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Trompeta Evangelizadora - Edición

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4<br />

SERVID AL SEÑOR CON ALEGRÍA<br />

Comienzo de año<br />

Frecuentemente hemos sido testigos de un cambio de año. Y aún así estamos cada año ante la misma<br />

pregunta: ¿Cómo se desarrollará el nuevo año? ¿Qué me traerá a mí personalmente? ¿Qué vendrá<br />

sobre nosotros como familia? En horas como esas sentimos cierta inseguridad. Lo único que percibimos<br />

claramente, es cuán indefensos somos.<br />

“Pero Dios estaba con él” (Hechos 7,9b).<br />

Y aún así podemos mirar hacia el futuro llenos de<br />

confianza e ir hacia su encuentro. Nosotros en verdad<br />

no sabemos lo que el futuro contiene, pero sabemos en<br />

manos de quién está. En una canción de niños dice tan<br />

acertadamente: “El sostiene todo el mundo en su<br />

mano.” Mientras ese sea el caso, no necesitamos<br />

preocuparnos. ¿Pero qué hacemos con el “¿Qué-<br />

Cuándo?” o con el “Sí-Pero”, que tan fácilmente sale<br />

de los labios?<br />

Quisiera comparar nuestra vida con un<br />

rompecabezas, compuesto pieza por pieza. Lo que<br />

primero es irreconocible, se desarrolla lento pero<br />

seguro hacia una imagen. ¡Y que hermosa se ve al<br />

final la imagen! Tal vez piensas: “Para nada puedo<br />

verlo así en mi vida.” El error radica frecuentemente<br />

en que vemos sólo una pieza del rompecabezas y no la<br />

imagen completa. Es cierto que cuando miramos a una<br />

sola pieza del rompecabezas, todo parece absurdo.<br />

Ponte por un momento en el lugar de José, con el<br />

que nos encontramos en el antiguo testamento. Su<br />

dramática historia, si la leemos desde el principio sin<br />

conocer el final, es una historia llena de sufrimiento.<br />

Apenas vencía una crisis, surgía una nueva. Si<br />

observamos los eventos individuales (piezas de<br />

rompecabezas) de su vida, nos sobrevendrá total<br />

desesperación. Y aún así, cada pieza individual tuvo su<br />

lugar exacto en la historia de su vida. Esteban en su<br />

informe de defensa ante el sumo sacerdotes y los<br />

ancianos (Hechos 7) selecciona la historia de José, y<br />

agrega una pequeña frase, que da a esta historia un<br />

cambio. En medio de la descripción de su venta dice:<br />

“Pero Dios estaba con él” (9b). El gran “maestro<br />

planificador” tomó los eventos, también los negativos,<br />

y los juntó para una imagen, sobre la cual sólo<br />

podemos admirarnos.<br />

¿Puedo demostrarte tres de estas piezas de<br />

rompecabezas tomadas de la vida de José, desde el<br />

observatorio humano? Pues del observatorio humano<br />

juzgamos nuestra vida.<br />

<strong>Trompeta</strong> <strong>Evangelizadora</strong> │ 01/2013<br />

PIEZA DE ROMPECABEZAS NUMERO 1:<br />

José, vendido por sus hermanos (Génesis 37).<br />

José era el hijo amado y preferido del padre. La<br />

“túnica de colores” de José ha pasado a la historia de<br />

los tiempos; él hizo evidente la primacía de José. Sus<br />

excepcionales sueños, que contó a sus hermanos, sólo<br />

empeoraron la situación. Ellos entendieron los sueños.<br />

En caso de que los mismos se concretaran, un día José<br />

gobernaría sobre ellos. Eso era demasiado para ellos.<br />

Ellos lo odiaban y envidiaban. Cuando los hermanos<br />

salieron nuevamente con sus rebaños por la tierra,<br />

envió Jacob a su hijo José, para averiguar sobre el<br />

bienestar de sus hermanos. Cuando él se les acercaba,<br />

se formuló en poco tiempo el plan para deshacerse de<br />

él. Mercaderes viajeros lo compraron y lo llevaron a<br />

Egipto. Imagínate una vez, cómo él, el favorito de su<br />

padre, quitada su túnica de colores, era conducido<br />

como esclavo. Seguramente él no imaginó así su vida.<br />

Ciertamente tendría otros planes. Solamente diecisiete<br />

años de edad, su vida dio repentinamente un giro<br />

inimaginable. ¿Nadie intervino por él? ¿Ni uno de sus<br />

hermanos? ¿Ni siquiera Dios? Si no se habrá<br />

preguntado: “¿Dónde está el Dios de mi padre, el Dios<br />

de Jacob?” Humanamente visto hubiese sido el tiempo<br />

perfecto para rendirse, sí, para creer que nadie da algo<br />

por él, ni siquiera Dios. No lo olvides, era sólo una<br />

única pieza del rompecabezas. No se puede juzgar la<br />

vida en base a una única pieza de rompecabezas; por sí<br />

sola no tiene sentido. Pero forma una parte de la<br />

imagen completa. Esteban agregó aclarativamente:<br />

“Pero Dios estaba con él.”<br />

PIEZA DE ROMPECABEZAS NÚMERO 2:<br />

José, acusado por la mujer de Potifar (Génesis 39).<br />

Llegado a Egipto, José fue comprado por un oficial<br />

egipcio de Faraón, Potifar. El hijo favorito del padre es<br />

vendido como una mercancía. No tardó mucho y<br />

Potifar reconoció que este joven esclavo era distinto a

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