Trompeta Evangelizadora - Edición
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SERVID AL SEÑOR CON ALEGRÍA.<br />
Fuentes de alegría<br />
“Sacaréis con gozo aguas de la fuente de salvación.”<br />
(Isaías 12,3)<br />
La alegría tiene un rol muy importante en la vida<br />
natural. Las personas necesitan alegría para vivir, de lo<br />
contrario se atrofian. Ésta genera recuperación en caso<br />
de enfermedad, produce creatividad y ánimo para<br />
vivir. Más aún, no debe faltar en el servicio a Dios.<br />
Tenemos pruebas suficientes en la Palabra de Dios que<br />
servirle nos genera alegría. La palabra “alegría” es<br />
utilizada más de 200 veces en la Biblia, y más de 175<br />
veces la palabra “alegrarse”, junto a muchos<br />
sinónimos de la misma.<br />
“Evangelio” significa noticias de alegría. Estas<br />
llegaron primero a los oídos de los pastores de Belén<br />
en el tiempo del nuevo testamento, cuando lo<br />
escucharon de los ángeles: “No temáis; porque os doy<br />
nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo.”<br />
(Lucas 2,10) ¿No debería traer también alegría a<br />
nuestros corazones el escuchar y aceptar esa<br />
maravillosa noticia? Personas bíblicas,<br />
verdaderamente aceptaron a Jesús con alegría, como<br />
por ejemplo, Simeón, Ana, Zaqueo, el eunuco etíope, y<br />
el carcelero de Filipo. Encontramos en las Sagradas<br />
Escrituras como personas con alegría, y con aplicación<br />
práctica en su vida, daban a conocer estas buenas<br />
nuevas. De Pedro y Juan ante el sumo consejo se dice:<br />
“…viendo el denuedo de Pedro y Juan…” (Hechos<br />
4,13). Pablo puede testificar: “…tuvimos denuedo en<br />
nuestro Dios…” (1Tesalonicenses 2, 2).<br />
En la palabra de Dios, reiteradamente tenemos<br />
indicaciones directas de alegrarnos en el Señor. Ya en<br />
los salmos del antiguo testamento encontramos:<br />
“¡Alegraos, justos, en Jehová!” (Salmos 97,12)<br />
“¡Servid a Jehová con alegría!” (Salmos 100, 2) Pero<br />
la más conocida seguramente es la de Pablo en<br />
Filipenses 4,4, regocijarnos “siempre” en el Señor.<br />
¿Con todas estas demostraciones todavía seguiremos<br />
dudando que servir a Dios nos puede dar alegría?<br />
“¿Cómo puede ser que yo no tenga esa alegría en<br />
servir a Dios?”, tal vez te preguntas como lector.<br />
Quisiera señalarte algunas razones. ¿Tomas con<br />
alegría de la fuente de salvación? Nuestro verso de<br />
introducción dice precisamente: “Sacaréis con gozo<br />
agua de la fuente de salvación”. Si no has<br />
<strong>Trompeta</strong> <strong>Evangelizadora</strong> │ 01/2013<br />
experimentado la salvación en Cristo y no recibiste el<br />
perdón de tus pecados por medio del salvador,<br />
entonces te faltará el principal motivo de alegría en el<br />
Señor. “¡Busca la fuente de alegría en Cristo y sírvete<br />
de ella!”<br />
Quiero preguntarte: ¿Has roto con el mundo? Si tú<br />
todavía disfrutas a la luz del mundo, estas echarán<br />
sombra en la alegría de servir a Dios, y el gozo de<br />
servir a Dios perderá su resplandor. Tu corazón<br />
también estará dividido y lo que se realiza con un<br />
corazón dividido no produce alegría. El servicio a Dios<br />
está convaleciente y aun enfermo por lo general le<br />
falta la alegría.<br />
¿Estabas dispuesto en recorrer todo el camino de<br />
salvación? ¿Has ordenado tu vida como lo hizo Zaqueo<br />
con sus semejantes (Lucas 19,8)? De lo contrario<br />
aquellos con los que te has endeudado no tomarán<br />
enserio tu conversión. Esa falla impactará de manera<br />
negativa en tu servicio a Dios. ¿Has estado dispuesto a<br />
seguir al Señor en el bautismo? Es un mandamiento<br />
del Señor Jesús: “El que creyere y fuere bautizado,<br />
será salvo.” (Marcos 16,16). La dicha está asociada<br />
con la felicidad. Haber cumplido con la voluntad de<br />
Dios incluye la alegría. Si dudamos en bautizarnos<br />
nos faltará esa alegría.<br />
¿Ya has consagrado tu vida al Señor? ¿Perteneces al<br />
Señor en cuerpo y alma? Dios no quiere solamente<br />
nuestro corazón, sino también nuestra boca, nuestras<br />
manos y nuestros pies, si, todo nuestro cuerpo con el<br />
que podemos demostrarle nuestro servicio. “¡Servid a<br />
Jehová con alegría!”, nos exhorta el salmista. ¿Existe<br />
en ti la posibilidad de cumplir estas palabras? ¿Tienes<br />
la experiencia de ser lleno del Espíritu Santo, por<br />
medio del cual tu amor como también tu alegría se<br />
profundiza (Romanos 5,5)?<br />
Tal vez no te has tomado el tiempo necesario para<br />
servirte de la divina fuente de alegría y te quedaste<br />
vacío de felicidad. Nuestro texto nos recuerda:<br />
“Sacaréis con gozo agua de la fuente de salvación.” Ya<br />
en la mañana Dios quiere llenarte de fuerza y alegría,<br />
pero tú no te tomas el tiempo para ello. Sería muy<br />
tonto ir en auto y decir que no tenemos tiempo para