IMANUS BAJO 11.PERID

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t sus proyectos de engrandecimiento. Considero
to Ir
omo un gbire de habilidad politica, contener así los
clamores de su inir s altivo enemigo, y sin pérdida de
momento reunió a los tribunos, indicándoles la ur---
c
()Tricia de acoger la rogacion del nombramiento de
Catou para el desempeño de aquella mision.
Esta es confiada al fin, d Caton.—Los apologistas
de Caton aseguraron que Clodio se dirigió á, él en un.
principio, y empleó la persuasion más afectuosa y
más lisong era para obligarle á aceptar el cargo..
Muchos, decía él, de los más distinguidos persa
Rajes del Estado, ya lo estaban solicitando; pero se
le había reservado este cargo á él como el más
honrado é incorruptible de todos, y por lo tanto, el
más idóneo para desempeñar tan delicada mision.
Cato'', sin embargo, inmediatamente notó que la.
oferta significaba, no un favor, sino un insulto y un
lazo, y la rechazó con indignacion. El toro de Clodio
cambió instantáneamente, pasando de la lisonja
á la amenaza; y presentándose ante la asamblea, obtuvo
por un decreto el nombramiento del refractario
patriota. Se añade que no se pusieron sá, su disposicion
ni buques, ni servidores, ni fuerza militar,
y se dió de intento á la empresa todas las probabililidades
de que fracasase (1), y Clodio hizo que á este
servicio se uniera otro no ménos difícil, á saber: la
devolucion á su ciudad de ciertas personas á quienes.
el Estado libre de Bizancio había expulsado por sedicion
y trastorno de la paz pública (2). Este cúmu-
(1) Esta reseña la da Plutareo (Cat. Min., 34). Caton logró
el objeto de su mision sin el empleo de la fuerza; pero no es
probable que no le dieran los medios necesarios. Ciceron dice:
«si quis jus suum deLlnderet, Catonem bello geren.s. preefecisti
(pro Dom., 8).
(2) Cic., pro Dom., 20.