strong>de</strong>l</strong> sur y el istmo mexicano. Una parte <strong><strong>de</strong>l</strong> libro está <strong>de</strong>dicada a la comarca <strong><strong>de</strong>l</strong> Sotavento, tierra formada por una diversidad <strong>de</strong> medios geográficos y ecológicos. Este paisaje pródigo, alterado por diferentes pisos vegetales y TIERRA ADENTRO, MAR EN FUERA El puerto <strong>de</strong> Veracruz y su litoral a Sotavento, 1519-1821 ANTONIO GARCÍA DE LEÓN historia 1ª ed., Gobierno <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado <strong>de</strong> Veracruz- Universidad Veracruzana-fce, 2011, 958 pp. 978 607 16 0615 0 $468 corrientes fluviales, sufre cambios intensos en los tres siglos que lo recorren. Pero lo que asombra al lector es la manera cómo el historiador, transformado en biólogo, ecologista, explorador, agrimensor y cartógrafo, camina este espacio dilatado y lo calibra, lo clasifica y reconoce en él las múltiples toponimias popolucas, zoques, mixes, nahuas, africanas, españolas y jarochas que lo nombran e i<strong>de</strong>ntifican. El libro <strong>de</strong> García <strong>de</strong> León reconstruye los diversos grupos y culturas indígenas que habitaron el territorio y más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong>scribe la catástrofe <strong>de</strong>mográfica que casi los extinguió y la inmediata sustitución <strong>de</strong> esa población por la invasión y multiplicación <strong><strong>de</strong>l</strong> ganado. <strong>La</strong> sustitución <strong>de</strong> la gente indígena por el ganado transformó radicalmente el paisaje agrícola y natural, y fue seguida por un cambio mayor: la introducción <strong>de</strong> la esclavitud africana. <strong>La</strong> población negra se repartió en las villas <strong>de</strong> Veracruz, Jalapa, Córdoba y Orizaba, en las comunida<strong>de</strong>s rurales <strong><strong>de</strong>l</strong> interior y en las haciendas gana<strong>de</strong>ras, formando la fuerza <strong>de</strong> trabajo básica que, al unirse con los indígenas, españoles pobres y mestizos, creó una sociedad hecha <strong>de</strong> mezclas étnicas y una cultura tropical singular, <strong>de</strong> la cual nació el jarocho, el vaquero y MAYO DE <strong>2012</strong> 7