IX Certamen Concurso Municipal de Redacción Escolar. Cartas a ...

Confío en mi
Hace ya algunos años aprendí una gran lección de la vida. Poco a poco,
te vas dando cuenta de qué cosas quieres para tu futuro y qué otras cosas, irremediablemente,
no se sostienen. Digamos que la vida te enseña a abrir los ojos y te
ofrece dosis de valentía.
Todo empezó cuando empecé a ver a mi mejor amigo como algo más que un
amigo. Con la confianza del paso de los años, le confesé mis sentimientos y qué
maravilloso se vuelve todo cuando ves que esos sentimientos son correspondidos.De
ahí comenzó una relación de amor, una relación basada en la amistad, asentada en
la confianza, compartíamos gustos, aficiones, los problemas se hacían más pequeños
cuando le tenía al lado. Pensé que era el amor de mi vida.
Pero todo se torció cuando encontré un nuevo trabajo, en el que compartía
despacho con varios compañeros, junto a los cuales pasaba mucho tiempo. Empezaron
las discusiones, éstas se volvieron habituales, y todo mi castillo se desmoronó en
el momento en que, al calor de estas discusiones, mi novio me pegó un bofetón. Quizá
el daño de una mano contra tu cara es el menor de los dolores. El daño estaba hecho
en el corazón. Él se disculpó y prometió que jamás se repetiría. El corazón me pudo
más que el cerebro y pensé en no darle mayor importancia, pero, ingenua de mí, la
cosa no quedó ahí. Después llegaron los insultos, los empujones, más golpes... hasta
que ya no pude más. Sentía un gran temor, porque consideraba que sin él estaba perdida,
que hubiera dado la vida por él y que no podría perderle.
No quería acabar así. Tampoco confiaba en que nadie pudiera ayudarme
ya que no quería admitir que mi novio era un maltratador. Así que, más bien, tuve
que empezar por convencerme a mi misma de que eso no podía ser. Que mi vida no
podía anclarse en una relación de maltrato y que tenía que hacerme fuerte e independiente
y terminar con esa situación para poder empezar de cero.
Cartas a un maltratador v 47 v