Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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46 Lu i s Ch i o z z a<br />
tabolismo, Barbieri encuentra en las estructuras celulares que configuran<br />
lo que denomina el ribotipo, el agente que genera y provee el código<br />
necesario para que se realice el proceso. Forma una parte importante de<br />
esta cuestión el hecho de que a partir de un mismo gen y como producto<br />
de la intervención de proteínas reguladoras que reciben el nombre de<br />
adaptadores, se pueden generar, utilizando códigos distintos, diferentes<br />
proteínas. La segunda condición reside en la necesidad de un “ejecutor”,<br />
una máquina molecular “exterior” al sistema conformado por el signo, el<br />
significado y el código.<br />
El ribotipo de Barbieri ocupa el lugar que en el modelo de Peirce y<br />
Sebeok ocupaba el intérprete. Barbieri establece una cierta diferencia<br />
conceptual entre la información y el significado, postulando una Biosemiótica<br />
que se da en dos niveles, el primero de los cuales se da por encima<br />
de un umbral que denomina semiótico, y que le permite afirmar que<br />
la célula, gracias a la operatividad de un sistema formado por la tríada de<br />
signo, significado y código, es un sistema semiótico, afín a una idea de<br />
información que se aleja de la idea de significado, ya que esta última, en<br />
la consideración de Barbieri, parece quedar vinculada con una operatividad<br />
“mental” (la del intérprete) que prefiere reservar para los organismos<br />
pluricelulares, más avanzados. Por encima de ese nivel semiótico, cuando<br />
se alcanza el nivel que “supera” lo que Barbieri denomina un umbral<br />
hermenéutico, el sistema se constituye con un signo, un significado y un<br />
intérprete, como en el modelo de Peirce y Sebeok. En opinión de Barbieri<br />
el sistema semiótico comienza por estar codificado de un modo que<br />
lo constituye en independiente del contexto y, a medida que funciona y<br />
se va transformando cada vez más en un sistema contexto-dependiente<br />
alcanza por fin el umbral hermenéutico. La idea de que el sistema semiótico<br />
comienza de un modo que es independiente del contexto es difícil de<br />
compatibilizar con la afirmación de que el entorno posee una influencia<br />
decisiva sobre el desarrollo epigenético de la información contenida en el<br />
genoma de los núcleos celulares. Es también difícil, además, establecer<br />
una hipótesis acerca de las condiciones que determinan que se alcance el<br />
“umbral hermenéutico”. S. Brier, en su trabajo Bateson and Peirce on the<br />
Pattern that Connects and the Sacred, (publicado en A Legacy for Living<br />
Systems de Jesper Hoffmeyer) Señala que difiere con Marcelo Barbieri en<br />
este punto, porque piensa que Barbieri no puede explicar, sin el encuadre<br />
filosófico y semiótico de Peirce, cómo el pensamiento, el sentido y la<br />
interpretación, pueden surgir en un sistema vivo dando lugar a la existen-