Trompeta Evangelizadora - Edición
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SERVID AL SEÑOR CON ALEGRÍA<br />
Comienzo de año<br />
Frecuentemente hemos sido testigos de un cambio de año. Y aún así estamos cada año ante la misma<br />
pregunta: ¿Cómo se desarrollará el nuevo año? ¿Qué me traerá a mí personalmente? ¿Qué vendrá<br />
sobre nosotros como familia? En horas como esas sentimos cierta inseguridad. Lo único que percibimos<br />
claramente, es cuán indefensos somos.<br />
“Pero Dios estaba con él” (Hechos 7,9b).<br />
Y aún así podemos mirar hacia el futuro llenos de<br />
confianza e ir hacia su encuentro. Nosotros en verdad<br />
no sabemos lo que el futuro contiene, pero sabemos en<br />
manos de quién está. En una canción de niños dice tan<br />
acertadamente: “El sostiene todo el mundo en su<br />
mano.” Mientras ese sea el caso, no necesitamos<br />
preocuparnos. ¿Pero qué hacemos con el “¿Qué-<br />
Cuándo?” o con el “Sí-Pero”, que tan fácilmente sale<br />
de los labios?<br />
Quisiera comparar nuestra vida con un<br />
rompecabezas, compuesto pieza por pieza. Lo que<br />
primero es irreconocible, se desarrolla lento pero<br />
seguro hacia una imagen. ¡Y que hermosa se ve al<br />
final la imagen! Tal vez piensas: “Para nada puedo<br />
verlo así en mi vida.” El error radica frecuentemente<br />
en que vemos sólo una pieza del rompecabezas y no la<br />
imagen completa. Es cierto que cuando miramos a una<br />
sola pieza del rompecabezas, todo parece absurdo.<br />
Ponte por un momento en el lugar de José, con el<br />
que nos encontramos en el antiguo testamento. Su<br />
dramática historia, si la leemos desde el principio sin<br />
conocer el final, es una historia llena de sufrimiento.<br />
Apenas vencía una crisis, surgía una nueva. Si<br />
observamos los eventos individuales (piezas de<br />
rompecabezas) de su vida, nos sobrevendrá total<br />
desesperación. Y aún así, cada pieza individual tuvo su<br />
lugar exacto en la historia de su vida. Esteban en su<br />
informe de defensa ante el sumo sacerdotes y los<br />
ancianos (Hechos 7) selecciona la historia de José, y<br />
agrega una pequeña frase, que da a esta historia un<br />
cambio. En medio de la descripción de su venta dice:<br />
“Pero Dios estaba con él” (9b). El gran “maestro<br />
planificador” tomó los eventos, también los negativos,<br />
y los juntó para una imagen, sobre la cual sólo<br />
podemos admirarnos.<br />
¿Puedo demostrarte tres de estas piezas de<br />
rompecabezas tomadas de la vida de José, desde el<br />
observatorio humano? Pues del observatorio humano<br />
juzgamos nuestra vida.<br />
<strong>Trompeta</strong> <strong>Evangelizadora</strong> │ 01/2013<br />
PIEZA DE ROMPECABEZAS NUMERO 1:<br />
José, vendido por sus hermanos (Génesis 37).<br />
José era el hijo amado y preferido del padre. La<br />
“túnica de colores” de José ha pasado a la historia de<br />
los tiempos; él hizo evidente la primacía de José. Sus<br />
excepcionales sueños, que contó a sus hermanos, sólo<br />
empeoraron la situación. Ellos entendieron los sueños.<br />
En caso de que los mismos se concretaran, un día José<br />
gobernaría sobre ellos. Eso era demasiado para ellos.<br />
Ellos lo odiaban y envidiaban. Cuando los hermanos<br />
salieron nuevamente con sus rebaños por la tierra,<br />
envió Jacob a su hijo José, para averiguar sobre el<br />
bienestar de sus hermanos. Cuando él se les acercaba,<br />
se formuló en poco tiempo el plan para deshacerse de<br />
él. Mercaderes viajeros lo compraron y lo llevaron a<br />
Egipto. Imagínate una vez, cómo él, el favorito de su<br />
padre, quitada su túnica de colores, era conducido<br />
como esclavo. Seguramente él no imaginó así su vida.<br />
Ciertamente tendría otros planes. Solamente diecisiete<br />
años de edad, su vida dio repentinamente un giro<br />
inimaginable. ¿Nadie intervino por él? ¿Ni uno de sus<br />
hermanos? ¿Ni siquiera Dios? Si no se habrá<br />
preguntado: “¿Dónde está el Dios de mi padre, el Dios<br />
de Jacob?” Humanamente visto hubiese sido el tiempo<br />
perfecto para rendirse, sí, para creer que nadie da algo<br />
por él, ni siquiera Dios. No lo olvides, era sólo una<br />
única pieza del rompecabezas. No se puede juzgar la<br />
vida en base a una única pieza de rompecabezas; por sí<br />
sola no tiene sentido. Pero forma una parte de la<br />
imagen completa. Esteban agregó aclarativamente:<br />
“Pero Dios estaba con él.”<br />
PIEZA DE ROMPECABEZAS NÚMERO 2:<br />
José, acusado por la mujer de Potifar (Génesis 39).<br />
Llegado a Egipto, José fue comprado por un oficial<br />
egipcio de Faraón, Potifar. El hijo favorito del padre es<br />
vendido como una mercancía. No tardó mucho y<br />
Potifar reconoció que este joven esclavo era distinto a