Trompeta Evangelizadora - Edición
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los otros. El Señor estaba con él y eso era manifiesto.<br />
Poco tiempo después fue promovido a mayordomo de<br />
la casa. Casi como una nota al margen y<br />
completamente sin conexión con la primera parte del<br />
sexto versículo dice: “...y era José de hermoso<br />
semblante y bella presencia.”<br />
La mujer de su amo encontró gusto en él: de buena<br />
apariencia, exitoso y al lado de su marido la persona<br />
más poderosa en el patio de Potifar. Se menciona que<br />
ella lo quería tentar hacia el pecado a través de<br />
constante presión. Aparentemente ella no contaba con<br />
la integridad de José. Él rechazó cada intento de<br />
acercamiento. A pesar de su juventud temía a Dios y<br />
no consintió al pecado. Sin embargo, su ama no se dio<br />
por vencida. Un día lo asió por su ropa, para obligarlo<br />
a ceder. La Biblia informa que él dejó su ropa y huyó.<br />
No haciéndose su voluntad, su amor se transformó en<br />
odio. Ella llamó por ayuda y citando como prueba,<br />
mostró su ropa con la observación de que él quería<br />
hacerle mal. Su marido, confiando completamente en<br />
ella, ordenó echar a José a la cárcel. Una audiencia de<br />
la corte no le fue concedida. Vendido la esclavitud,<br />
culpado falsamente y encarcelado, tenía poca<br />
esperanza de recuperar nuevamente su libertad. Su<br />
éxito en el patio de Potifar, que le prometía un futuro,<br />
tuvo abruptamente un final. ¿Acaso había aún futuro<br />
para él? El no tenía a nadie que interviniera por él. A<br />
nadie. ¿Cómo podía Dios permitir eso? ¿No supera<br />
esta injusticia la proporción que una persona puede<br />
esperar? Qué fácil se puede decir en situaciones como<br />
esas: “¿Dónde está Dios? ¿Me ha olvidado?” -<br />
Nosotros somos personas, y las personas ven con<br />
frecuencia una sola pieza de rompecabezas, la cual no<br />
tiene sentido. Y aun así confirma la Biblia: “Pero Dios<br />
estaba con él.” También en la cárcel.<br />
PIEZA DE ROMPECABEZAS NÚMERO 3:<br />
José, olvidado en la cárcel (Génesis 40).<br />
José ganó la confianza de los guardias, de modo que<br />
ellos le transfirieron la responsabilidad sobre los<br />
presos. Nuevamente se encuentra allí con éxito.<br />
Aconteció que el copero y el panadero del rey llegaron<br />
a la prisión. Una mañana estaban intranquilos por sus<br />
sueños, los cuales José les interpretó. Antes de que<br />
fueran excarcelados, rogó José al copero, que<br />
intercediera ante el Faraón por su libertad. Pero pasó<br />
un día tras otro. Cuán difícil habrá sido para él el darse<br />
cuenta que fue olvidado por las personas. ¿Y no podría<br />
Dios habérselo recordado al copero? Esteban había<br />
dicho: “Pero Dios estaba con él.” Lo que nosotros<br />
vemos como error o demora, es parte del plan de<br />
Dios: una pieza del gran rompecabezas, una parte de la<br />
imagen entera. Aún no era el tiempo correcto para la<br />
liberación.<br />
JOSÉ, FUERA DE LA CÁRCEL<br />
Cuando todas las puertas se cerraron para José, cuando<br />
todas las esperanzas llegaron a cero, Dios abre la<br />
puerta. No solamente fue liberado, sino promovido a<br />
segundo hombre en Egipto. El resultado final fue que<br />
José no sólo rescató a los egipcios del hambre, sino<br />
también a su familia. Por momentos su vida parecía un<br />
caos total. Casi se hubiese podido opinar, que Dios<br />
había cometido errores. Pero al final de la historia<br />
reconocemos con plena claridad, cómo Dios incluyó<br />
incluso las acciones incorrectas de las personas en su<br />
plan general, para llevar a cabo su plan. Por ello podía<br />
manifestar Esteban lleno de confianza ante la<br />
congregación de los ancianos de Israel: “Pero Dios<br />
estaba con él.” Pero dejemos que José mismo exprese<br />
su opinión: Retrospectivamente, parado ante sus<br />
hermanos, dijo: “Vosotros pensasteis mal contra mí,<br />
mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos<br />
hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis<br />
50,20).<br />
NUESTRA SITUACIÓN<br />
¿Te parece también que tu situación o tu vida es<br />
incomprensible? Tal vez también te preguntas: “¿Por<br />
qué tiene que suceder esto? ¿Por qué Dios no se fija en<br />
mis deseos y planes? ¿Por qué se cierra una puerta tras<br />
otra?” La visión de las personas es limitada. Nosotros<br />
jamás estaremos en condiciones de comprender los<br />
planes de Dios. Pero nosotros podemos confiar en Él,<br />
en que Él mueve “detrás del escenario” los hilos de<br />
nuestra vida y que agrega una pieza del rompecabezas,<br />
tras otra. Lentamente la imagen toma forma. Confía<br />
simplemente en Él, en que Él traerá tu vida hacia la<br />
perfección. No te entrometas. No frustres los planes de<br />
Dios. El puede solo. Queremos esperar pacientemente,<br />
hasta que la última pieza del rompecabezas sea<br />
incrustada y la imagen esté lista. No lo olvides, puedes<br />
estar seguro que Él no se olvida de ti. Nunca. “Pero<br />
Dios estaba con él.” - Y eso bastaba. Nosotros<br />
podemos y queremos poner nuestra confianza en el<br />
Señor en este cambio de año. Esto da seguridad y<br />
protección. Si Él toma nuestro mundo personal en sus<br />
manos, podemos estar totalmente consolados, pues “su<br />
consejo es maravilloso y guía con grandeza” (Isaías<br />
28,29).<br />
Harry Semenjuk<br />
01/2013 │ <strong>Trompeta</strong> <strong>Evangelizadora</strong><br />
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