SOLILOQUIOS DE UN JUDIO
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filiación, interesados en saber "qué quieren los judíos, qué piensa este<br />
autor, judío nacido en esta tierra de libertad'.<br />
A ese respecto conviene tener en cuenta que, por lo general, se<br />
habla a un interlocutor real o potencial —en este último caso, un<br />
posible lector— en la esperanza que la chispa del entendimiento se<br />
encienda al calor de las palabras por cuya virtud podría llegar a<br />
crearse un mundo en común.<br />
Hemos hecho mención del pasado y del presente. Pero<br />
básicamente, en cuanto ello se refiere al pueblo judío, considerarnos<br />
que el pasado no pasó en realidad. Y tocante a lo que se denomina<br />
presente, ...para los judíos no es tal y acaso tampoco lo fuera para los<br />
demás pueblos de cultura, sino que es un pasado en continuo proceso<br />
de actualización. "Siempre hay una diacronía (verticalidad del tiempo<br />
cultural humano) y una sincronía (una horizontalidad de la cultura<br />
presente)" según afirma Américo Castro en su obra titulada<br />
"Santiago de España". Todo momento presente lleva en sí la totalidad<br />
de la historia pasada. Cuanto aconteció desde el ayer lejano hasta<br />
hoy, se halla en plena continuidad, sin hiatos. "El presente está<br />
cargado de pretérito y grávido de porvenir", solía decir G. W.<br />
Leibnitz.<br />
Los judíos existen ayer como hoy, con la íntima certeza de<br />
continuar existiendo, puesto que todo su pasado está vigente en todo<br />
momento, en dimensiones de futuridad. El pueblo judío es una<br />
peculiar unidad cuyo devenir se registra en una trayectoria,<br />
accidentada por cierto, pero ininterrumpida. De ahí que se resista a<br />
salir del seno de su esperanzada eternidad trascendente, enlazada<br />
con la temporalidad que asumió para la vida práctica desde la hora<br />
remota en que quedó sellado su destino. Es así cómo se explica que su<br />
realidad no sea tan univalente ni tan simple. Es que por efecto de su<br />
concepción de mundo, el judío tiende a elevarse hacia un más allá,<br />
camino de la esperanza, en un mundo en que reine la justicia y la paz.<br />
Y aunque la tal esperanza se proyecte sobre un futuro muy lejano, a<br />
"lo postrero de los años", según el profeta Isaías, esa aspiración<br />
trascendental se conjuga con un estatismo aristoteliano, el de la<br />
"móvil inmovilidad' que Maimónides adoptó para el judaísmo con<br />
gran entusiasmo.<br />
Estar afincado en el pasado con la convicción de estar, a la vez,<br />
unido con el presente sin solución de continuidad, parece una<br />
incoherencia; nos damos cuenta cabal de ello. Pero es preciso