Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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32 Lu i s Ch i o z z a<br />
coanálisis puede “corroborar” desde su propio campo, los hallazgos de<br />
las neurociencias.<br />
Tal como surge de la sentencia de Weizsaecker (acerca de que todo lo<br />
psíquico posee un correlato corporal y todo lo corporal posee un sentido<br />
psicológico) en la cual la palabra “todo” adquiere el significado de “cada<br />
una de las partes”, la relación que existe entre “un” sentido psicológico y<br />
“una” parte corporal es la que, en forma “particular”, le “corresponde”, es<br />
decir que se trata de una relación “específica”. Allí reside (más allá de la<br />
idea de corroboración) el valor principal de la segunda hipótesis, ya que,<br />
dado que implícitamente postula una relación “específica” entre el cuerpo y<br />
el alma, el conocimiento en cada uno de esos dos territorios de la ciencia se<br />
traduce en un mayor conocimiento del otro. Puede servirnos como ejemplo<br />
el que Freud postulara, desde el psicoanálisis, la existencia de barreras de<br />
contacto entre las células del tejido nervioso, dos años antes de que Sherrington,<br />
el gran neurólogo inglés, formulara un concepto similar con el<br />
nombre de sinapsis neuronal. Reparemos además en que el psicoanálisis<br />
no sólo ha contribuido a esclarecer el significado que, en el territorio de las<br />
fantasías inconcientes, poseen algunos trastornos del cuerpo, sino que ha<br />
utilizado, desde el primer momento, el conocimiento de algunas funciones<br />
corporales, como las orales, las anales, y las genitales, para esclarecer nuestro<br />
conocimiento del alma.<br />
Las desventuras del concepto “especificidad”<br />
La idea de una relación específica entre determinadas “partes” o elementos<br />
aislados del cuerpo con sus “correspondientes” del alma ha sufrido<br />
serias desventuras. Quizás una de las primeras procede de las indagaciones<br />
neurofisiológicas, que procuraron, en sus comienzos, “localizar”<br />
determinadas funciones psicológicas en algunas zonas de la sustancia cerebral,<br />
apoyándose en los síntomas y signos observados en pacientes con<br />
lesiones anatómicas del sistema nervioso, o en el estudio de los efectos<br />
producidos en algunos animales por la lesión experimental de algunas<br />
zonas. No se trata, como es obvio, de deducciones simples. Cuando desconectamos<br />
el receptor de radio de la fuente de alimentación que le provee<br />
energía eléctrica, cesa la música que emitían los parlantes, pero esto,<br />
claro está, no nos permite afirmar que la música ingresaba al receptor por<br />
la conexión interrumpida. El progreso de la investigación neurofisiológica<br />
ha sido un camino largo y difícil. En el terreno de la neuropsicología