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Edición Digital - Fundación Luis Chiozza

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44 Lu i s Ch i o z z a<br />

y Editor en Jefe del Journal of Biosemiotic) en su trabajo Is The Cell a<br />

Semiotic System? (que publica en el libro Introduction to Biosemiotic, del<br />

cual es compilador) se ocupa detallada y exhaustivamente de analizar el<br />

tema que hemos presentado con la posibilidad de dos opciones.<br />

La Semiótica es la disciplina que se ocupa del estudio de los signos<br />

pero, como muy bien señala Barbieri, en realidad se ocupa de los signos y<br />

su significado, ya que ninguno de estos dos términos conserva su sentido<br />

sin la existencia del otro. En cuanto a la Biosemiótica es un nuevo campo<br />

de investigación que comenzó ocupándose de los fenómenos semióticos<br />

en los animales y se extendió gradualmente hacia los otros organismos<br />

para finalizar configurando una “subespecialidad”, la endosemiótica, dedicada<br />

a estudiar esos mismos fenómenos en procesos tales como el reconocimiento<br />

inmunitario o la transformación neoplásica.<br />

Encontramos, también en el campo de la Biosemiótica, las dos posiciones<br />

acerca de la relación entre información y significado que mencionamos<br />

antes. Barbieri señala que hay quienes sostienen, como lo hace Marcel<br />

Florkin en 1974, basándose en los trabajos de Ferdinand de Saussure<br />

acerca de la relación entre el signo (significante) y el significado, que la<br />

secuencia de nucleótidos en el genoma es una información “física” y que<br />

la replicación que da lugar a las proteínas es también un fenómeno físico.<br />

Para quienes piensan de este modo, afirmar que la estructura del ADN<br />

constituye un lenguaje tiene sólo el valor de una metáfora. Sin embargo,<br />

la idea, que adquiere un mayor consenso cada día, de que el conocimiento<br />

científico es siempre inevitablemente metafórico en todos y en cada uno<br />

de sus enunciados, ya pone en crisis la pretensión, unilateralmente “fisicalista”,<br />

de esa primera posición. Barbieri nos introduce en la segunda,<br />

que se ha desarrollado a partir de los trabajos fundamentales de Thomas<br />

Sebeok, hasta configurar el campo que inauguró la disciplina que se denomina<br />

Biosemiótica. Los orígenes de esa manera de pensar se encuentran<br />

en la Biología teórica de Jakob von Uexküll y dentro de la Semiótica en<br />

la rotunda afirmación de Charles Peirce, de acuerdo con la cual la relación<br />

entre el signo y su significado lleva siempre implícita, intrínsicamente, la<br />

presencia de un intérprete, sin la operación del cual esa relación entre el<br />

signo y su significado no puede establecerse. Quienes sustentan esta posición,<br />

que gira en torno de Peirce y de Sebeok, y que ha sido defendida<br />

también, por autores como Antón Markos, por ejemplo, con el nombre de<br />

Biología Hermenéutica, afirman que quienes distinguen entre información<br />

y significado (vecinos a la línea que pasa por de Saussure y Florkin) han

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