Trompeta Evangelizadora - Edición

maravillosamente de esta manera, pero a largo
plazo, este enfoque conduce a una frustrada y vacía
lectura bíblica. Además, nos conduce a leer las
partes favoritas repetidas veces, descuidando otros
pasajes. Así no nos permite ver el contexto y no
recibimos la exhaustiva figura de la imagen. Creo
que la opinión de que un cristiano debería leer la
Biblia desde al principio hasta el final, al menos
una vez, es apropiado. Con ello se adquiere un
sistemático enfoque, que al leerla ayuda al lector a
tener gran provecho.
En primer lugar, es recomendable usar en el
devocional un marcador y algo para escribir.
Alguien formuló lo siguiente con respecto a este
punto: “La Biblia es la palabra de Dios y cuando la
leo, espero el hablar de Dios hacia mí. Y cuando Él
habla, entonces tomo nota para no olvidarlo,
porque tinta pálida es incluso mejor que buena
memoria.” Marca lo que Dios te muestra y márcalo
con viñetas. De esta manera podrás recordar mejor
lo que has leído.
En segundo lugar, busca en la lectura un enfoque
sistemático. Algunos encuentran la ayuda de poder
leerla en un año con el plan de lecturas diarias.
Para otros esto no es muy efectivo, que se puedan
concentrar solamente en el plan diario, en vez de
buscar lo necesario de lo leído para el alma.
Recuerda que el objetivo de la lectura de la Biblia
no es la lectura en sí, sino el adquirir el alimento
para el alma. Leemos, para prepararnos y
equiparnos para el día. Leemos, para poder
contarles a otros. Leemos para que en nuestros
problemas cotidianos, pueda fluir agua viva de
nosotros.
Algunos prefieren una lectura cronológica de la
Biblia, en cuanto comienzan con Génesis y
culminan con Apocalipsis de Juan. Esto puede ser
dificultoso en el sentido que al leer Números o
Crónicas, difícilmente se pueda extraer de estos
capítulos conceptos prácticos para la propia vida.
En estos casos, se podría, por ejemplo, en la
mañana leer el Libro de Crónicas y por la noche en
los Salmos. Personalmente, he aprendido que la
lectura cronológica de la Biblia no tiene
importancia, si he leído un capítulo entero o no. Yo
no impresiono a Dios ni con una forma de lectura u
otra. Yo leo, para poder tener alimento espiritual.
“¡Lee tanto hasta que Dios te dé la impresión de
parar!” Este fue un consejo que me dieron hace
años. A veces lees los primeros cinco versículos, te
infunde un pensamiento y eres tan bendecido.
Algunos se inclinan en tales situaciones, en
observar el resto del capítulo y decir: “¡Tengo que
leerlo hasta el final!”
Después de haber hecho esto, se desvanece el
emocionante pensamiento del principio. ¿Por qué
no detenernos en el punto donde Dios te ha
hablado? Tómate el tiempo para poder conmover
este pensamiento, en el cual Dios te llamó la
atención. ¡Ora por ello, busca las partes paralelas,
estudia la Biblia!
¡Especialmente en el comienzo de este nuevo
año, queridos jóvenes lectores, les quiero alentar a
estudiar su Biblia! ¡Aprende de ella, amplía tus
conocimientos y ponla por obra! ¡En todo esto, no
olvides el autor de este Libro – Dios! Es Él, el que
te habla en cuanto lees. Personas buscan evidencia
en ti de la credibilidad de la Biblia. Estúdiala, para
que puedas testificar de ella y nadie, con los que te
contactas, pueda tener la escusa que nunca ha
encontrado una persona, que cree
incondicionalmente la Biblia y que pueda
responder las preguntas de manera competente.
John Reimer (CA)
01/2013 │ Trompeta Evangelizadora
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