Trompeta Evangelizadora - Edición

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PÁGINA JUVENIL
LECTURA BÍBLICA CON BENEFICIO
“En toda mi vida, no he encontrado a ninguna
persona completamente convencida de que la Biblia
es verdad, y que estaría en la condición, como un
conocedor, responder a las preguntas
satisfactoriamente.” Esta fue la expresión que un
joven estudiante le manifestó a mi esposa durante
un vuelo. Este razonamiento no se me fue más de
la mente. Este joven no se crió en un país pagano,
no, ¡él creció en un hogar cristiano en Canadá!
Como puede ser, que un joven en sus veinte años
de edad, no haya encontrado a un cristiano o
cristiana, que cree realmente en la Biblia y la haya
escudriñado, para poder responder lo que dice en 1.
Pedro 3,15: “Estad siempre preparados para
presentar defensa con mansedumbre y reverencia
ante todo el que os demande razón de la esperanza
que hay en vosotros.”
Esto nos lleva a la pregunta: ¿Qué tan bien
conoces tu Biblia? Observa, la cuestión no es:
¡“¿Lees todos los días tu Biblia?”! Sin duda, esto
es de suma importancia, ¿Pero cuánto conoces tu
de la Biblia?
Por años he tenido conversaciones con cristianos,
y he experimentado que muchos lógicamente leen
sus Biblias, pero estrictamente muy pocos obtienen
beneficios de su lectura bíblica personal. Ellos la
leen, porque para un cristiano es un deber leerla,
pero no pueden decir que reciben alimento
espiritual para su alma. Exactamente sobre este
fundamento, no pueden decir que la lectura bíblica
le produce alegría, y que lo hacen con gozo. ¿Cuál
es la razón, por la que no recibimos alimentos
nutritivos para nuestra alma cuando leemos nuestra
Biblia?
Las causas por las que las personas, 5 minutos
después de haber leído un capítulo, ya no lo
recuerdan, pueden ser múltiples. Algunas de estas
causas quiero citar aquí brevemente.
Trompeta Evangelizadora │ 01/2013
Creo que el mayor obstáculo está en que no se
toma el tiempo suficiente para leerla y el alma
queda vacía. Al igual que una lectura de un libro de
recetas no llena el estomago, también nuestra alma
quedará insatisfecha cuando leemos un capítulo de
la Biblia sin reflexionar sobre lo leído y plasmarlo
en nuestra vida práctica. ¡Debemos llevarnos el
tiempo de reflexionar y ponerlo en práctica! La
objeción más común, que escuchamos a menudo
es: “¡No tengo tiempo!” ¿Te has detenido alguna
vez y notado, que esta expresión no es verdadera?
Todos tenemos tiempo; para ser más exacto, 24
horas por día. La única pregunta a esto sería, ¿en
que empleamos nuestro tiempo? Es una pregunta
prioritaria, encontrar o tener tiempo para leer la
Biblia. Supongamos, tú recibirías 100 € por cada
media hora de lectura bíblica u oración, ¿Cuánto
tiempo te tomarías para leerla? Para tener un
provecho de nuestra lectura bíblica, debemos pedir
a Dios ordenar nuestras prioridades, de poder
tomarnos el tiempo en leer Su palabra, reflexionar
sobre ella, y finalmente aplicarlo en nuestra vida.
El otro motivo, por el cual extraemos tan poco
provecho de nuestra lectura bíblica, es una
posición errónea. Si leemos un párrafo con el
enfoque: “Este pasaje conozco”, entonces no
estaremos abiertos a algo nuevo que Dios nos
quiere mostrar en ese párrafo. Lee lo conocido con
un espíritu abierto e indagador y ora intensamente
en tu interior, que Dios te de un trago fresco del
manantial de vida de su palabra.
Leer la Biblia con un enfoque poco sistemático,
nos impedirá a extendernos en la misma. Muchos
leen sus Biblias al azar mientras hacen su
devocional, es decir, la abren en cualquier lugar,
leen algunos minutos de ella, luego la cierran y se
sorprenden porqué tienen tan poco entusiasmo en
leerla. Sin dudas, Dios puede aquí o allí hablarnos